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Sinceridad, claridad, seriedad, creatividad y el catalanismo y la justicia social como banderas. Son algunos de los puntos que Miquel Iceta incluye en su decálogo para llegar a President y que desgranó en el acto que protagonizó en Tarragona.
El líder del PSC lo ha repetido durante toda la campaña electoral: quiere comerse los turrones en Palau. Lo que hace unos meses hubiese parecido un chiste, está consiguiendo cuajar entre una parte del electorado. Así lo reflejan las encuestas, y esto se traduce en una movilización que hace años que no vivían los socialistas catalanes en unas autonómicas. Más de 400 personas se reunieron en el mitin central en el Palau de Congressos. Un acto en el que el cabeza de cartel fue el candidato Miquel Iceta y que dejó en un segundo plano al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que volvía a Catalunya tras su apoyo a la aplicación del artículo 155.
El candidato de los socialistas catalanes aseguró que, de cara al 21-D, «la mejor receta es Miquel Iceta». El hombre que en esta campaña ha demostrado que es nefasto en la cocina, pero que tiene un paladar refinado, reconocía que «es una receta tranquila, pero también lo es la tortilla de patatas, y no todas son iguales». Y esta tortilla no quiere «políticas de enfrentamientos» ni «seguir coleccionando jornadas históricas» sino «avances» y «diálogo». Se refirió en dos ocasiones a tender puentes y se mostró muy ambicioso cuando apuntó que «en Tarragona queremos sacar cinco diputados». Una cifra lejos de los dos actuales.
Con una soltura encima del escenario que muy pocos políticos pueden igualar, Miquel Iceta está crecido esta campaña. No hizo uso de papeles ni de ningún discurso preparado durante una intervención seria y con sentido del humor, en la que en algunos momentos se notó que se contuvo para no gritar a lo «Pedro manténte firme, líbranos de Rajoy y del PP». Uno de estos momentos fue cuando aseguró que «Iceta presidente inaugurará el CRT de Vila-seca y Salou, porque somos los únicos que hemos creído en este proyecto». Fue el único compromiso explícito con el territorio que salió de la boca del líder socialista.
Iceta también habló del proyecto de reforma de la Constitución que quiere impulsar la formación del puño y la rosa. «Defiendo la Constitución y porque la quiero, quiero reformarla para que tenga una larga, larguísima, vida», apuntó. Y se dirigía al líder del PSOE con un mensaje muy claro: «Pedro, gracias. La España que dibujas nos emociona. No solo queremos estar sino que queremos ayudar a construirla».
"Iceta presidente inaugurará el CRT de Vila-seca y Salou"Pedro Sánchez se ha volcado este fin de semana en la campaña en Catalunya. La última vez que estuvo en Tarragona fue el pasado 1 de mayo, cuando, como candidato a secretario general del PSOE, protagonizó un acto en Bonavista. En aquella ocasión se jugaba su futuro y repartió besos y selfies con todos los asistentes. En esta ocasión, se fue por la puerta de atrás y a toda prisa.
Sánchez daba su espaldarazo a Iceta y le aseguraba que «si todos te atacan es que lo estás haciendo bien». Y apeló a «una Catalunya mejor en una España diferente». Es el lema que el PSC utilizó en las elecciones del 27-S y de lema también tiró cuando apuntó que «ningún socialista se puede quedar en casa el día 21. Si tú no vas, ellos se quedan. Si tú no vas, ellos continúan».
En el acto se defendió el papel de los alcaldes y concejales, siendo el máximo representante de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, uno de los líderes que ha sufrido en sus propias carnes la tensión que se ha vivido en la calle. Ballesteros recordó que «tenemos la obligación de gobernar pensando en todos los ciudadanos».
Ballesteros: «Baila, cuando seas presidente no tendrás tiempo»El alcalde apuntó que su partido es el que está ejerciendo en estos momentos el rol de «antisistema». «Somos los únicos que defendemos la normalidad y ofrecemos soluciones y propuestas».
Por su parte, la candidata del PSC por Tarragona, Rosa Maria Ibarra, reivindicó que «las comarcas del sur de Catalunya también existimos» y se mostró convencida de que «seguro que nos comeremos los turrones en Palau».
Se lo había pedido Ballesteros: «Miquel, baila. Me gusta porque lo haces bien y se te ve feliz. Y porque, cuando seas presidente, no tendrás mucho tiempo». Pero Iceta se marchó y no bailó. Eso sí, repartió besos a todas las tietes.
