La subida de impuestos de Ricomà costará 7 millones a los tarraconenses en 2020

El gobierno municipal prevé que el encarecimiento de los tributos le reporte el próximo año más de 3,2 millones adicionales en la plusvalía; casi 2 más en el IBI; 1,4 extras en la basura

13 diciembre 2019 20:40 | Actualizado a 16 diciembre 2019 19:21
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El cambio de ritmo fiscal que el gobierno municipal de Tarragona (ERC-Comuns) impulsa de cara al próximo año le costará más de siete millones de euros a los tarraconenses a lo largo de 2020. Así se prevé en el informe elaborado por el Interventor General que forma parte del presupuesto que el alcalde Pau Ricomà llevará a votación en el pleno del próximo viernes, y en el que se contemplan los encarecimientos del IBI (un 3,9% más otro 50% adicional para los pisos vacíos); el 30% de la plusvalía; el 12% de la basura y el 3% del agua de Ematsa.

En total, entre impuestos (directos e indirectos) y tasas, el Consistorio prevé ingresar en 2020 un montante global de 120,1 millones de euros, una cifra que es un 6,4% y 7,3 millones superior a los 112,8 previstos para 2019. La mayor parte de estos ingresos vendrán por los tributos directos, especialmente del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), por el que se cobrará 1,9 millones más que lo previsto para este año. Parte de este aumento, además del recargo por los inmuebles desocupados, se debe «a la actualización del incremento del valor catastral», según afirma el alto funcionario en su informe. En global, se pasará de un cobro de 48,7 millones a los 50,6 previstos para 2020.

La otra gran subida será la de la plusvalía, un tributo por el que casi se doblará la recaudación, tras el anuncio de que se disparará más de un 30% el próximo año, en una decisión que ayer pasó por la comisión de Serveis Centrals y que, además del gobierno, fue avalada por Junts per Tarragona y CUP. Para 2019, la cifra prevista de cobro era de 3,6 millones, una cantidad que aumentará en un 90% el próximo año, hasta llegar a los 6,8 millones de euros. Esta semana, el concejal de Hisenda, Jordi Fortuny (ERC), ha justificado esta decisión en la voluntad por «frenar la especulación» y «situar a Tarragona en la media de capitales catalanas».

Malas perspectivas constructivas

Asimismo, por lo que se refiere a los impuestos indirectos, cabe señalar que el Consistorio prevé que estos caigan en picado. En concreto, las previsiones municipales contemplan un desplome del 20,2% del impuesto de construcciones, pasando de los 3,2 millones de euros de 2019 a los 2,5 millones, en lo que supone un recorte de la actividad económica de 700.000 euros. Por contra, se prevé una congelación de los ingresos por licencias urbanísticas, que se mantendrán en los 1,2 millones de euros.

Asimismo, otra de las principales fuentes de recaudación será la tasa por la recogida de la basura, que según revela el interventor se encarecerá un 12,93% en 2020, una circunstancia que permitirá a las arcas municipales contar con 1,4 millones de euros más respecto a este año, pasando de unos ingresos de 11 millones a 12,4 en 2020.

Casi un 7% más en personal

En la otra parte de la balanza, destaca el hecho de que los gastos corrientes se incrementan en un 5%, llegando hasta los 153 millones de euros, siete más que en 2019. En este capítulo destaca el de personal, que se incrementa en un 6,89%, llegando hasta los 58,8 millones de euros, tres más que los 55,7 que se contemplaron para 2019.

El principal incremento en el gasto en personal se debe al 3% previsto por los presupuestos estatales, lo que supone 1,4 millones de euros. Asimismo, la subrogación del personal de las Llars d’Infants supondrá otros 1,2 millones.

12 millones para bajar la deuda

Por otro lado, las cuentas municipales prevén destinar un total de 12 millones de euros para la amortización de la deuda a lo largo de 2020, situando el pasivo del Consistorio en los 173 millones de euros el 31 de diciembre del próximo año, una cifra que es inferior en 9,7 millones a la situación actual.

Esta circunstancia permitirá rebajar la ratio de la deuda hasta el 96% de los ingresos, un índice que está dentro del 110% legal, lo que permitirá al Consistorio cumplir con el plan de ajuste económico y, además, tener capacidad de acudir al préstamo para financiar actuaciones. Asimismo, las previsiones municipales son las de mantener los 19,24 días actuales para el pago de proveedores, un plazo que está dentro de los 30 marcados por la legislación actual.

12,5 millones en inversiones

Asimismo, en caso de que el presupuesto pueda ser aprobado el próximo viernes por el Saló de Plens, el ejecutivo local prevé un total de 12,5 millones de euros en inversiones, de las cuales 2,5 dependerán de la venta de un solar municipal en la Vall de l’Arrabassada.

Entre las acciones más destacadas, cabe remarcar los 2,5 millones de euros previstos para la remodelación del antigua edificio del Banco de España para que se convierta en el Projecte Rambla de la Ciència i el Coneixement. Las previsiones municipales también contemplan 1,4 millones de euros en patrimonio histórico, donde hay 195.000 euros para el Amfiteatre y 42.000 para mejoras en el Pretori.

Las cuentas para 2020 contemplan también 550.000 euros para carriles bici, 300.000 para las escuelas, 200.000 para presupuestos participativos y otros 200.000 para el estudio sobre la calidad del aire. También se dibuja una inversión de 150.000 euros en mejoras en los polígonos industriales.

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