Las luces del mar

Los faros de la Banya, Salou, el Fangar y Torredembarra vigilan la costa desde la altura

10 junio 2021 18:27 | Actualizado a 11 junio 2021 06:00
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«Torre alta en las costas, con luz en su parte superior, para que durante la noche sirva de señal a los navegantes». Así define la RAE la palabra faro. Más allá de su función también se han convertido en lugares emblemáticos que la gente suele visitar para fotografiarse. Tienen ese encanto que provoca que hasta muchas personas los lleven tatuados.

El faro de la Banya está situado en la escollera del puerto de Tarragona y fue durante mucho tiempo uno de los más importantes del delta del Ebro. Tiene una altura de 23,7 metros  y 3 metros de diámetro. Hoy, es un museo, con una exposición permanente sobre las señales marítimas y temas relacionados con la navegación. Y además, el espacio integra un circuito para ir en bici, patinar, hacer running o simplemente caminar.

El faro de Salou tiene un encanto especial, ya que el camino permite al visitante prácticamente tocar el agua y disfrutar de un entorno natural de gran belleza, al abrigo de la costa abrupta, alejado del ruido de la capital de la Costa Daurada. Inaugurado en abril de 1858 y con una altura de 42,55 metros, dispone de una torre central de color rojo que aún hoy, día tras día, ilumina el golfo de San Jordi. La restauración del lugar se ha realizado de una manera muy respetuosa con el entorno natural. 

El faro del Fangar fue construido en 1972 y tiene una altura de 20 metros y un diámetro de 3 metros que permite observar desde sus alturas buena parte del delta del Ebro, especialmente desde las playas próximas como la de los Eucaliptos, el Aluet o la Marquesa. Aunque su última construcción data de 1972, consta que ya hubo un primer faro en 1864. Sin embargo, aquella primera estructura sufrió el deterioro por las inclemencias meteorológicas y la posterior destrucción durante la Guerra Civil cuando fue incendiado. Posteriormente fue sustituido por una pequeña torreta de hierro de unos ocho metros de altura, que estaba pintada en franjas blancas y negras. Aquella torreta fue la que precedió al faro actual.

El faro de Torredembarra fue diseñado por el arquitecto Josep Maria Llinàs y tiene una altura de  38 metros. Como curiosidad, es el el último construido en España en el siglo XX y entró en funcionamiento el 1 de enero del año 2000. 

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