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Un menor estará en libertad vigilada durante seis meses y tendrá que participar en un programa formativo de educación sexual. Es la medida que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha impuesto a un joven por un delito de abuso sexual.
El Juzgado de Menores había firmado inicialmente 15 meses de internamiento en régimen semiabierto, siendo los dos últimos de libertad vigilada.
Los hechos ocurrieron el 4 de octubre de 2016. El joven, aprovechando que la educadora daba la medicación a un compañero situado a su lado, le tocó la pierna derecha.
La educadora lo apartó y lo recriminó, por lo que el menor se excusó. Pero acto seguido tocó y presionó el pecho de la educadora, que lo apartó inmediatamente y de forma contundente, dando parte al coordinador y a la directora. La víctima no reclama ninguna indemnización.
La Audiencia entiende que la actuación del menor tenía una «clara connotación lasciva e insistente, además de un nulo respeto hacia su educadora».
