Las rotondas que no llevan a ningún sitio

Tiene la apariencia de un proyecto absurdo pero es algo más habitual de lo que parece en una España en la que aún colean los desmanes urbanísticos de la época de pujanza: miles de hectáreas de suelo urbanizado que se han quedado a medias y en desuso. El exceso de la burbuja se ve en algunos rincones de la provincia, pero es bien palpable en Port Olivet, en L’Ametlla de Mar.

Se trata de una urbanización que se comenzó a construir pero que ahora está detenida en el tiempo, y así lo muestra un vistazo mediante Google Earth: un entramado de calles en la nada, de rotondas que no conducen a ningún lugar, de aceras llenas de maleza y de farolas sin luz. Una vista aérea es especialmente reveladora, por el kafkiano papel de unas rotondas en mitad del campo, como si fuera Mad Max, como si sirvieran para algo. 

El esperpento de planificación ha sido inventariado por el proyecto ‘Nación Rotonda’, un colectivo compuesto por tres ingenieros y un arquitecto que se ha encargado de radiografiar la huella de la construcción desaforada en España. 

Aunque el caso de L’Ametlla de Mar es el más flagrante, los impulsores de la iniciativa han capturado el cambio visual de los últimos 15 años, y allí aparecen lugares como Vilardida, Sant Jordi d’Alfama, Alcover, Les Cases d’Alcanar, Albinyana, Bonmont, Aigüesverds, Sant Carles de la Ràpita o Vila-seca, sometidos a la expansión a golpe de ladrillo.  

¿Pero qué ocurrió en ese terreno de L’Ametlla de Mar preparado para acoger viviendas y que ahora es víctima de la dejadez? Se trata de uno de los sectores litigiosos del POUM de L’Ametlla, esto es, marcados por resoluciones judiciales en contra que evitaron su desarrollo. En marzo, el ayuntamiento aprobó una modificación del plan urbanístico para incluir a Port Olivet, junto a otras zonas como Bon Repòs y Artilleria, después de que quedaran fuera de ordenación para buscar un acuerdo con los propietarios. «La cuestión está ahora paralizada pero la intención es que no se construya en ese lugar para mantener la costa libre de edificaciones», sostienen fuentes del ayuntamiento.

El verano pasado, L’Ametlla volvió a tener vigente  la normativa urbanística que había sido tumbada por diversas sentencias. «Ahora el sector está calificado como zona rústica. De la misma manera, se continúa con una serie de negociaciones con las empresas propietarias para llegar a un acuerdo», expone el consistorio. El ayuntamiento no ha definido aún cuál puede ser el futuro de esta partida, pero de momento descarta que se edifique. «No hay intención de construir», afirman fuentes municipales.