Las asociaciones, en pie de guerra por el impuesto de Sociedades

Por primera vez todos los clubes, las Ampas y las entidades vecinales deben presentar este impuesto, lo que complica su gestión, les obliga a tener un gestor y dificulta su supervivencia

19 mayo 2017 23:43 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:28
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La reforma fiscal que ha entrado en vigor en 2015 tiene en vilo a buena parte del tejido asociativo. La nueva regulación obliga a todo tipo de entidades sociales, culturales, asociaciones cívicas y clubes deportivos a declarar el impuesto de Sociedades, por pequeño que sea su tamaño y aunque no tengan ánimo de lucro.

La medida supone toda una complicación administrativa y burocrática que dificultará la gestión diaria de unas entidades con poco margen de maniobra y dirigidas fundamentalmente por voluntarios. Estas organizaciones están mostrando su descontento y su indignación ante una medida que, si bien no tendrá impacto impositivo (no deberán pagar), sí les obliga a llevar una doble partida de contabilidad.

«Nos estamos movilizando mucho. La ley amenaza con eliminar más del 50% de los clubes deportivos, los más pequeños. Hemos pedido que se incluya la excepción en aquellas entidades que facturen menos de 100.000 euros, como era hasta ahora», explica Gerard Esteva, presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), un organismo que engloba a 12.500 entidades, 69 federaciones deportivas y más de 700.000 deportistas.

«Hemos pedido a todos los diputados de Catalunya que presenten estas modificaciones y hemos enviado una carta al ministro Wert. En febrero nos reunimos con la oposición, vamos al Congreso y al Senado a pedir que se cambie la ley». «Aunque muchos clubes tengan que presentar obligatoriamente el impuesto, la mayoría no deberán pagarlo, gracias a la naturaleza de su actividad. Entonces, si no habrá una mayor recaudación del Gobierno, ¿qué beneficio trae este cambio legislativo?», se pregunta Esteva, que es contundente: «Creemos que la intención es eliminar la trama asociativa».

«No es el primer intento de aplicar cambios. Ya se intentó en 2003 pero la presión del sector deportivo hizo tirar atrás la normativa. Ahora toca levantar la voz de nuevo. Estos cambios supondrán un aumento de gastos administrativos, fiscales y burocráticos para clubes y federaciones, ya que necesitarán asesoramiento fiscal para adaptar su contabilidad», continúa Esteva.

 

Sanciones desde 200 euros

Aquellas entidades más pequeñas y humildes, regidas generalmente por personas de manera desinteresada, son las que a partir del 1 de enero deben regirse con una gestión adecuada para que, en 2016, puedan presentar ya el impuesto en relación a este 2015. Según Gerard Esteva, el 95% de los clubes no estaban obligados a presentar el impuesto, pues su presupuesto no llega a los 100.000 euros. A partir de ahora, de no hacerlo, se exponen a sanciones de 200 euros hacia arriba.

Desde agrupaciones excursionistas a los propios clubes de fútbol que juegan en categorías modestas como Segunda, Tercera o Cuarta Catalana, pasando por todo tipo de asociaciones, a veces con unos pocos miembros, todos se verán afectados por esta nueva norma. Algunos de ellos desconocen la nueva obligación que, en un principio, deberían estar asumiendo ya.

 

‘Algunas tendrán que cerrar’

Más allá del deporte, otro de los colectivos más afectados serán las asociaciones de padres y madres de alumnos, que ya se están movilizando. «Ahora el equipo jurídico de la Federació de Ampas está analizando cuál puede ser la implicación de estos cambios. Es algo que nos preocupa, en el sentido que supondrá una dificultad más para unas entidades a las que ya les cuesta salir adelante», indica Lluís Pallejà, presidente de la junta territorial de FAPAC en la provincia de Tarragona. «Yo no descarto que algunas tengan que decir adiós. Esto es un ataque para acabar de desanimar a la gente a la hora de apuntarse a una asociación. El impuesto requerirá que alguien lleve la contabilidad. Si no se sabe hacer, se tendrá que encargar a alguien externo, a una gestoría, con el gasto añadido que ello conlleva. Y eso teniendo en cuenta que hacemos una labor social y que en muchos casos estamos supliendo lo que debería hacer la administración», añade Pallejà.

FAPAC envió una comunicación a todas las juntas territoriales y las Ampas advirtiendo de la medida: «El cambio más importante es que ya no hay ninguna exención a presentar el impuesto de Sociedades. Todas las Ampas tendrán que presentar el impuesto del ejercicio contable que comience en 2015. Se tienen que presentar tanto de las rentas que tributan como de las que están exentas. Este cambio comporta la obligación de llevar la contabilidad de forma que sean fácilmente identificables los ingresos y los gastos correspondientes a las rentas exentas y no exentas».

El descontento también se ha instalado en las asociaciones de vecinos. «Estamos trabajando en ello, a través de la Confederació d’Associacions de Veïns. Es algo que nos afecta a todos y que queremos evitarlo. Estamos hablando, en general, de volúmenes de dinero pequeños, y no tiene sentido hacer algo así», explica Antoni Peco, presidente de la Federació de Veïns. Algunas de estas entidades en Tarragona reconocen no estar informadas ni mucho menos preparadas para adaptarse a la nueva normativa.

 

‘Nos ponen más trabas’

La Associació de Veïns de Bonavista, que no mueve más de 10.000 euros al año, es un ejemplo: «Nadie nos ha dicho nada pero igualmente es un absurdo. En muchos casos tendrías que contratar a un gestor, y eso cuesta dinero. Si no tienes conocimientos contables, es algo que cuesta mucho de hacer. Y, además, si tú no has generado ese dinero e igualmente no tienes que pagar, ¿por qué debes declarar ese impuesto?», se pregunta la secretaria, Araceli Gómez. No se descartan movilizaciones. «Al final es una manera de complicarlo todo, de poner más trabas. Si tenemos que movilizarnos, lo haremos», anuncia Gómez.

Pedro Sánchez, presidente de la Federació de Veïns Segle XXI, opina en la línea: «Va en deterioro del voluntariado, de la gente que desinteresadamente dedica su tiempo a tareas sociales o vecinales. Las asociaciones están muy preocupadas. Algunas de ellas están pensando ya en rebajar sus actividades formativas o culturales y quedar como unos entes reivindicativos. Estamos hablando de entidades que en general pueden manejar unos 5.000 ó 6.000 euros como máximo».

En toda Catalunya se estima que más de 45.000 entidades de todo tipo podrían estar afectadas. Jordi Giró, presidente de la Confederació d’Associacions de Veïns de Catalunya, también es muy crítico: «Es algo cíclico. Ya en 2003, en el segundo mandato de José María Aznar, se quiso hacer algo así pero se consiguió parar». Sigue Giró: «Todos somos conscientes de que hay que pagar impuestos pero en este caso se está subyugando a entidades que, en un 90%, no tienen estructura. Están empeñados en convertirlas en empresas mercantiles. Requerirán de un servicio externo. Es complicar todo para un colectivo que está generando cohesión y comunidad. No tiene sentido equiparar estas entidades con una empresa. Es un ataque frontal al mundo asociativo». La Confederació es otra entidad que trabaja «a nivel político» para evitar que las asociaciones tengan que acogerse a esta medida, que ya está en vigor, en virtud de la Ley 27/2014, del pasado 27 noviembre, sobre el impuesto de Sociedades.

 

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