Llevant y Ponent piden más policía de proximidad

Los representantes vecinales apuntan que las oficinas móviles no son suficientes. Por su parte, el Ayuntamiento asegura que la redistribución de los agentes llegará de la mano de los distritos

13 noviembre 2019 08:50 | Actualizado a 13 noviembre 2019 09:37
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La solicitud de más agentes de la Guàrdia Urbana patrullando por las calles es una reivindicación que hace la mayoría de asociaciones vecinales. Esta demanda se hace especialmente evidente en el caso de los barrios de Ponent y de Llevant, en los que, por su disposición geográfica, la presencia policial es prácticamente exigua. Así lo ponen de manifiesto las federaciones de asociaciones de vecinos que representan a ambas partes de la ciudad, las cuales apuntan que no tan solo se trata de un tema de seguridad o de inseguridad, sino también de civismo y de reducir el vandalismo.

Esta cuestión se abordó en la reunión que el pasado 22 de octubre mantuvo la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT) con el alcalde, Pau Ricomà, y el concejal de Seguretat Ciutadana, Manel Castaño. En el encuentro también estaba la Federació d’Associacions de Veïns de Llevant y la Guàrdia Urbana.

«Ahora mismo, la inseguridad es el problema número 1. Hay muchas calles complicadas y hemos constatado que es una petición generalizada que nos hacen todas las asociaciones de vecinos», apuntaba el presidente de la FAVT, Alfonso López.

Robos, pisos ocupados, miedo a dejar el coche en la calle por si el día siguiente aparecerá con los cristales reventados. Son algunos de los episodios que los representantes vecinales apuntan como más frecuentes. Para ello, convienen que es necesario que haya «más visibilidad de la policía de proximidad, así como en el aumento de efectivos materiales y personales».

Sensación de «abandono»

Según López, el incremento de la presencia de los agentes supondría «un gran avance» ya que defiende que «esto genera más tranquilidad. Sobre todo, de cara a la gente mayor, que muchas veces tiene la sensación de abandono y a partir de determinadas horas ni siquiera se atreve a salir de casa».

La demanda de la FAVT, que representa a 21 barrios de la zona de Ponent, coincide con la Federació d’Associacions de Veïns de Llevant. En este caso, la principal problemática son los robos en viviendas. Alberto Martín, vicepresidente de la Associació de Veïns de Boscos y representante de la federación, afirma que «no vemos a la Urbana patrullando. A lo mejor vienen en un momento puntual con el coche, se dan una vuelta y se van, pero la verdad es que no notamos la presencia policial».

Ya en 2014, Boscos solicitó que se instalaran cameras de videovigiláncia para disuadir a los posibles ladrones. Una cuestión que dos años más tarde fue aprobada en el plenario y que ahora se ha convertido en un compromiso del equipo de Gobierno. Pese a ello, Martín defiende que no puede ser una medida aislada y que «la policía de proximidad es indispensable».

La Federació d’Associacions de Veïns Segle XXI también tiene previsto reunirse en los próximos días con el alcalde y el concejal de Seguretat para abordar el tema. Su presidente, Jacinto Moreno, avanza que la policía de proximidad será uno de los elementos que pondrán encima de la mesa. «Es muy importante que, de cara a los vecinos, se haga algo para evitar la inseguridad que hay o que la gente siente, pero si lo piensa es porque faltan coches patrullando», afirma.

Datos que no son reales

Uno de los problemas que se ha constatado durante estas reuniones entre los representantes vecinales y los dirigentes municipales es que los datos con los que cuentan los cuerpos policiales a menudo no son completos. «Uno de los problemas es que no se denuncia y después hablas con Mossos o la Urbana y las cifras son muy bajas», lamenta Alonso López. Para ello, se está animando a los vecinos a que acudan a la comisaría a dejar constancia de lo sucedido. El objetivo es que la comunicación sea más efectiva para una eficiente resolución de la problemática.

Una posibilidad es que lo hagan en las dos oficinas móviles que visitan los barrios cada semana y en las que pueden cumplimentarse denuncias y ofrecen asesoramiento a la hora de realizar trámites con la Guàrdia Urbana.

El servicio se ponía en funcionamiento a finales de 2018, tras la prueba piloto que se hizo aquel mismo verano en la Part Alta. Para los dirigentes vecinales esto no es la solución. «Es una cosa muy pequeña y a lo mejor están en Torreforta y todo el resto de barrios quedan abandonados», insiste López.

El Ayuntamiento de Tarragona defiende que ésta es la alternativa hasta que se ponga en funcionamiento la organización de los Consells de Districte. El Consistorio trabaja con este proyecto, que debe permitir afrontar las diferentes realidades de cada zona a partir de la división de la ciudad entre Ponent, Llevant, Nord, Centre Històric y Centre Eixample. Se está trabajando para que a mediados de 2021 sean una realidad y, entre otras medidas, supondrá una «redistribución de la presencia de los agentes en la ciudad». En la reunión mantenida, las diferentes partes se emplazaban para hablar de nuevo sobre al respecto. Para el presidente de la FAVT «de momento ha sido una reunión muy productiva y las intenciones son buenas, pero no podemos olvidar que los distritos son a medio plazo y mientras tanto no podemos seguir con el mismo problema».

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