Lorenzo Silva: «Los políticos son la sociedad. No llegan en platillo volante»

Entrevista. El autor madrileño inaugura hoy con su charla ‘A l’angle fosc’ la nueva edición del ciclo Universos literaris en CaixaForum Tarragona

25 febrero 2020 07:20 | Actualizado a 25 febrero 2020 07:24
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Lorenzo Silva (Carabanchel, 1966), es un mediático y prolífico escritor conocido especialmente por ser el padre literario de la pareja de guardias civiles más famosa del país, Bevilacqua y Chamorro. Pero Silva, abogado y escritor, toca todos los géneros y temáticas, haciendo especial hincapié en aquellos hechos o personajes que por algún motivo pasan desapercibidos para la sociedad. Las ciudades periféricas en la literatura, Marruecos y su relación con España o el general Aranguren, fusilado por ser fiel a la República, son algunos ejemplos. De ello hablará hoy en CaixaForum Tarragona, donde inaugura una nueva edición del ciclo Universos literaris con su charla A l’angle fosc, en la que podrá encontrarse con sus lectores y lectoras (19 horas).

‘Donde uno cae’ es su último libro, ¿hemos caído mucho en estos diez últimos años?

Pues la verdad es que al ir recorriendo las historias da la idea de que hemos caído una y otra vez. Y parte de las cosas que han ocurrido estos diez años en el mundo son producto de errores cometidos hace dos décadas.

Y en esta caída, ¿cómo queda el mundo para los jóvenes?

Pues depende del lugar. Los del mundo desarrollado, que es quizá en los que más pensamos, no pasan hambre, no pasan frío, no los bombardean, como ocurre en otras partes. Pero creo que es un error garrafal como sociedad que les estamos ofreciendo condiciones de vida peores que las de sus padres. Y lo que se está viendo es el fantasma del conflicto intergeneracional.

En este contexto, ¿qué mínimos deberían tener los políticos?

Los políticos también son la sociedad y la sociedad es sus políticos. Creo que a veces hacemos una dicotomía confortable para los que no somos políticos. Es decir, no llegan en platillo volante. La sociedad genera los políticos que la representan y los políticos, en cierto modo, atienden a lo que esa sociedad les demanda.

¿Esto hace bueno aquello de ‘Nos merecemos lo que tenemos’?

Pues de alguna manera, siempre te lo mereces algo. Luego también hay estructuras de poder opacas, políticos que engañan... Pero en definitiva, yo creo que en la política española lo que hace falta es más responsabilidad y petición de responsabilidad. Lo perdonamos todo con bastante ligereza.

Podría ser que somos demasiado conformistas.

Yo creo que lo que pasa es que la sociedad española hasta hace muy poco tiempo ha vivido en condiciones desesperadas, la mayor parte de la población. Incluso con guerras civiles, hambre, frío y de todo. Ahora el confort es bastante grande y digamos que la gente no quiere arriesgar más allá de lo imprescindible.

Vamos a sus personajes estrella. ¿Usted le debe algo a la Guardia Civil?

Sí y no. Sí en el sentido de que hace 25 años, de una manera un tanto accidental, andaba pensando en hacer una novela policiaca y tuve la feliz idea de que mis personajes fueran guardias civiles. Y me di cuenta de que eran unos protagonistas inéditos en la novela negra española. Esa idea me ha proporcionado muchos miles de lectores y a través de los guardias civiles me he podido acercar a todas las historias que me parecen relevantes en la sociedad. Porque los guardias civiles acaban teniendo una conciencia de muchos problemas que los demás no tenemos porque no nos afectan, no nos tocan. Y esto es un verdadero regalo para un narrador.

¿Y por qué no le debe?

No les debo hasta el extremo de que sean mi prioridad cuando escribo. Mi prioridad son las historias, los lectores y mi visión de la realidad.

¿Es la novela un cauce para visibilizar los problemas sociales?

Una historia bien contada es un cauce para trasladarlos a la conciencia de los lectores. Luego, lo que la persona haga con esa conciencia es cosa suya y creo que ahí es hasta donde llega la literatura. No es transformadora, pero sí que puede alimentar una conciencia transformadora.

¿Van a volver Bevilacqua y Chamorro?

Pues me has pillado repasando un capítulo de la siguiente novela, que saldrá a mediados de mayo.

Me ha sorprendido mucho su página web. Es todo un homenaje al lector.

Estoy aquí trabajando en mi casa y no en un tribunal gracias a mis lectores. Porque incidentalmente tuve que ser abogado para ganarme la vida un tiempo. Y los lectores me han permitido que mi vida real coincida con la vida que para mí era la ideal. Yo, a día de hoy vivo de mis libros y mis libros tratan de lo que quiero y cómo quiero. Mi libertad se la debo a los lectores. A nadie más.

En su página web tiene una zona desdinerizada. ¿Hizo usted ayer alguna cosa que no fuera por dinero?

Todos los días. Y lo tengo muy fácil. Me dedico a la literatura, que es una actividad solo a ratos. Tengo varios hijos y los hijos demandan mucho esfuerzo no remunerado económicamente y también me dedico a la gestión cultural y esto es un quijotismo en España porque es algo que se hace sin recursos, con imaginación, solidaridades e intercambio de favores.

¿Le han aportado alguna cosa los premios?

Probablemente son siempre fruto del azar y cuando recoges un premio siempre tienes la sensación de que en alguna medida eres un impostor. Pero también es cierto que es muy difícil que un libro llegue al público general. Y un premio les da una visibilidad que después se convierte en lectores.

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