Los bomberos del mar de Tarragona

¿Qué hace el helicóptero que sobrevuela por la noche la ciudad? Estos días lo hemos escuchado más y su misión es imprescindible

30 mayo 2020 18:30 | Actualizado a 31 mayo 2020 08:08
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Puede verse sobrevolando la ciudad cuando empieza a oscurecer, habitualmente se desplaza alrededor de la fachada marítima y más de uno se ha preguntando qué hace ese helicóptero que se mueve dando vueltas, como si estuviera buscando algo. De hecho, durante este periodo de estado de alarma el ruido de sus hélices ha despertado el interés y la curiosidad de muchos tarraconenses. ¿Nos estarán vigilando?

Nada más lejos de la realidad. Es el helicóptero del servicio aéreo de Salvamento Marítimo. Opera desde la base que tiene en el aeropuerto de Reus y cada vez que levanta el vuelo es porque ha ocurrido una emergencia o porque su tripulación se está entrenando, para poder responder con la máxima eficiencia cuando se requiere de sus servicios. «Hace operaciones complejas y delicadas, lo que significa que la gente tiene que estar muy preparada. A nosotros no nos vale que el helicóptero pueda volar, tienen que estar todos los equipos funcionando y la gente tiene que estar muy capacitada», explica Néstor Perales, jefe de inspección de Área.

Son los bomberos del mar. Su misión es rescatar a la tripulación de embarcaciones, cuando se presenta algún problema. «La mayoría de los entrenamientos los hacemos en aguas abiertas y usamos embarcaciones nuestras o buques que están navegando y les pedimos el favor, para hacer un simulacro y sacar gente del barco, para practicar la maniobra de rescate», describe Perales. También se hace cargo de la actividad que se produce cerca de la costa, cuando hay un desaparecido o alguien puede haber sufrido un accidente. Esto hace que necesiten adiestrarse en escenarios adversos, como las zonas de acantilados.

Un radio muy extenso

Salvamento Marítimo tiene once bases y quince helicópteros. En el Mediterráneo estas están ubicadas en Palma de Mallorca, València y Reus. Desde el aeródromo reusense se cubre todo el litoral de la costa tarraconense hasta la frontera francesa. Aunque en determinados momentos puede pedirse que actúe en operaciones que se efectúan en otras zonas.

El aparato que opera desde la base de Reus es del modelo AW 139. Es de tamaño medio y puede levantar hasta 6.800 kilos de peso. Está equipado por una doble grúa de rescate, cámaras infrarrojas, radares de búsqueda de tecnología militar y equipos para detectar radiovalizas de emergencia. Unos aparatos que deben poder manejar a la perfección los miembros que forman parte del equipo.

La base está operativa las 24 horas, los 365 días del año, con un tiempo de respuesta de quince minutos. Se trabaja en dos turnos diarios, lo que supone una plantilla de unas veinte personas a las que hay se sumar los mecánicos y todo el personal que se queda en la base. Y es que cada uno de los vuelos lleva una tripulación de cuatro personas: dos pilotos en los mandos y dos rescatadores en la parte de atrás. «El perfil es variopinto. Yo soy responsable del departamento y soy ingeniero aeronáutico, pero hay un poco de todo», manifiesta Néstor Perales.

Las habilidades que se exigen a pilotos y a rescatadores son diferentes. Estos últimos están constantemente entrenando para tener una forma física excelente. Es una profesión no muy extensa y tienen conocimientos de primeros auxilios, aunque es el centro coordinador el que, cuando hay una emergencia, decide si el helicóptero se dirigirá directamente al hospital o habrá una ambulancia preparada en el aeropuerto para prestar este servicio.

En cuanto a los pilotos, «debe ser gente que no sea temerosa de entrar en condiciones meteorológicas adversas», argumenta Perales. Habitualmente es en estas situaciones cuando se requiere su intervención, por lo que debe poder garantizarse un control y manejo del aparato preciso. «O estás capacitado y bien entrenado o puedes fracasar y no cubrir la emergencia bien», sigue explicando.

Volar por la noche dificulta cualquier rescate, por lo que se prioriza que los entrenamientos se hagan cuando ha oscurecido, para tener una mejor preparación. En Reus ahora mismo se están haciendo unos 22 entrenamientos al mes, lo que supone unas 44 horas de vuelo. Alrededor del 80% de los entrenamientos son nocturnos. «Las horas de vuelo son muy caras y dependen de los presupuestos y esto nos permite mantener la capacitación de las tripulaciones en un nivel muy alto, para que cuando se produzca una emergencia sea cosa de coser y cantar», añade Perales.

Cada miembro de la tripulación del helicóptero tiene una especie de cartilla, con una serie de ejercicios en los que viene impuesta la frecuencia con los que tienen que hacerse.

Salvamento Marítimo es un servicio esencial y también ha tenido que adaptarse a la situación generada por la Covid-19. Para evitar que la tripulación de la base pudiera contagiarse o tener que pasar una cuarentena, se ha restringido el contacto con las embarcaciones. «El helicóptero ha tenido que seguir entrenando, haciendo otro tipología de maniobras y a lo mejor volando más cerca de la costa», añade el jefe de inspección.

Este es uno de los motivos por los que el helicóptero se ha visto más asiduamente en el cielo tarraconense. Aunque hay un segundo factor. Y es que, hasta que no reabran las fronteras, los pilotos no podrán retomar las pruebas que hacen en simuladores, habitualmente en Italia. Por lo que han tenido que incrementarse las horas de vuelo.

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