«Las crecidas del Francolí serán más frecuentes»

Una mesa redonda de expertos analiza las causas del desastre de 1994 y las posibilidades de que hoy pueda repetirse

10 octubre 2019 07:20 | Actualizado a 11 octubre 2019 18:35
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El Arxiu i el Servei de Publicacions del Port de Tarragona organizaron ayer una mesa redonda en el Teatret del Serrallo bajo el título ‘25 anys de l’última riuada’. Efectivamente, hoy se conmemora el vigésimo quinto aniversario del desbordamiento del río Francolí que asoló la Part Baixa de la ciudad, el polígono industrial y las instalaciones portuarias, como consecuencia de los extraordinarios aguaceros de aquellos días.

El acto fue conducido por el periodista Ricard Lahoz, y contó con la participación del geógrafo Jordi Blay, el director del puerto Ramón García, y el climatólogo Enric Aguilar. Al evento asistieron el presidente de la Autoritat Portuaria, Josep Maria Cruset, así como representantes de las asociaciones de vecinos y otros colectivos que vivieron en primera persona los efectos de aquellas excepcionales inundaciones.

Además de la mesa redonda, el evento sirvió también para presentar una pequeña publicación sobre esta devastadora riada, obra del propio Ricard Lahoz, con la que se estrena la colección ‘Petit Format’ del Servei de Publicacions del Port.

Jordi Blay comenzó su intervención recordando que, «frente a los riesgos, sean del tipo que sean, lo peor que puede pasar es que perdamos la memoria y nos confiemos. Por aportar algunas cifras de aquellas jornadas, desde la tarde del día 9 hasta el mediodía del día 10, en la cabecera del Francolí se recogieron entre 200 y 500 litros de lluvia por metro cuadrado, que es una barbaridad. Son las cantidades que han caído hace poco en Murcia. El río llegó a transportar 1.500 metros cúbicos de agua por segundo, y los destrozos fueron enormes. El Francolí tiene unas características que permiten que esto pase tres o cuatro veces cada siglo: un curso muy corto, la forma de sus afluentes... Estos factores no dependen de nosotros, pero otros sí, como los usos del suelo que rodea el río: cuanto más urbanizado esté, el agua circulará más rápidamente».

Por su parte, Ramón García recordó sus vivencias de aquellos días, y defendió las actuaciones realizadas para reducir los riesgos de inundación: «Se limpió y se encauzó el río, se le dio una forma más rectangular, y se dragó para darle más capacidad. Una crecida como la de 1994 pasaría ahora sin problemas por el último tramo del Francolí».

Finalmente, el experto en cambio climático Enric Aguilar reconoció que hoy disponemos de más herramientas para afrontar estas riadas (previsiones más eficaces, mapas de inundabilidad, planes de respuesta), pero «nuestro clima es de precipitación irregular, con inundaciones y sequías. Y las proyecciones de las que disponemos nos indican que los episodios de lluvia intensa serán cada vez más frecuentes, porque el calentamiento global está provocando que el mar esté cada vez más caliente y que la atmósfera contenga más vapor de agua. De hecho, ya lo estamos viendo. Lo que sucedió aquí volverá a pasar, y con mayor frecuencia».

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