La subida del precio de la algarroba dispara los robos

La facilidad a la hora de recogerla y la alta demanda, principalmente para preparar platos, hace que los ladrones se hayan fijado en este fruto que hace una decada tenía poco valor

30 septiembre 2019 07:40 | Actualizado a 30 septiembre 2019 07:51
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No es un fenómeno nuevo y tampoco exclusivamente de la demarcación de Tarragona. El aumento del precio de la algarroba ha disparado los robos de este fruto. Los autores son tanto nacionales como extranjeros. El hecho de que no se necesite una infraestructura para su recolección provoca que sea fácil de sustraer del campo. El Catllar, Constantí, Vandellòs o Mont-roig son algunos de los escenarios donde se han dado este año estos hechos delictivos.

Durante la Guerra Civil española y años posteriores, la algarroba era un fruto muy apreciado. La falta de dinero para adquirir chocolate lo convertía en un sucedáneo para poder comer un producto dulce, principalmente para los más pequeños. Pero con la recuperación económica, este fruto prácticamente sólo se destinó a forraje para los animales.

Pero desde hace unos años, las algarrobas son muy apreciadas. De las vainas se puede sacar harina, con la que cocinar por ejemplo pasteles. Por su parte, con las semillas se pueden preparar cremas con frutos secos. El redescubrimiento de este producto de la tierra ha hecho disparar su precio. Actualmente, en los lugares oficiales el kilo se paga a 50 céntimos.

Cuando la algarroba iba más barata también se producían robos, aunque no tanto, destacaba al Diari Jordi Castellnou, miembro de la permanente comarcal de Unió de Pagesos en el Baix Camp y de la sectorial de la Fruita Seca. Rechaza rotundamente que se diga que ahora este producto «va caro» porque, según él, «va al precio que tiene que ir». Desde hace unos tres años su cultivo es rentable.

La mayoría de los robos se realizan a plena luz del día. Los delincuentes son conscientes –y así lo manifiestan cuando son descubiertos– de que si no utilizan la violencia o la intimidación, lo máximo que les puede caer es una pena de multa. Y muchos son insolventes, con lo que el castigo queda en nada o casi nada. El año pasado, tres fueron condenados a pagar una multa de 90 euros por haber sustraído, el 30 de octubre del mismo año, 150 kilos de dicho producto de una finca. El dueño los encontró en plena acción.

Los ladrones se han fijado en este fruto no sólo por el precio sino también porque no necesitan ninguna herramienta para recogerlo. Con un capacho pueden ir rellenando sacos a gran velocidad.

Jordi Castellnou tiene 38 años y es uno de los payeses que cultiva los algarrobos –entre otros árboles–. Tiene unas trece hectáreas tanto en el término de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant como en el de Vandellòs. Los terrenos son tanto de su propiedad como arrendados ya que él sigue una saga familiar de payeses.

Tres personas fueron sentenciadas a pagar 90 euros de multa por coger 150 kilos de algarrobas

Este agricultor reconoce que este año, hace unos diez días, ha sufrido dos robos el mismo día y en la misma finca por parte de grupos diferentes. Al mediodía estaba circulando con su tractor por la carretera que va de Planes del Rei a Mont-roig. Miró hacia su finca y vio a tres personas. Al dirigirse al lugar, dos se marcharon a pie y la tercera se quedó. No habían tenido tiempo de coger nada. Era de un país del Este de Europa. «No me bajé ni del tractor. No me dan miedo pero sí respeto», asegura. Cuando le preguntó qué hacía, el individuo contestó que buscaba espárragos. Una patrulla de la Policía Local lo identificó. Los agentes encontraron una furgoneta sospechosa en una urbanización cercana. La registraron y no había nada. Pero como no tenía seguro, le pusieron el cepo.

Sobre las siete y media de la tarde, un amigo de Castellnou pasó por el lugar y vio a tres personas también en la finca, al lado del camino vecinal. El testigo paró y avisó a los Mossos y a Jordi. Se acercó al lugar. El grupo –eran españoles– ya tenía un saco de algarrobas y él se las hizo verter. «La mujer dijo que iban a 50 céntimos», recuerda Jordi Castellnou, quien acudió a la comisaría de Cambrils de los Mossos para presentar denuncia. El año pasado de una finca de Mont-roig se le llevaron 300 kilos.

Grupos de WhatsApp

Los payeses de la zona de Vandellòs y Mont-roig –donde se producen muchos de estos robos– tienen un grupo de WhatsApp para avisar de cualquier contratiempo en el campo, desde una furgoneta sospechosa o pillar a unos ladrones en plena faena.

Castellnou recalca que es muy importante que, ante cualquier elemento sospechoso, se llame a la Policía y, si a uno le han robado, que presente denuncia, «estamos muy contentos de la respuesta policial cuando se requiere su presencia. Están acudiendo lo más rápido posible». Son las premisas que también se lanzan desde el sindicato Unió de Pagesos. Precisamente, en la última reunión sectorial de hace unos 20 días se habló de esta problemática, que afecta también al Tarragonès y al Alt Camp.

Fuentes de los Mossos d’Esquadra indicaron que cada año, los agentes de Proximitat, en época de cosecha, patrullan por los sitios rurales. Asimismo, añadieron que el jefe de la Oficina de Relacions amb la Comunitat mantiene contacto directo con el responsable de los agricultores y muchas veces cogen la denuncia en el sitio. Además, realizan inspecciones en cooperativas y puntos de venta de fruta seca para averiguar una posible procedencia ilícita. Precisamente el año pasado, en uno de estos registros, los agentes constaron que en una almazara dos individuos habían acudido en 57 ocasiones y que habían vendido un total de casi 14 toneladas de algarrobas. Los dos sospechosos habían sido cogidos poco antes in fraganti mientras sustraían dicho producto. También fueron detenidos en El Perelló dos hombres que hurtaban y, al ser sorprendidos, empujaron a un hombre de avanzada edad, al que lesionaron.

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