Los alumnos de Tarragona toman la palabra

Educación. Una jornada sirvió para conocer las buenas prácticas en las escuelas e institutos de la ciudad, desde la robótica hasta la música, de boca de sus protagonistas

23 mayo 2019 15:35 | Actualizado a 24 mayo 2019 12:56
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«El problema es que nuestro patio estaba un poco chuchurrío... Y entonces vinieron los papas a ayudarnos», explica Henar, de cuatro años y alumna de la Escola Cèsar August delante de un auditorio entregado a sus explicaciones.

Ocurrió ayer durante la jornada ‘Tarragona, Ciudad de Derechos, Ciudad de Infancia’, organizada por el Ayuntamiento de Tarragona, a través del l’Institut Municipal d’Educació de Tarragona (IMET).

La intención de la jornada era dar a conocer las buenas prácticas realizadas en los centros escolares de la ciudad durante el curso pero con la peculiaridad de quienes lo contaban eran los protagonistas, así que, en primer lugar, el turno fue para los alumnos.

Los propios escolares presentaron los proyectos galardonados con los Premios IMET, la tarea del Consell Municipal d’Infants de Tarragona y otras iniciativas galardonadas por el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes o la Federación Española de Municipios y Provincias.

Del patio a los robots

Para muestra un botón. Después de los niños del Cèsar August explicando cómo entre alumnos y padres voluntarios consiguieron transformar el patio de la escuela, vino el turno de un grupo de exalumnos de la Escola el Miracle.

El año pasado, cuando estaban en sexto de primaria, en una clase de matemáticas, calculando superficies y perímetros, se les ocurrió convertir la clase en un piso con todas sus habitaciones y detalles. Trabajaron duro en los planos, las maquetas y la decoración hasta que lo consiguieron.

Uno de los momentos en que el resto de niños prestó más atención fue cuando los alumnos de la Escola d’Educacio Especial Sant Rafael de La Diputació de Tarragona contaron cómo se preparan para contar cuentos a los más pequeños de la escuela. 

Los alumnos de L’Arrabassada, por su parte, recordaron cómo los Jocs Mediterranis les sirvieron como excusa para aprender más sobre los países del Mediterráneo y para llevar a la escuela a deportistas de diferentes disciplina

Incluso los intermedios musicales fueron a cargo de  otros chicos, como el protagonizado por los alumnos de la Escola Saavedra, que han comenzado a tocar la guitarra gracias a la colaboración de la Escola Municipal de Música. «Nunca habíamos tocado un instrumento y nos hizo mucha ilusión», reconocía Shania.

También hablaban de ilusión los alumnos del Institut Escola Mediterrani de Campclar al poder participar en la First Lego League o los alumnos del Intitut Sant Pere i Sant Pau que aprendieron a trabajar con impresoras 3D para crear objetos útiles para los usuarios de La Muntanyeta.

Es apenas una muestra de las cosas que niños y adolescentes se contaron unos a otros. Ya por la tarde hubo una sesión dirigida a profesorado y entidades. Ellos también dijeron la suya.

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