La banda de rap Émbolo fue acusada de ofensas a la autoridad durante un concierto. «Al final parece que no ha llegado a nada. Ha pasado casi un año y no tenemos constancia de la denuncia. Sólo quedó en amenaza, pero la pelota se hizo muy grande», cuenta Dani Rodríguez, líder de Émbolo, un grupo tarraconense de rap.
Tan grande se hizo que la polémica llegó a la esfera política y se debatió incluso en el pleno del Ayuntamiento de Madrid, que abrió una investigación, poco después del primer concierto de la banda tarraconense en la capital, por las fiestas de San Isidro del año pasado.
Así relata Dani lo sucedido: «Empezamos nuestra actuación. A medida que el evento avanzaba, pudimos ver desde el escenario a un grupo de policías poniéndose cada vez más nerviosos. Al terminar y dirigirnos a los camerinos, nos encontramos a una veintena de agentes de la policía local mirándonos con actitud totalmente amenazadora e intimidatoria».
Una vez en los camerinos, la coordinadora del evento les comunicó que a la policía no les había gustado la actuación e incluso les dijeron: «No queremos otros titiriteros», en alusión a otra vieja polémica con una actuación de marionetas en Madrid en la que la obra llevó a los artistas a la prisión.
Mucha indignación
Al parecer, el incidente no ha ido a más, e incluso en el ayuntamiento madrileño se consideró que se trataba un caso de colisión entre la ley mordaza y la libertad de expresión.
Desde la banda, se ve «ridículo» y «un hecho de máxima gravedad», así como un «atentado contra la libertad de expresión, la cultura y el sentido común» que unos agentes «escuchen y juzguen el contenido de una representación artística».
También El Salto, colectivo organizador de los festejos, reconoció sentirse «alarmado e indignado» por el suceso.
«Sobre el escenario hay momentos de improvisación y decimos lo que nos da la gana. No me imaginé nunca que me llegaría a pasar esto. Es algo insólito. Soy músico desde hace mucho tiempo y nunca pensé que llegaríamos a esto», narra indignado, no sólo por su experiencia sino por lo que considera un retroceso en la libertad de expresión: «El gobierno quiere sembrar el terror. Es algo violento. Hay mucha gente que tiene miedo, casos en los que te contratan atemorizado o personas que te llaman preocupadas por que te pueden condenar». Dani defiende la creación artística: «La música es música, llega a la gente, es algo positivo. Lo que escuchas o ves es una obra, una representación».