'Los Juegos dejaron Tarragona sin patrullas de la Guàrdia Urbana'

El sindicato CSIF considera que la seguridad ha sido "caótica", con gentes ejerciendo tareas "que no los correspondían" y la ciudad "sin efectivos de policía"

02 julio 2018 11:29 | Actualizado a 20 julio 2018 09:21
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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado que la celebración de los Juegos Mediterráneos ha dejado la ciudad de Tarragona sin patrullas de la guardia urbana, con "agentes expuestos, ejerciendo tareas que no los correspondían y la ciudad sin efectivos de policía".

La organización ha reprochado al Ayuntamiento de Tarragona que, a pesar del margen de tiempo para dar respuesta a las necesidades planteadas, se haya acabado produciendo una carencia de efectivos y de previsión a la hora de garantizar la seguridad de la ciudad.

"Ha sido un caos. Era el que sabíamos, puesto que no hay agentes suficientes. Se ha trasladado personal que se encontraba cubriendo el servicio ordinario en diferentes puntos de los Juegos Mediterráneos, tanto para cubrir los relevos como para estar de forma fija, de forma que se ha aumentado la carga de trabajo y la desprotección de la ciudad", apuntan desde CSIC al Ayuntamiento de Tarragona.

El representantes del sindicato al cuerpo policial han acogido con sorprendida las declaraciones del alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, sobre el éxito organizativos de los juegos.

"Desde el inicio de los Juegos, muchos de los agentes que se ofrecieron para cubrir el acontecimiento han sido exprimidos al máximo, hasta el punto que alguno desistió de continuar atendidas las condiciones sufridas", apuntan.

Esto se habría traducido, concretamente, en agentes sólo en puntos de acceso, carencia de personal para cubrir situaciones excepcionales o la suspensión de todos los controles preventivos de tránsito para garantizar la seguridad viaria durante dos semanas.

Así, denuncian, durante la noche de San Juan sólo había dos patrullas de seguridad ciudadana y dos de tránsito para cubrir todo el servicio. "El resto estuvo cubriendo la seguridad de las instalaciones de los juegos", afirman.

Todo ello, apunta CSIF, acabó generando paradojas en la organización de la seguridad. "Se ha hipotecar los ya escasos recursos humanos para la vigilancia del sistema eléctrico de la anilla olímpica, ante el miedo del robo del cableado o de algún sabotaje", sostienen, precisando que es un servicio que se podría haber cubierto con personal de seguridad privada.

También denuncian las condiciones laborales de algunos agentes, que tuvieron que permanecer en puntos de acceso "bajo el solo, con altas temperaturas". "La organización se limitó a dar como solución que los mismos agentes hicieran relevos entre ellos o que se buscaran sombra bajo un árbol. Al final se consiguió, con gestiones particulares, la cesión de unos para-sólo de una conocida marca de referescos y botellas de agua que dio la organización de los Juegos", explican.

"El resultado: la guardia urbana está quemadura", cierra el comunicado, reclamando en el gobierno municipal y organizadores de los Juegos que entonen un "mea culpa" y actúen en consecuencia.

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