Los alumnos inmigrantes inscritos fuera de plazo sigue cayendo en TGN

La Oficina Municipal de Escolarización (OME) cerró el viernes con 673 matrículas de última hora. De ellas, un 17% son de extranjeros. Las cifras son similares en los últimos seis cursos

19 mayo 2017 18:13 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:09
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El curso escolar empezará hoy con 285 alumnos nuevos no matriculados esta pasada primavera. Se trata de aquellos chavales, desde P3 hasta cuarto de la ESO que no se habían podido matricular durante el periodo de preinscripción establecido, que empezó el 30 de marzo y finalizó con la asignación de plazas el 20 de mayo.

La cifra total de matrícula viva en la ciudad alcanza este curso los 673 chavales (los 285 nuevos escolares procedentes de fuera de la ciudad y los 388 residentes en Tarragona pero que lo solicitan por otras razones). Estas inscripciones abarca edades comprendidas entre los tres y 15 años de edad y el motivo «puede ser muy diverso y plenamente justificado», explican los técnicos de la Oficina Municipal de Escolarización (OME) de Tarragona.

Aunque a primera vista pueda parecer que estos nuevos alumnos (285), sean de la edad que sean, vendrían mayoritariamente del extranjero, los mismos técnicos remarcan que las cifras reflejan que no es así. «Es cierto que hay alumnos empadronados en la ciudad que sí son extranjeros, pero la tendencia de los últimos años ha ido cayendo y no son el porcentaje mayoritario de esta matrícula viva», explican.

Personas con el domicilio fuera de España o no escolarizados nunca suman 115 solicitudes de las 673 totales, un 17% aproximadamente. «En los últimos años, por circunstancias socioeconómicas, la inmigración ha ido a la baja. Puede ser casos de gente que viene por primera vez a España o incluso que se hubiera ido en el pasado y ahora volviera», añaden los expertos.

Factor cultural

«Si hablamos de personas empadronadas procedentes de fuera de España vemos patrones que se repiten cuando vienen a formalizar la inscripción. Por ejemplo, las familias sudamericanas acostumbran a pedir el ingreso a final de año, porque el curso escolar allí termina en diciembre. En el caso de familias del Magreb, la finalización del Ramadán es un hecho que también marca el aumento de matrícula viva», explican los técnicos.

Sea el motivo que sea, todas las personas empadronadas en la ciudad deben escolarizarse si los menores están en la edad obligatoria. Por ello, desde la OME su misión es cuadrar las aulas y las peticiones de las familias para que el alumno tenga un pupitre a poder ser el que ha solicitado en primera opción. «No siempre es fácil», reconocen los dos técnicos. Los motivos por los cuales llega a esta oficina una solicitud fuera de plazo pueden ser varios y muy compleja: cambio de domicilio dentro de la misma ciudad, razones laborales de los padres, inadaptación, bullyng, salud... «Cada caso debe analizarse individualmente y ser muy cuidadoso». Precisamente, los casos más delicados son los que deben estudiarse más a conciencia.

Por ello, la OME se reúne periódicamente con la Comissió de Garanties d’Admisió de l’Alumnada, un ente formado por un inspector de Ensenyament de la Generalitat, los representantes de la OME, representantes de las escuelas públicas y concertadas, representantes de profesores de las dos tipologías de escuelas, padres y un portavoz de la Equipo Asesor Psicopedagógico (EAP). Entre todos, terminan de analizar las solicitudes y asignar la plaza para el alumno.

«Si la solicitud y la asignación de plazas se puede resolver antes de la reunión, entonces sólo damos cuenta de ello pero ya agilizamos el trámite. Los casos más complejos son los que requieren de un análisis», afirman.

Más alumnos en P3

El curso escolar que abre hoy puertas en la ciudad tiene un termómetro particular cuando se analizan los nuevos pequeños que se incorporan al sistema.

Tras el proceso de matriculación terminado el 20 de mayo –publicación de la lista de admitidos–, las cifras oficiales de la Generalitat situaba en 1.189 niños de tres años asignados en 58 aulas que representan el total de plazas en las 33 escuelas de la ciudad –20 públicas y 13 concertadas–.

Desde entonces y hasta la fecha del pasado viernes, el número de alumnos ha fluctuado. Hoy empezarán la clase 34 más, una clase y media añadida si partimos de que la ratio está entre los 21 y 23 alumnos por clase. Los 34 alumnos hay que sumarlos a los 1.189 de mayo para dar la cifra definitiva de nuevos escolares en P3. El resto de solicitudes en esta franja de edad (otras 13) son alumnos empadronados en la ciudad y que por diversos motivos piden cambio de centro, pero ya tenían plaza guardada. «Puede darse el caso de que a las familias se les haya pasado la presentación de la preinscripción o bien otros factores por los que no se ha realizado el papeleo dentro de los plazos previstos», razonan los técnicos municipales.

Estos 34 alumnos de tres años que sumados a los 1.189 ya matriculados suman 1.223 en toda la ciudad no implicará ninguna alteración en la asignación de grupos ya formalizados esta pasada primavera.

Las escuelas que habían perdido una línea por falta de alumnos no la recuperan. «Intentamos ajustarnos a los deseos de los padres, pero sin cambiar las asignaciones cerradas en mayo, salvo que sea un caso de fuerza mayor (salud, por ejemplo). De hecho, en esta matrícula viva no existe el criterio de la zonificación y por tanto pueden ir los alumnos inscritos fuera de plazo a cualquiera de las 33 escuelas de la ciudad».

Esto permite, por una parte, que muchas de las escuelas que tienen pocos alumnos en sus aulas recuperen efectivos y por otra evitar el cierre de líneas, una de las decisiones más complejas para el Departament.

Aunque la mayoría de nuevos alumnos incorporados a las aulas de Tarragona están en P3, lo cierto es que en la gran mayoría de los cursos se producen incorporaciones (ver cuadro anexo).

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