Ligero repunte de ventas en el comercio local de TGN tras el cierre de grandes superfícies

La pandemia y casi todo lo que deriva de ella está ayudando a redescubrir las tiendas de nuestras calles y barrios. Pese a ello, muchos negocios se han visto obligados a bajar persiana

12 noviembre 2020 19:30 | Actualizado a 13 noviembre 2020 13:01
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Han pasado ya dos semanas desde que las autoridades decretaban el cierre de las grandes superficies comerciales. Desde entonces, el pequeño comercio de Tarragona, el de proximidad, reconoce que ha notado un ligero aumento de las ventas en los últimos quince días. Y es que, aquellas personas que estaban acostumbradas a comprar regalos o ropa en el Parc Central o en El Corte Inglés, ahora se ven obligadas a acudir a las tiendas locales, ubicadas mayoritariamente en las calles más céntricas de la ciudad. Tras meses y meses de ver como algunos negocios pequeños han bajado definitivamente la persiana, parece que llega un respiro para el sector. El deseo es que la tendencia se alargue hasta la campaña de Navidad.

Así lo expresa Salva Minguella, presidente de la Via T, quien asegura que «hemos hablado con algunos comercios y nos dicen que han notado un ligero repunte en los últimos días. Una tienda, incluso, nos decía que había doblado las ventas respecto el año pasado en las mismas fechas». Minguella añade que «entre que no se puede salir del municipio durante el fin de semana y que las grandes superficies están cerradas, los pequeños, por una vez, salimos ganando». El presidente de la Via T confía en que esta situación sirva para que la ciudadanía se dé cuenta que, al fin y al cabo, «el comercio local es el que está siempre a su lado, el que da vida al centro. Si no lo cuidamos, despoblaremos la ciudad».

Lo cierto es que el cierre de parte de los grandes centros comerciales, como Parc Central o El Corte Inglés, ha tenido una consecuencia clara en el pequeño comercio. Así lo explica Anna Álvarez, propietaria de la tienda de decoración El Desván, ubicada en la calle Reding. «Hay más movimiento, la gente entra y sale de las tiendas. Es lógico. ¿Si no pueden ir a Les Gavarres ni al Eroski, dónde van a pasar la tarde? Me parece genial este cambio de hábitos, aunque me sabe mal que las grandes superficies estén cerradas, con lo que ello implica». Álvarez celebra este repunte, ya que «mantener los pequeños negocios es responsabilidad de todos. Debemos pensar que cada persiana que se levanta significa que esa parte de la acera está limpia y llena de vida. Es importante que los ciudadanos lo tengan en mente».

Un poco distinto opina Melcior Bustos, propietario de la tienda de regalos y complementos El Lloro de la Negrita, situada en la calle Governador González. «Es cierto que hace unos quince días notamos un aumento de ventas destacable. Pero no me atrevo a decir que el motivo sea el cierre de grandes centros comerciales. En nuestro caso lo achacamos a que es principio de mes y el frío ha llegado. La prueba es que la buena racha parece haber terminado. Al menos, por el momento».

Por solidaridad

Maria del Mar Pàmies, profesora de la Facultat d’Economia i Empresa de la URV, asegura que la tendencia de comprar en el comercio local no es nueva y que ya se originó durante el primer confinamiento. «Con las restricciones de movilidad y la necesidad de sociabilizarnos, mucha gente empezó a ir a las tiendas que tenía al lado de casa. Redescubrimos nuestros barrios», explica esta experta, quien añade que «la tendencia se ha mantenido porque el comercio local se ha adaptado a nuestras necesidades».

Además, Pàmies opina que existe un componente de solidaridad. «Queremos mostrar apoyo a las tiendas más pequeñas, que sabemos que lo están pasando mal», explica. La profesora asegura que son más los factores que influyen en el cambio de hábitos. «El hecho de que hagamos más teletrabajo implica no coger el coche y, por lo tanto, no desplazarnos hasta grandes superficies. Optamos por comprar en la tienda de abajo», dice Pàmies, quien, por último, añade que «el miedo a las aglomeraciones también nos ha alejado de los grandes centros comerciales».

El 34% ya no volverán a abrir

Florenci Nieto, presidente de PIMEC Comerç de Tarragona, asegura que ha habido «pequeña mejora», pero añade que no ni de lejos compensa «todo lo que la crisis sanitaria nos ha robado en los últimos meses».

Según el último informe de PIMEC, el 34% de los comercios de la provincia de Tarragona ya no volverán abrir tras la Covid-19, unos datos que Nieto asegura que «demuestran que las administraciones no han sabido cuidarnos ni ayudarnos». Nieto anima a la población a ir a comprar al comercio local, de proximidad, «porque somos las que generamos riqueza circular. Todo es positivo: dejamos los impuestos en la ciudad, contratamos a vecinos y el producto siempre es de calidad».

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