«Las sirenas han quedado obsoletas»

Encarnación Rodríguez, doctora en Comunicación y profesora en la URV, es experta en crisis y riesgos. Urge a revisar la comunicación del Plaseqcat: «Lo más útil es enviar un mensaje a móviles»

10 julio 2019 07:30 | Actualizado a 10 julio 2019 08:06
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El incendio de Miasa ha reabierto el debate de los protocolos del Plaseqcat. 
Lo primero que pienso es que en Tarragona, las administraciones y las empresas tienen miedo a dar información y eso es complicado de gestionar. Pero lo que peor tolera la gente son las contradicciones. En los mensajes de Protecció Civil las encontramos. 

¿Cuáles?
Decían que el humo no era tóxico. Difícilmente lo pueden saber si no saben lo que hay allí guardado. Y, por principio, todo el humo es tóxico. Después están las contradicciones en los mensajes: llamas y te dicen que te confines en casa pero no están activando las sirenas. Si a alguien le dices que se confine en su casa, quiere decir que las sirenas se tienen que activar. Entiendo, por otra parte, que es complicado alarmar a toda la población si no es estrictamente necesario. 

Entonces, ¿cómo actuar?
Se tendrían que activar mecanismos para enviar a la población un aviso directo de lo que está pasando, un mensaje a los móviles, aunque no estés apuntado a ningún servicio. No puedes ir puerta a puerta, pero hay sistemas para avisar de forma generalizada a toda la población o a un porcentaje muy alto. 

¿Qué tipo de sistemas?
La gente entiende que estas cosas pueden pasar. Hay que usar las nuevas tecnologías para definir un mensaje unitario. Un mensaje al móvil es buen sistema y la tecnología lo permite. Es mejor eso que las redes sociales o que sintonizar la radio. Siempre puede haber la típica abuelita o persona mayor sin móvil, sí, pero es una tecnología muy generalizada. 

¿Qué papel juega la activación de las sirenas?
Fueron un buen modelo en su momento, con una muy buena intención pero quizás ahora las sirenas han quedado obsoletas. Ahora hay tecnologías que permiten dar más información. 

¿Fue correcto no activar las sirenas la noche del sábado?
No hay que tener miedo de avisar. Entiendo que a las dos de la mañana es más complicado. A mí me hubiera costado mucho activarlas si no es una nube tóxica. El sector químico es el primer interesado. La gente no tiene miedo del riesgo, sino de los mensajes contradictorios, porque crees que alguien te engaña, aunque no sea intencionado. 

¿Hay que revisar los protocolos del Plaseqcat?
Sí, en todo. Vamos a golpe de accidentes. Como decía el exalcalde Joan Miquel Nadal, que hablaba de la Mare de Déu del polígono… y nos aferramos a que nunca pasa nada. No podemos pensar que todo está hecho. Hace falta una revisión y estamos obligados por ley a informar de los riesgos. Lo que ha sucedido ahora es una buena oportunidad, ya que no ha pasado nada, para ponernos las pilas. Con el atentado de Enpetrol, algunos organismos que vivían de espaldas dejaron de hacerlo y se hicieron cosas muy útiles. El ciudadano tiene derecho a saber lo que pasa. 

¿Son útiles los simulacros periódicos de sirenas?
Sí, es el elemento que tenemos y va bien que se hagan simulacros para saber que una sirena no funciona, pero yo creo que están obsoletas. Hay que llegar a la población con otros sistemas. Las sirenas funcionan, sí, pero han quedado superadas.

Han pasado 32 años de Enpetrol y ahora se han revivido algunas escenas similares. ¿Hemos bajado la guardia?
Se han dejado de hacer charlas en las asociaciones de vecinos, en los institutos. Se hacían antes y ahora, si se llevan a cabo, creo que no son efectivas. Yo pregunto a los alumnos que llegan a la universidad y menos del 1% sabe actuar en caso de accidente químico. Queda trabajo por hacer en esa línea y siempre se puede mejorar. No vivimos con el peligro, pero sí con el riesgo. 

¿Cómo ve el compromiso del Ayuntamiento de mejorar los canales de comunicación?
Es importante hacerlo. En los últimos años nos hemos relajado. Creíamos que ya estaba bien lo que se había hecho. La información de las cuentas oficiales de Twitter, muy útil, acabó sustituyendo al trabajo de concienciación y educación, en medios tradicionales. Una cosa no quita la otra y hay que recuperar eso. 

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