Las cargas en herencias generan 600 renuncias anuales en Tarragona

La deuda acumulada en los bienes y la tributación fiscal hacen que cada mes 50 tarraconenses rechacen recibir un legado familiar

19 mayo 2017 23:16 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:34
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El aliciente apetitoso que antaño fue una herencia se ha convertido hoy, cuanto menos, en una incógnita e incluso, en un regalo envenenado al que muchas familias renuncian. Si antes recibir un legado conllevaba un alivio económico que servía para tapar agujeros, ahora las cargas que llevan adheridas pueden suponer un dolor de cabeza para los herederos.

Por eso, en la provincia las renuncias se han incrementado un 133% en los años de la crisis, en concreto entre 2007 y 2014. Si en 2007 Tarragona registró 261 procesos de este tipo, el año pasado la cifra fue de 609 –unos 50 al mes–, llegando al tope de estos siete años con aumentos constantes. El gran incremento tuvo lugar en 2013, cuando se pasó de 481 a 600, una subida del 25% que fue la más elevada de Catalunya. Sin embargo, la tendencia se mitigó el año pasado, donde el aumento fue sólo de un 1,5%.

La clave está en las cargas añadidas, como indica, por ejemplo, el notario de Tarragona José Manuel Valiente: «Hemos apreciado un incremento, al encontrarse los herederos con que las propiedades están embargadas. Eso lleva a muchos a no aceptar. Hablamos de fincas que pueden estar en proceso de ejecución hipotecaria». Joan Carles Ollé, decano del Col·legi de Notaris de Catalunya, hace algunas recomendaciones: «Hay que estar bien informados antes de decidir aceptar o renunciar una herencia, dado que en la gran mayoría de los casos el valor de los bienes supera al de las cargas». En el contexto de crisis los números no cuadran. «A muchos no les interesa hacer frente a la finca. Al haber disminuido mucho el precio de la vivienda, la deuda es más alta que el valor de la propiedad. No podrían vender por un precio elevado, y entonces no sale a cuenta», explica José Manuel Valiente.

«Un ejemplo práctico puede ser el de un piso que está valorado en 50.000 euros pero que tiene una hipoteca pendiente de 50.000», narra Manuel Estrada desde su despacho de Tarragona. Ángel Maria Doblado, otro notario tarraconense, certifica el aumento: «En el último año se ha notado un incremento. Hay una preocupación sobre la posibilidad de que los bienes lleven algún tipo de sorpresa y haya que pagar. Hemos tenido algunos casos. El difunto tenía préstamos hipotecarios en vigor y los hijos no se han hecho cargo».

En esta tesitura compleja, hay una figura clave que es la que aconsejan utilizar los notarios: aceptar la herencia a beneficio de inventario. «Es una manera de valorar económicamente, en un periodo máximo de tres meses, todos los bienes y cargas que contiene la herencia, y responder por las deudas sólo con los bienes de la propia herencia, de forma que en ningún caso se pueden ver afectados los bienes que son propiedad de quien hereda con anterioridad a la herencia», comenta Ollé.

 

La sucesión intestada

«Mucha gente lo está adoptando como normal general. La situación de la herencia es algo que tiene que exponer el interesado, que debe estar al tanto para que no aparezcan deudas posteriores», explica Doblado. Tanto la aceptación como la renuncia deben referirse a la totalidad de la herencia, es decir, no se puede aceptar una parte o determinados bienes y renunciar al resto. De la misma forma, tampoco se podrá aceptar o renunciar a la herencia a plazo o con condiciones.

Pero, ¿qué ocurre cuando los herederos rechazan las propiedades?. «Habría que mirar el testamento y analizar caso por caso», define Valiente. Si ni hijos, ni padres, ni cónyuges, ni hermanos, ni sobrinos, ni tíos, ni primos u otros parientes de cuarto grado quieren aceptar le herencia, en último término la administración se haría cargo. Es la llamada sucesión intestada o ‘ab intestato’. «Aquí pasaría a la Generalitat, pero tampoco es obligatorio que acabe pagando. También puede aceptar a beneficio de inventario, con lo que es muy probable que el acreedor, por lo general, se quede sin cobrar», dice Doblado.

Además de las deudas hipotecarias o de crédito, la tributación fiscal es otro de los motivos que frenen a los herederos. En Catalunya, la cifra de renuncias se ha incrementado un 195% desde el inicio de la crisis, pasando de las 2.487 de 2007 a las 7.349 del año pasado. Eso supone que prácticamente se han triplicado en los últimos ocho años, en unos términos similares a los registrados en Tarragona. En ese periodo, Barcelona fue la que más incremento registró (200%), por delante de Tarragona, con ese 133%, de Girona (123%) y Lleida (116%).

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