Los barrios de Tarragona se llenan de fiesta

Aunque el día empezó amenazando con lluvias, los barrios de Tarragona pusieron ayer el broche final a sus fiestas con infinidad de actos para todas las edades y todos los gustos 

04 septiembre 2017 07:56 | Actualizado a 04 septiembre 2017 08:16
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Los barrios de Tarragona se inundaron ayer de multitud de actos y gente para celebrar las fiestas. La espuma, los hinchables, los concursos de ajedrez y de dibujo, los vermuts populares y la música fueron los protagonistas junto con los participantes de las fiestas de la Avinguda d’Andorra, de la Unió de Sant Pere i Sant Pau y de la Vall de l’Arrabassada.

Un cohete despertaba a las diez de la mañana a todos los vecinos de la Aviguda d’Andorra y sus alrededores tras una noche de verbena que resultó todo un éxito. Cuando los participantes de la peonada popular iniciaron su marcha, los más pequeños salían a la calle para participar en el concurso de dibujo. Mientras tanto, los padres desayunaban churros y observaban las obras de arte que iban haciendo sus hijos. 

Al mediodía otro cohete anunciaba el clásico de cada año, lo que nunca falla y lo que todos esperan ansiosos: la fiesta de la espuma. La calle se tiñó de blanco y tanto pequeños como mayores disfrutaron como nunca. 

Ya por la tarde se celebró la gran chocolatada popular y por la noche la cantada de habaneras, poniendo como broche final el Correfoc de la Colla de Diables Voramar. 

En Sant Pere i Sant Pau, la Associació de Veïns La Unió organizó multitud de actos para despedir las fiestas de este año. Por la mañana, en la Plaça de Cuba, se instalaron cerca de noventa encajeras de bolillos de diez municipios catalanes diferentes. «Hace ya más de veinte años que se organiza este encuentro de encajeras para reforzar el contacto entre todas las compañeras del territorio y ver trabajos nuevos cada año», comentaban desde la organización.

También estaban allí los coleccionistas de placas de cava. Salvi es uno de ellos y decía que venía a este encuentro organizado por la Associació de Veïns La Unió desde hace quince años. «Tengo cerca de 22.000 chapas y vengo para hacer intercambios con otros coleccionistas», añadía. 

Mientras tanto, los más jóvenes hacían un esfuerzo por concentrarse. Desde las nueve y media de la mañana se estaba realizando la octava edición del torneo de ajedrez. Y poco a poco se iban acercando hasta allí los gegants. 

Se reunieron hasta diez collas de varios sitios que hicieron bailar sus gegants en un pasacalles que recorrió toda la zona. Todo ello con la presencia de los anfitriones: los Gegants de la Unió.
En la Vall de l’Arrabassada también quisieron despedir las fiestas de este año con actos para todos los públicos. Por la mañana se instalaron en la calle los toboganes acuáticos, donde los pequeños disfrutaron al máximo. 

Al mediodía se organizó un vermut electrónico, donde grandes y pequeños movieron el esqueleto durante un buen rato. Ya por la tarde se hizo una exhibición de gimnasia rítmica y por la noche el correfor de despedida.

En definitiva, unas fiestas que dan vida a los barrios de Tarragona año tras año y que sin sus organizadores ni la cantidad de personas que atrae no serían posibles. 

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