La sociedad civil critica la 'mala imagen que se proyecta de Tarragona' con la situación de los Juegos

Las entidades de la ciudad consideran que la situación daña la credibilidad del proyecto pero verían, en general, el aplazamiento como un mal menor "si se garantiza el éxito"

19 mayo 2017 17:31 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:40
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La mayor parte de los representantes de la sociedad civil consultados por el Diari consideran que las dudas y la incertidumbre existentes sobre la organización de los Juegos del Mediterráneo «generan una mala imagen de Tarragona». Esta es la principal conclusión que se extrae de la situación que vive la organización del evento que, en teoría, debería celebrarse entre el 30 de junio y el 9 de julio de 2017, pero que a día de hoy están en duda.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la ciudad de Tarragona, Antonio Peco, considera que «si el Estado no garantiza la inversión necesaria, lo mejor es renunciar y no generar más deuda para la ciudad». El representante vecinal considera que «el aplazamiento sólo sería una posibilidad si el Gobierno Central garantiza el dinero».

Por su parte, la presidenta del Club Bàsquet Tarragona, Dolors Salas, sería partidaria de «no aplazar el evento» y «presionar para que se lleven a cabo cuando está previsto». En este sentido, Salas lamenta «que se haya llegado hasta esta situación» y critica que «todo esto lo que provoca es que se perjudica a la imagen que se proyecta de la ciudad». Por ello, la presidenta de la entidad deportiva cree que el dinero «debería tenerse hace tiempo».

De manera parecida se expresa el máximo representante del sindicato UGT, Joan Llort, quien también cree que el evento «debe realizarse en 2017, ya que lo contrario sería poco serio y restaría credibilidad a la organización». El representante sindical lamenta el «incumplimiento de alguna administración» y se pregunta si el aplazamiento «serviría para asegurar que se obtuviera la financiación necesaria para dentro de un año».

‘No hacer el ridículo’

Sin lugar a dudas, el miembro de la sociedad civil más crítico es el presidente de La Via T, Salvador Minguella, quien solicita a los organizadores que «no hagan más el ridículo, digan claramente que los Juegos no se pueden hacer y se pongan a trabajar en cosas serias».

Desde el sector turístico, el presidente de la Associació d’Hotelers –Xavier Jornet– cree que «el aplazamiento sería un pequeño fracaso, pero sería mejor que organizarlos mal y hacer el ridículo». El representante de los hoteleros cree que «aparte de la financiación, el problema es que las obras van muy justas».

De manera más optimista se expresa el presidente de la Confederació d’Empresaris de la Província de Tarragona (Cepta), Josep Antoni Belmonte, quien cree que «no pasaría nada por retrasar un año el evento» ya que, de esta forma, «habría más tiempo para finalizar las obras y trabajar con más tranquilidad».

El presidente del Gimnàstic de Tarragona, Josep Maria Andreu, cree que «la prioridad debería ser organizar los Juegos en 2017, como estaba previsto», pero considera que dejarlos para un año después «debería ser sólo una opción para no generar más deuda ante las dificultades económicas».

De forma crítica se expresa el presidente de la Cambra de Comerç, Andreu Suriol, quien califica como una «mala noticia» el hipotético retraso en la organización de los Juegos. El presidente del ente cameral considera que «la situación también es un descrédito para la Corona, ya que el PP la ha utilizado de una forma poco respetuosa».

 

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