Las camadas de gatos abandonados desbordan a las entidades

Los animales nacidos en primavera, tanto en la calle como en casas, dejan a entidades y voluntarios sin sitio ni medios para cuidarlos. El Ayuntamiento esteriliza a algunos, pero se necesita tiempo

21 mayo 2021 16:58 | Actualizado a 22 mayo 2021 06:02
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Comienza la ronda de biberones. Gloria Herrera empieza a alimentar a las camadas de gatitos jaula por jaula. Al final cambia la tetina porque toca alimentar a los más pequeños. Apenas abren los ojos. 

Herrera se ha venido con todas sus jaulas, como cada día, a Tiendanimal en Les Gavarres, donde le dejan sitio para montar una paradita, junto con otras entidades, para recaudar dinero. En la misma tienda hay una especie de escaparate donde están los gatitos que ya se pueden adoptar. Solo se entregan cuando pueden alimentarse con pienso.

En las redes sociales de la entidad, Rodogats Pere Pau, es frecuente ver fotos de personas que acaban de adoptar, pero la voluntaria advierte de que el ritmo de los que salen no es, ni de lejos, similar al de los que entran. Ahora mismo mantiene en su casa 23 gatos. A los más pequeños los alimenta, de día y de noche, cada tres horas. Los gatos recién nacidos, además, son delicados y no todos sobreviven.

Les llegan animales que han nacido en la calle, aunque explica que cuando alguien encuentra gatos pequeños en la vía pública es importante ver si la madre está cerca y no separarlos.

Pero también  hay camadas que son, a todas luces, de gatos domésticos. Nos muestra una de las jaulas en que hay animales de una raza particular. Las excusas que dan quienes los traen son de lo más variadas. Desde un: «me los encontré» hasta un: «criaron en mi jardín». Hay casos y casos, como el del dueño tenía tres gatos en casa y decía no saber que uno era macho y dos hembras. El resultado es que las dos han quedado preñadas. Herrera se ha hecho cargo de una camada y luego le traerán la otra. Dice que termina por acogerlos cansada de encontrar camadas en la basura o en las colonias de gatos ferales. 

Es un círculo vicioso, porque si se abandonan nuevos animales en las colonias controladas (donde los animales son esterilizados) se descontrolan y vuelven a criar.

Urge sitio en la Protectora

La situación de esta entidad es apenas un reflejo de lo que viven por quienes se ocupan de atender a estos animales. En Gaia Tarragona, donde se organizan en una red de casas de acogida, señalan que por estas fechas se multiplican las llamadas por camadas abandonadas. Meritxell Salomó explica que «te encuentras personas que tienen la gata sin esterilizar y de repente se ven con seis gatitos que creían que iban a poder colocar fácilmente y ven que no lo consiguen, que está todo saturado».

Conseguir casas de acogida para animales muy pequeños es, además, muy complicado porque requieren que se les alimente de manera constante.

Por su parte Eva Núñez, de Tarraco Gats explica que, a la hora de abandonar la gente «no tiene miramientos, les da igual abandonar un adulto que un bebé. La gente prefiere abandonar que esterilizar».

Aunque si hay un caso paradigmático es el de la Protectora d’Animals i Plantes de Tarragona. Amara González, trabajadora y voluntaria de la entidad sin ánimo de lucro, explica que la presión por la llegada de camadas aumenta en primavera, aunque en los últimos años han visto cómo las gatas crían todo el año. 

En su sede, en el Polígono Industrial Riu Clar, tienen unos 250 gatos además de los que viven en el patio. Y no paran de llegar. «Esta semana nos trajeron 5 gatos de un desahucio, y ayer 5 más». Aquí se acogen a todos los que son recogidos por el Ayuntamiento.

Han iniciado una campaña en Facebook para captar fondos porque les urge habilitar un nuevo sitio para las cuarentenas. Allí están los animales enfermos y las crías, pero el cuarto se ha quedado pequeño y, cuando llegue el verano, tendrán que sacarlos porque se convierte en un horno. Llevan 60 euros y necesitan 3.000. La campaña se puede visualizar aquí.

Una acción a largo plazo

En diciembre del año pasado el Ayuntamiento de Tarragona comenzó una prueba piloto para señalizar y hacer seguimiento de 16 de las 54 colonias de gatos ferales controladas que hay en la ciudad. En dichas colonias se colocaron carteles informativos, casetas y tolvas para facilitar el trabajo de las entidades que se encargan de alimentar a estos felinos con su propios medios.

La prueba tiene un presupuesto de 20.000 euros del cual la mayor parte, el 75%, está destinado a gastos veterinarios para esterilizaciones. Carla Aguilar-Cunill, concejala de Benestar Animal, explica que el proyecto piloto está yendo bien, por lo que para este año se vuelve a contar con el mismo presupuesto, además de lo que queda por gastar del año pasado.
Señala Aguilar-Cunill que con este programa «se aborda por fin la deuda que tenía el Ayuntamiento tanto con las colonias como con las personas que las cuidan». 

Actualmente está acabando la primera fase y se pondrá en marcha la segunda, donde se tendrá en cuenta lo aprendido. La esterilización, que es el gasto que más cuesta asumir a las entidades, seguirá siendo «prioritaria». Advierte, no obstante, que habrá que hacer un esfuerzo sostenido en el tiempo para ver resultados. «No podrá ser algo puntual», señala.

Sobre los destrozos a algunos de los elementos puestos por el Ayuntamiento, la edil muestra su «condena rotunda» y recuerda que se trata de mobiliario municipal, por lo que a los responsables se les pueden imponer las mismas sanciones que si se daña un banco o una farola. «Tienen que saber que esta es una política (la de bienestar animal) que en el Ayuntamiento nos tomamos muy en serio».

La voz del veterinario: camadas varias veces al año

Verónica Araunabeña es presidenta del Col·legi de Veterinaris de Tarragona y experta en pequeños animales. Explica que para entender por qué comienza a haber camadas a lo largo de todo el año, como señalan la entidades, hay que entender cómo es el ciclo reproductivo de las gatas.

Señala que estos animales tienen ciclos que responden a picos hormonales que dependen de factores externos como la temperatura o la luz solar, entre muchos otros. «No tienen celos regulares como los perros», advierte, y solo ovulan cuando las monta el macho. Señala que si las gatas se alimentan en exceso puede haber más gestaciones, hasta cinco al año, cuando en la naturaleza pueden ser dos y en el caso extremo de las que pasan hambre una o ninguna.

Las claves, señala, son la identificación (solo el 10% de los gatos con propietario, sin contar con los de la calle, están identificados) y promover la esterilización.  El Col·legi de Veterninaris ha elaborado un protocolo científico que está promoviendo entre ayuntamientos y consells comarcals sobre cómo afrontar el problema.

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