Los Juegos Mediterráneos vendieron 30.000 entradas, un 15% de las previstas

Por otro lado, el evento cerró con un superávit de 152.000 euros. Las subvenciones de las administraciones públicas han supuesto 12.4 millones, un 45 por ciento de los ingresos

26 septiembre 2018 08:58 | Actualizado a 26 septiembre 2018 18:26
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Los Juegos Mediterráneos Tarragona 2018 cerrarán con un superávit de más de 150.000 euros. Es uno de los mensajes que ayer quiso transmitir Javier Villamayor a los miembros del Patronat de la Fundació dels Juegos Mediterráneos, que tiene como patrones al Ayuntamiento y al Comité Olímpico Español. La reunión sirvió para dar un repaso a las cuentas de los últimos cuatro años, desde que se creó dicho patronato.

Uno de los datos dados a conocer fue que por cada euro que destinaron los vecinos de la ciudad de Tarragona en inversiones han recibido más de cinco, según pudo saber el Diari. En el apartado negativo está la poca venta de entradas, que no superaron las 30.000, un tercio de lo que se había previsto recaptar —y un 15% de las que se esperaba vender.

De forma oficial, las cifras se darán a conocer hoy después de la reunión de la Comissió Informativa i de Seguiment dels Juegos Mediterráneos, en la cual se presentará a los representantes de todos los grupos municipales, entre otros aspectos, un balance económico y una estimación general de las cuentas. 

Durante la reunión de ayer por la mañana del patronato, Villamayor puso sobre la mesa un balance muy positivo del evento, especialmente por el resultado económico final después de los importantes problemas financieros que hubo para conseguir las subvenciones tanto de la Generalitat como del Gobierno central por la falta de estabilidad de los ejecutivos de Barcelona y Madrid. 

Casi la mitad de los ingresos que tuvieron los Juegos Mediterráneos procedían de las subvenciones económicas. A ellas hay que añadir otras en especies, como por ejemplo el dispositivo sanitario de CatSalut o de los Bombers, que lo sufragó directamente la Generalitat sin pasar por la caja de los juegos. En segundo lugar –por delante de los patrocinios– están las donaciones, normalmente por parte de empresas y que tienen un importante beneficio fiscal. 

En el capítulo de otros (más de un millón de euros) están diferentes aspectos. Por un lado, la venta de entradas, uno de los aspectos en que se pinchó. Apenas se vendieron 30.000, que dejaron 519.960 euros, una tercera parte de los 1,6 millones que se habían presupuestado. Desde la organización se ha reconocido que no se supo atraer a la ciudadanía y ello se tradujo en las pocas ventas de entradas. En este sentido, por ejemplo, faltaban puntos de venta.

También está la venta de merchandissing, el retorno del IVA y la facturación a las delegaciones. Este último apartado se refiere a deportistas que han permanecido más tiempo de lo previsto en los hoteles y cuyo gasto ha pagado inicialmente el patronato y que después han tenido que sufragar las correspondientes delegaciones. 

Subvenciones

Finalmente, y tras unas negociaciones interminables que se alargaron durante años, el Gobierno central, con sus siete millones y medio de euros, ha sido el principal avalador –ha aportado más del 50 por ciento de las subvenciones– del evento deportivo. Y lo que inicialmente nadie se esperaba pero que ha ido muy bien para sanear las cuentas son los dos millones recibidos por parte de la Unión Europea. El Ayuntamiento es uno de los organismos que menos ha aportado –por debajo sólo está la Diputació de Tarragona–.

El patronato prevé cerrar el año con un superávit de 244.759,64 euros. El organismo, creado expresamente para los Juegos Mediterráneos, se disolverá el 31 de marzo del próximo año. Se ha previsto que en los primeros tres meses de 2019 genere unos costes de funcionamiento de 92.100 euros, por lo que los cálculos indican que tendrá un superávit final de 152.659,64 euros. Dicho dinero irá a una caja común de las fundaciones, una especie de caja de solidaridad.

Mejores equipamientos

Uno de los aspectos que más se valora desde la organización es el importante legado en equipamientos deportivos que ha quedado para la ciudadanía, desde el impresionante Palau d’Esports de Tarragona –pagado por la Generalitat de Catalunya, que todavía no lo ha recepcionado porque faltan algunos acabados– hasta la urbanización de la Anella Mediterrània, sin olvidar las mejoras en los estadios del Nàstic y de atletismo de Campclar, o la nueva piscina olímpica de la Anella Mediterrània.

También los catorce municipios que han sido subsede olímpica han visto mejorar notablemente sus equipamientos, normalmente pabellones deportivos, obras financiadas por los respectivos Ayuntamientos y principalmente por la Diputació.
 

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