Los alcaldes denuncian que tardaron 32 minutos en saber que la explosión fue en Iqoxe

Los cinco alcaldes de los municipios más cercanos al polígono químico sur no tuvieron confirmación oficial de que la explosión del pasado 14 de enero fue en el reactor de la empresa Iqoxe hasta 32 minutos después del accidente. Así lo pusieron ayer de relieve durante la comparecencia que realizaron de manera telemática en la comisión de estudio del Parlament de Catalunya sobre la seguridad química, en una sesión en la que los representantes municipales denunciaron la «descoordinación» y la «falta de comunicación» que hubo durante la gestión de la emergencia de un accidente que acabó con la vida de tres personas –una de las cuales se encontraba a 2,5 kilómetros de distancia– y del que 134 días después aún se desconocen sus causas.

Durante sus intervenciones, los alcaldes de Tarragona, La Canonja, Constantí, Vila-seca y El Morell pusieron sobre la mesa un baile de horas y de cifras que dieron a entender el caos que vivieron durante esa trágica noche. «El accidente ocurrió a las 18.38 horas, y la primera comunicación del CECAT llegó a las 18.59, mediante un SMS en el que se confirmaba la explosión en el polígono sur, pero sin identificar aún el nombre de la empresa ni si había heridos ni cuál era su afectación», indicó el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà (ERC). «Habían pasado 21 minutos en los que los vecinos veían las llamas muy cerca de sus casas, y en los que aún nadie les había informado sobre la posible toxicidad del accidente», indicó el líder tarraconense, quien recordó que el mensaje confirmando el nombre de la empresa llegó a las 19.10 horas –32 minutos después de la explosión– con la activación del Plasecat. «En ese momento aún no se sabía la afectación, y se recomendó el confinamiento preventivo», recordó el edil de ERC.

«Este mensaje fue objeto de mucha controversia, y es una demostración muy clara que es necesario cambiar los protocolos de una manera inmediata», indicó Ricomà, quien puso en cuestión que «media hora después el accidente, Protecció Civil aún no supiera qué producto se quemaba y no sonaran las sirenas. ¿Qué hubiera pasado si por las corrientes de aire el óxido de etileno hubiera llegado a las zonas pobladas?», se preguntó.

En esta linea, el alcalde tarraconense cree que «en la época del internet de las cosas debe haber una agencia de seguridad capaz de monitorizar y detectar en tiempo real cualquier fuga que pueda poner en peligro la población», y exige también a la Generalitat una mayor apuesta por la seguridad química. De hecho, en el nuevo Plaseqta se prevé una inversión de siete millones de euros a lo largo de los cuatro próximos años, una cifra que a juicio del alcalde de Tarragona es insuficiente, ya que «menos de dos millones anuales entre 29 municipios no servirán para confirmar el cambio de paradigma que ha supuesto este accidente».Ricomà también se mostró muy crítico con los mensajes en Twitter del CECAT y de Protecció Civil, que a las 19.27 recomendaron el confinamiento de Vila-seca y La Canonja. «Esto provocó el desconcierto de los vecinos de algunos barrios. Es muy posible que quien tomara la orden de confinar estas dos poblaciones no supiera que entre el municipio de La Canonja y el barrio de Bonavista no hay solución de continuidad. Este mensaje provocó sensación de desamparo entre los vecinos», lamentó Ricomà.

Pendientes de Twitter

Las palabras de Ricomà fueron avaladas por Roc Muñoz (PSC), de La Canonja. «No se activaron las sirenas, lo que provocó desconcierto y una sensación de controversia, ya que no supimos hasta media hora después qué es lo que estaba ocurriendo», lamentó el edil socialista, quien aseguró que hasta las 19.58 –80 minutos después– no se tuvo constancia oficial de que el humo no era tóxico.

Desde Constantí, Óscar Sánchez indicó que esa noche «tuvimos que estar muy atentos de Twitter, que no es un canal oficial. Hubo mucha confusión, con momentos de muchísima incertidumbre e informaciones que eran contradictorias», recordó.

Por su parte, el alcalde de Vila-seca, Pere Segura, denuncia que «los sistemas de aviso están caducados», ya que «son los mismos que teníamos en el siglo XX. Deben adaptarse al XXI». Finalmente, Eloi Calbet –de El Morell– recordó los nervios que se vivieron tras un tuit de las 19.15 horas, en el que «se nos recomendaba confirnarnos, pero a la Pobla no».