Las cenas de empresa en Tarragona llenan los restaurantes de reservas

Los viernes 14 y 21 de diciembre se prevé que sean los días de más afluencia de comensales y los establecimientos esperan que se vayan completando también los días de entre semana

19 noviembre 2018 07:47 | Actualizado a 19 noviembre 2018 07:52
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Los restaurantes de Tarragona empiezan a poner el cartel de completo para una de las épocas en las que tienen más demanda. Se trata de las semanas previas a la Navidad, coincidiendo con la celebración de las populares cenas de empresa. Son cientos los grupos de trabajadores que se reúnen alrededor de una mesa para desearse unas felices fiestas, hacer equipo y pasar una buena velada lejos de la tensión y el estrés laboral diario. Hay dos días para los que ya prácticamente no quedan plazas. El viernes 14 y el viernes 21 de diciembre.

Para días de entre semana y los sábados aún se pueden encontrar huecos. La recomendación del sector es clara: si con sus compañeros aún no han reservado mesa, dense prisa.

«Hay algunos viernes que llenaríamos tres o cuatro restaurantes». Lo afirma Julio Rebenaque, presidente de la Associació de Restaurants de la Part Alta (ARPA) y propietario de Racó de l’Abat. Apunta que «los viernes 7, 14 y 21 son los más solicitados, y el resto de días los vamos llenando. La verdad es que no nos podemos quejar». Según ha constatado con sus compañeros de la entidad, que aglutina nueve establecimientos del casco antiguo, «el día 14 es una barbaridad, me imagino que estarán todos los restaurantes llenos» y estima que en toda la ciudad «se reunirán miles de personas» en los locales. De hecho, con los integrantes de la asociación «cuando se llena un restaurante, a nivel de ARPA nos pasamos los clientes de unos a otros».

30 euros

es el precio aproximado que tienen los menús de las cenas de empresa

Su opinión concuerda bastante con la de Òscar Garcia, propietario del restaurante El Taller, en el Serrallo. «El 14 y el 21 son los dos días que tenemos más reservas», explica, aunque asegura que «entre semana también hay movimiento». «Cuando se llenan los fines de semana, el resto se reparta en los otros días», concreta. Rebenaque, por su parte, señala que de martes a jueves también tiene clientes de este tipo: «los jueves, e incluso los miércoles, también son fuertes» y lo atribuye en parte a que «hay algunos sectores que quieren más intimidad y como entre semana hay menos movimiento de gente, lo prefieren».

Un poco menos optimista es Jordi Lafuente, del restaurante El Complet, de la calle Natzaret. A pesar de estar en la Part Alta no está integrado en ARPA y constata que «por ahora está más flojo que el año pasado, que ya fue más flojo que el anterior». Una de las posibles razones, a opinión de Lafuente, es que «quizás la capacidad del bolsillo de la gente haya influido». A pesar de ello asume que los fines de semana de diciembre previos a la Navidad trabajará con intensidad. 

Los menús suelen ser propuestas cerradas aunque se pueden adaptar algunos platos

En este tipo de cenas el número de comensales oscila bastante, dada la variedad de tamaños de empresas. En El Complet la sala principal tiene una capacidad de 34 sillas y Lafuente comenta que «los grupos más habituales son los de entre 15 y 20 personas», pero «también tenemos ya dos reservas de 30 y hasta una de 34». Otro volumen habitual es el de los grupos de «8 o 10 personas, que generalmente son empresas familiares».

Menús
Uno de los elementos que más tienen en cuenta los trabajadores que asisten a este tipo de cenas es el precio. En El Taller disponen de dos propuestas: un menú de 32 euros y otro de 38. «Son menús basados en nuestra cocina», explica Garcia, que para estas situaciones apuesta por hacer los platos que sirve generalmente: «teniendo en cuenta que tendrás mucha gente tienes que hacer lo que sabes hacer. No nos queremos volver locos innovando o preparando cosas que no tenemos por la mano».

En su caso los menús son cerrados ya que «si hiciéramos cosas especiales y personalizadas para cada grupo sería imposible». Como máximo «adaptamos algún plato para los celíacos», detalla el restaurador. 

«El día 14 es una barbaridad, me imagino que todos los restaurantes estarán llenos», Julio Rebenaque, presidente ARPA

Jordi Lafuente en cambio ha optado por modificar la receta de un plato concreto, como son los calamares a la andaluza, para que las personas con intolerancia al gluten puedan comerlos. En su caso ha preparado tres menús diferentes, que se añaden al que ofrece durante todo el año. Así pues, el precio oscila entre los 21 y los 48 euros, con dos consumiciones incluidas: «Nosotros servimos platos tipo tapas, pero para quien quiere comida más elaborada también nos adaptamos».

Por su parte, Julio Rebenaque comenta que «muchos se adaptan a nuestros menús», que contienen unos entrantes y segundo plato a escoger, aunque «según el presupuesto también lo personalizo», con opción de platos para celíacos o veganos. En Racó de l’Abat «trabajamos entre 30 y 40 euros pero dentro de ARPA hay precios de todos los colores», señala el presidente de la entidad. Considera que «lo bueno que tenemos es que somos diferentes y tenemos líneas variadas, por lo que los precios van de los 25 a los 65 euros, aproximadamente».

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