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Con cada día que pasa –y ya son cuarenta y siete– desde que el 14 de enero se registrara la explosión en la planta de Iqoxe, que causó la muerte a tres personas –dos empleados de la fábrica y un vecino de Torreforta que estaba en su casa– y heridas de diversa consideración a otras siete, además de cuantiosos daños materiales, la incertidumbre entre los trabajadores de la química afectada por su futuro laboral aumenta.
De hecho, los trabajadores de Iqoxe siguen con preocupación las útimas noticias sobre el Expediente de Regulación de Empleo Temporal planteado por la empresa, después de que la semana pasada el Departament de Treball de la Generalitat desestimase la petición de un ERE temporal por fuerza mayor presentado por la dirección.
Esta decisión no fue entendida por la empresa, que considera que una explosión como la que se produjo es una fuerza mayor. En este sentido, fuentes cercanas a la empresa aseguran que la idea de pedir el ERE con el argumento de fuerza mayor era para permitir que los trabajadores cobraran el 100% de su salario y que no les corriera el paro. Asimismo, las mismas fuentes explican al Diari que la medida se solicita para toda la plantilla, pero que en modo alguno afectará a todos los empleados a la vez.
Así las cosas, la plantilla, de la que una quincena de empleados sigue de baja –algunos de ellos por estrés y ansiedad a raíz del accidente–, según fuentes sindicales, no ve claro su futuro y está a la expectativa de lo que pueda pasar con el nuevo ERE temporal presentado. El pasado viernes, una vez constituida la mesa de negociación, se inició el periodo de consultas de este expediente con la primera reunión entre la empresa y la representación legal de los trabajadores.
A partir de aquí viene un periodo largo en el que se prevé una dura negociación entre ambas partes, ya que los trabajadores rechazan el ERE y defenderán a capa y espada la continuidad de todos los puestos de trabajo. Fuentes sindicales recuerdan que «siempre hemos estado a favor de que se reinicie la actividad, pero con unas garantías tanto de seguridad como laborales». Estas mismas fuentes también recuerdan que, aunque la producción en Iqoxe esté paralizada, existe actividad en la planta de La Canonja.
También las fuentes de la empresa aseguran que la intención de la firma es continuar con la producción. De hecho, reclaman reemprender cuanto antes los trabajos en la planta de producción de óxido de etileno, «pues apenas presenta daños, ya que la explosión tuvo lugar en la planta de derivados». Retomar la producción de óxido de etileno es vital para Iqoxe, no en vano se trata de la única fábrica que ofrece este producto en toda la península. Es por ello que también otras empresas del polígono petroquímico de Tarragona se hallan a la expectativa, pues de demorarse mucho la puesta en funcionamiento de Iqoxe deberían buscar otros proveedores en el extranjero.
No obstante, todos estos aspectos se topan de frente con el hecho no menos importante de que hay una investigación judicial y policial abierta sobre los sucesos del 14 de enero y de que hasta que no se conozcan las causas que provocaron la tragedia será muy difícil que se otorgue la licencia para seguir operando, sobre todo en aras de garantizar la máxima seguridad y evitar que se pueda producir un nuevo accidente.
Sea como fuere, lo cierto es que los trabajadores de Iqoxe, con una media de edad de 49 años, viven estos días, sin haber superado aún el duelo por la desaparición de los dos compañeros fallecidos y lo ocurrido en la fábrica, sumidos en la incertidumbre de no saber cuándo ni cómo regresarán a sus puestos de trabajo.
