Laura Roigé: «El modelo de un turismo de masas está agotado»

Entrevista. La digitalización y la creación de sinergias entre los distintos formatos comerciales de la ciudad son algunos de los elementos que considera imprescindibles para salir de la crisis actual

08 noviembre 2020 10:00 | Actualizado a 08 noviembre 2020 12:47
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Laura Roigé es una empresaria vinculada al sector del transporte y los servicios de hostelería. Desde 2017 es la presidenta de la Cambra de Comerç de Tarragona, organización de la que forma parte como miembro del pleno desde 1995.

¿Hay motivos para el optimismo?

Esto pasará, como hemos superado todas las pandemias, pero está claro que comportará muchos cambios en el sistema de vida de las personas. Estoy convencida de que en cuanto haya una vacuna la gente volverá a salir y a gastar. Soy optimista.

Los datos de esta semana ponían de manifiesto un incremento en el paro del 27% respecto al año pasado. ¿Volveremos a la situación de la anterior crisis económica o no tiene nada que ver?

Es una situación diferente. Es una crisis sanitaria, que está generando una caída en el consumo principalmente. No hay disponibilidad de liquidez para gastar porque la economía se ha cerrado a nivel mundial. Por ello, todas las actuaciones que estamos llevando a cabo van en la línea de fomentar el consumo y evitar que caiga la actividad.

Una crisis de consumo que arrastra al mercado laboral.

Todos los datos son ficticios porque cuando hablamos de la tasa del paro no se incluyen los ERTE. Actualmente en la provincia hay unas 55.000 personas en esta situación, lo que genera una crisis social y una desconfianza en el sistema y en el consumo.

¿Qué pueden hacer?

Ahora mismo estamos trabajando con más proyectos que nunca para salir de esta situación. No tan solo en cuanto a la internacionalización, ya que somos la única cámara de Europa que hemos hecho una misión comercial en África, sino porque estamos haciendo muchos proyectos con las empresas.

¿Es el momento de salir?

La oportunidad es ahora y así lo han visto diez empresas que son las que han participado en esta misión. Somos activos y valientes para afrontar la situación. Es que además no habíamos tenido tantos cursos de formación. Tan solo para los jóvenes la oferta es de 250 cursos y después tenemos muchos proyectos con los municipios para reactivar el comercio.

¿Cuáles son las principales inquietudes que les transmiten las empresas?

Uno de los principales problemas que nos trasladan es la desconfianza. Algunos sectores están cerrados y están pendientes de las normas que dictará el ministerio o el Govern mañaa. Todas estas cosas, que se hacen de una forma muy improvisada, impiden que puedan hacerse previsiones. Cuesta gestionar, porque las ayudas salen tarde y después tienen una complejidad administrativa que de cara a los pequeños negocios es muy complicado. Estamos en un momento de transitoriedad hasta que no lleguen las ayudas europeas, que será en primavera, y mientras tanto las empresas tienen que aguantar.

¿No habrá una estabilidad hasta que no lleguen estas ayudas?

Habrá subidas y bajadas, como las que hemos visto durante todos estos meses.

Los datos hablan de que entre un 20 y un 30% del pequeño comercio podría desaparecer.

Sí, y todo es por la inseguridad y la improvisación.

¿Se están reinventando?

Muchísimo, el pequeño comercio tendrá que especializarse y, sobre todo, digitalizarse. Vamos hacia un modelo de ventas diferente, en el que las tiendas a través de internet están abiertas los 365 días.

¿Si un comercio no está ‘on-line’ está perdiendo oportunidades?

Sí, claro. Todos hemos tenido que reinventarnos. Cuando hablamos entre nosotros siempre decimos que en los últimos seis meses hemos dado un salto equivalente a seis años. Son cosas que ya sabíamos y que ahora se han acelerado. Hay gente que están avanzando a marchas forzadas.

Tarragona ya tenía un problema, con muchos negocios cerrados en los últimos años.

Sí, pero ahora se ha acentuado. De todas formas es un fenómeno que ha pasado en todas partes. Si el pequeño comercio no se especializa no sobrevivirá.

¿La situación actual obliga a acelerar las mejoras que ya tendrían que haberse hecho?

La cámara, cuando la presidía Albert Abelló, ya dijo que todo esto pasaría. En aquellos momentos ya se presentó un proyecto para peatonalizar la zona del Balcó y no se ha hecho. Siempre hemos ido por delante en presentar proyectos que la administración ha ignorado. Ahora, por fin parece que tenemos al Ayuntamiento de cara.

¿Han empezado a trabajar de forma conjunta?

El pasado día 30 tuvimos una reunión con el alcalde y todos los miembros de la cámara que forman parte de la Taula de Comerç y fue la primera vez en la que me sentí escuchada. Durante el encuentro pudimos hablar del decálogo para salvar el comercio de la ciudad que hemos preparado y nos comprometimos a crear un grupo de trabajo.

¿Qué refleja este decálogo?

Ponemos en valor que Tarragona es una ciudad que tienen una diversidad de formatos comerciales única después de Barcelona. Lo que pretendemos es poner en marcha un conjunto de acciones que permitan coordinar a los distintos operadores para que al final la ciudad tenga un liderazgo dentro del mundo del comercio y del ocio. El centro sobrevivirá si lo hacen los otros formatos, por lo que se trata es de crear un pool que irradie sobre el resto de áreas comerciales.

¿De qué acciones estamos hablando?

De mejorar la movilidad, los aparcamientos...

Dejar de mirar el comercio tan solo desde la perspectiva del centro, que está en decadencia.

Lo que queremos es no vender la ciudad como el centro sino en su conjunto. Hay áreas que están funcionando muy bien y lo que queremos es ponerlo en valor para tener el liderazgo comercial de toda la provincia. Hay que dejar de ver la situación como un problema sino como un activo que representa una oportunidad.

¿Estamos hablando de crear un nuevo organismo?

No, los organismos ya existen. Se trata de crear algo etéreo que nos permita coordinarnos entre todos, para trabajar conjuntamente en red. Debemos intentar hacer cosas sin estar peleándonos todos el día, porque al final la gente no lo entiende. Si tenemos que quedarnos con algo bueno de toda esta situación es que todos hemos caído del caballo a la vez. O nos ponemos a trabajar todos juntos o desapareceremos.

¿Qué más han conseguido?

Que por primera vez haya una partida destinada no al mantenimiento de los polígonos industriales sino a inversiones, porque al final todo se deteriora. Se han conseguido 250.000 euros para el polígono Entrevies, que el día que lleve no se puede entrar ni salir, y también se asfaltará la calle Coure. Pero hay otro gran problema, que es el de la agilidad administrativa.

¿Lo abordaron también?

Sí, porque hay un embudo considerable. Una de las quejas principal es el tiempo que tardan en informar en cuanto a las licencias urbanísticas y de actividad. Esto es algo que nos juega muy en contra, ya que es tristemente famosa la ciudad por culpa de esta falta de agilidad. Esto hace que muchas veces los inversores apuesten por irse a Constantí o a Vila-seca.

¿Se pierden oportunidades?

Claro que sí. Hay un cuello de botella que debe solucionarse.

¿En cuanto al turismo debemos pensar que el año que viene será distinto?

Todo dependerá de si tenemos la vacuna o un tratamiento.

Se ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del modelo de sol y playa y que conseguir cifras récord cada año no nos lleva a ninguna parte.

Estamos en un momento de cambios y todo cambio necesita una transición. Cuando la crisis sanitaria se solucione las empresas volverán a trabajar, pero el modelo no será el mismo ni la gente pedirá lo mismo. Si la demanda cambia, los modelos de negocio también. Es un proceso y a medida que vamos avanzando lo iremos viendo. Vivimos un momento de mucha inestabilidad en muchos frentes, con las elecciones americanas, el Brexit y un país sin Govern hasta que se celebren las elecciones.

¿Cómo debe afrontar todos estos cambios el sector?

Sin lugar a dudas será uno de los sectores que lo pasará peor. Hace cinco años nadie se planteaba que el modelo estaba agotado. Se hacían más hoteles porque en la playa cabía más gente y después cuando esto esté lleno ya se irían a la Ruta del Císter.

¿El modelo está agotado?

Claro que sí, el modelo de masas, con hoteles enormes como los de Alicante está agotado.

¿Y qué pasa en nuestro territorio?

La playa no se irá y los hoteles tampoco, pero las empresas deberán hacer un esfuerzo enorme para entender lo que le pedirá la gente. Cuando salgamos de esto me costaría mucho pensar que todos los sectores se adaptarán menos ellos. Deberíamos empezar a pensar en cómo lo hacemos. El problema es que aquí todo el mundo va por libre porque muy a menudo actúan mirando tan solo si tienen el hotel lleno o no. No hay una visión global. La Costa Daurada ha crecido con gente que no paraba de venir y si un cliente se iba descontento no importaba, porque vendría otro. Cuando ves cómo están ahora mismo estos municipios piensas que esto no volverás a levantarlo tan solo con los touroperadores y precios reventados. Cuando te fijas qué ha pasado este verano con el turismo de interior, ves que ha aguantado mucho mejor que el de aquí ¿Porqué han ido allí cuando los hoteles de aquí no son inseguros? Porque la gente ha entendido que la oferta es más sostenible, menos agresiva y está mejor.

¿Es la reconversión que debería darse?

No sabemos qué pasará, pero sí que hemos visto que tradicionalmente el sector industrial se ha readaptado y el turismo no. Sí que han invertido mucho, pero para llenar con más gente. La cuestión ahora es qué cliente tendré. La lección que deberíamos aprender es cómo puede ser que el Pirineu o el Delta de l’Ebre no hayan sufrido tanto y la costa sí. No es casualidad.

¿Deberían reconsiderarse proyectos como el Hard Rock?

Reconsiderar no, pero debemos pensar para qué le servirá a este territorio de cara al futuro. ¿Cuándo haya una vacuna se pondrá en marcha la maquinaria exactamente igual?

¿Qué no se ha hecho bien desde la costa?

A lo mejor hemos vendido un modelo que no ha pensado en la gente de kilómetro cero y que no era sostenible. Al menos ahora no han transmitido esta sensación.

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