Las tiendas de Bulevard Bus de Tarragona se reconvierten en oficinas de alquiler

El comercio prácticamente ha languidecido en un espacio que se inauguró a finales de los años ochenta y que ahora busca una segunda oportunidad, con una nueva estrategia

27 noviembre 2018 08:53 | Actualizado a 27 noviembre 2018 09:14
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Una pancarta en el exterior informa del alquiler de oficinas «a partir de 169 euros al mes». Es el anuncio que en los últimos meses cuelga en una de las puertas de acceso al Bulevard Bus. Este emblemático espacio busca una segunda oportunidad.

Los carteles de «se alquila» o «se vende» son protagonistas en el interior. La actividad es mínima y en los pasillos tan solo se ve de forma ocasional a alguna persona paseando. De los 41 locales disponibles, la ocupación roza al 50%, una cifra que, a pesar de la desoladora imagen, hacía muchos años que no se conseguía. El cambio ha venido desde que la nueva junta de propietarios apostó por el alquiler de oficinas. «Ya vemos como está el comercio en el centro así que decidimos que debía hacerse algo. Es un espacio muy céntrico», describe Xavier Farré, presidente de la Comunitat de Propietaris. Asegura que la recuperación ha sido más lenta de lo esperado, a pesar de que uno de los principales atractivos es el precio del alquiler, por debajo de los 200 euros. 

Una empresa de administración de fincas se encarga de alquilar los locales, con el objetivo de acabar con el aire de decadencia que rodea el espacio.

Farré explica que no se trata de un vivero de empresas, pero sí que «es una buena opción para los emprendedores que arrancan de cero y quieren estar en el centro». Tres inmobiliarias, un espacio de masajes, una autoescuela y un local de terapias son algunos de los negocios que se han implantado. Los responsables están abiertos a cualquier propuesta, con la única limitación que en los locales no hay agua, de forma que no puede instalarse una peluquería, por ejemplo.

Comercios que siguen
Los nuevos negocios conviven con la actividad comercial, que se mantiene en aquellos locales más próximos a la calle. Cristina Cortiella es la propietaria de Jove 2000. La tienda abrió hace más de quince años. «Estamos en un espacio privilegiado por el que pasa muchísima gente a lo largo del día», asegura. Esta comerciante defiende que el Bulevard «sigue vivo» y que la implantación de oficinas ha sido positiva. «Siempre que entre gente es bueno, porque pasean, miran el escaparate y en algún momento u otro acaban comprando», afirma.

Jove 2000 está especializado en moda, mientras que en la otra entrada está la Ganiveteria Gallart &Asensio. Este negocio con más de veinte años de trayectoria en el sector hace tres años que decidió alquilar un local en este emblemático espacio. «Es el pez que se muerde la cola. Con la llegada de Parc Central y El Corte Inglés mantenerse es difícil y en toda la ciudad se está llevando a cabo un cambio del modelo comercial, pero el Bulevard sigue vivo y prueba de ello es que en los últimos años han venido nuevos negocios», describe Encarna Asensio.
Roller Zone es una de las empresas que ha aterrizado recientemente. Se instaló en el Bulevard Bus tras iniciar su actividad en el Port Esportiu. Su impulsor afirma que «el tema económico» fue uno de los aspectos que hizo que se decidiera. «No hay gente que entre continuamente, es difícil que te vengan nuevos clientes», asegura este patinador. La empresa se da a conocer a través de internet, en eventos especializados y a través de las actividades de iniciación que organiza todos los sábados en el Moll de Costa. Es el mecanismo que han encontrado para compensar la escasez de público que entra a la galería.

Uno de los principales handicap es que en su interior ni siquiera hay una cafetería o un restaurante que pueda servir como atractivo, como punto de quedada. «Ayudaría mucho, porque lo que nos interesa es que haya movimiento», asegura Xavier Farré. La buena noticia es que el administrador de fincas ha recibido una solicitud en este sentido recientemente.

Más de treinta años de historia
Inaugurado el 20 de marzo de 1987, el Bulevard Bus llegó a Tarragona haciendo un tándem perfecto con el Flac’s Burger. El alcalde Josep Maria Recasens presidió una acto que daba la bienvenido a un complejo que al poco tiempo se convirtió en un referente comercial en la ciudad. Sus 2.000 metros cuadrados hicieron de este espacio una de las galerías comerciales más grandes e importantes.

Sin embargo, muy pronto se convirtió en el Bulevard de los sueños rotos. Los comerciantes aseguran que los primeros síntomas de fatiga surgieron con la apertura de Parc Central. Pese a ello, otro de los factores que jugó en la contra fue que a medida que los dueños de los locales se iban jubilando no hubo una continuidad. Hubo un momento en el que se presentó una propuesta de oferta de compra, pero algunos de los propietarios no lo aceptaron y siguió la decadencia del espacio.

Elevada carga impositiva
Las decisiones deben consensuarse entre los 25 propietarios. Algunos hace muchos años que no han conseguido alquilar su local. Esto hizo que cuando la nueva Comunitat de Propietaris asumió esta responsabilidad hace dos años la situación fuera caótica. «Había una morosidad importante de empresas que no pagaban desde hacía años y nos hemos dedicado a solventarlo», apunta Xavier Farré. El miembro del Grup Vegetas explica que la situación no es sencilla. Los arrendadores han ajustado los precios, pero los gastos de comunidad ascienden a setenta euros mensuales, hay que sumarle el IBI y la tasa de la basura, que en este último caso asciende a otros 295 euros al año. «Casi la mitad del alquiler de un año es para pagar los impuestos», asegura. Los propietarios consideran que la carga impositiva que tienen que soportar va en contra de la recuperación del espacio.

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