Los carteles publicitarios acentúan la degradación de los locales vacíos

Vecinos y asociaciones de comerciantes proponen diferentes acciones para revertir la mala imagen en algunos de los ejes más importantes de la ciudad. Los propietarios son responsables y el Ayuntamiento lo consiente 

06 enero 2019 16:24 | Actualizado a 06 enero 2019 16:27
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Raimundo de Amador en la sala Zero, Vivancos en el Teatre Fortuny, Espectáculo acuático en el Parc Francolí, Jarabe de Palo en la TAP... Son algunas de las propuestas anunciadas en los carteles pegados en los cristales del número 17 de la Avinguda d’Estanislau Figueres, en la antigua sede de la Agrupació Provincial de Promotors d’Edificis de Tarragona.

Solo en este local se publicitan hasta quince actividades musicales y teatrales en cuya organización colabora el Ayuntamiento de Tarragona, el Consorci del Teatre Fortuny, la Diputació de Tarragona o el Ayuntamiento de Reus, entre otros organismos tanto públicos como privados.

Semana tras semana, los carteles van sobreponiéndose. Son prácticamente los mismos anuncios que se encuentran dos números más arriba, en el local en el que hasta hace poco había una empresa de materiales de la construcción, que ahora también está vacío.

El cierre de negocios en el centro de la ciudad es una realidad desde hace muchos años. Sin embargo,  a medida que estos locales se han ido deteriorando, por el abandono y la falta de limpieza y mantenimiento, el vacío se ha acentuado.

En los poco más de 300 metros de longitud que mide el eje entre la Rambla Vella y la Imperial Tarraco pueden contarse hasta cinco inmuebles comerciales sin actividad en los que la cartelería se ha adueñado de los antiguos escaparates. Y ésta también puede encontrarse en puertas abandonadas y cajas eléctricas, acabando de reforzar el mensaje, por si a alguien no le había quedado claro.

No es un problema puntual. En la mayoría de las calles de la ciudad se repite la imagen, que en el caso de los ejes que tenían una larga tradición comercial aún se hace más evidente. «Es una pena porque el precio de los alquileres ha subido y tal y como los tienen, realmente no llaman la atención como para pensar que algún día podrán reabrir de nuevo», argumenta Mari Carmen Puig, presidenta de la Associació de Veïns del Barri del Port. El estado de deterioro de las calles Apodaca y Reial es uno de los caballos de batalla de la entidad. 

La imagen de la ciudad

Los vecinos quieren acabar con esta práctica pero también los comerciantes que todavía siguen al pie del cañón. «Está claro que no puede exigirse a un propietario que alquile más barato o más caro, pero sí que tenga el local curioso y limpio. Es un tema muy importante, porque ésta es la imagen que se da de la ciudad», argumenta el presidente de la Via T, Salvador Minguella.

Los dueños de los inmuebles son los responsables. Así lo establece la Ordenança General de Convivència Ciutadana i Ús dels Espais Públics de Tarragona que dedica el capítulo IV a la publicidad en espacios públicos. Sobre la fijación de carteles, el artículo 93 indica que «solo podrá utilizarse para la publicidad estática las carteleras publicitarias permanentes debidamente autorizadas, las vallas de protección de obras y los cierres de solares y las puertas y escaparates de establecimientos comerciales, siempre que en cada caso se haya obtenido el consentimiento del titular».

El tercer punto de este mismo artículo dice: «En el caso de fijación de carteles fuera de las previsiones de los párrafos anteriores se ordenará su retirada al responsable (...). Si no lo hiciera, los retirarán los servicios públicos municipales a cargo del responsable». El Ayuntamiento de Tarragona no ha querido hacer una valoración sobre al respecto.

¿Multar a los propietarios?

Para Salvador Minguella, las empresas publicitarias que los colocan también «tienen su parte de culpa». En cambio el responsable de Pimec Comerç en Tarragona, Florenci Nieto, defiende que «debe sancionarse a los propietarios que no mantengan la fachada en condiciones. No soy partidario de esta medida, pero se trata de una situación de convivencia y está claro que contribuye a degradar una zona y acentúa la sensación de dejadez».

El estado de los locales comerciales es uno de los puntos que se tratará en la mesa de trabajo que Pimec Comerç y la Cambra de la Propietat Urbana de Tarragona quieren impulsar. Nieto avanza que la integrarán personas del «mundo del conocimiento» que trabajarán para «hacer propuestas y buscar soluciones que nos permitan reforzar la imagen de capitalidad». 

Las asociaciones vecinales también lanzan sus propuestas para acabar con una práctica que, aunque ilegal, no se combate. Para ello, la presidenta de la Associació de Veïns Centre de Tarragona, Núria Sabat, defiende que «deberían ponerse espacios en la vía pública para cartelería». En la Rambla Nova los hay delante de la oficina de la OMAC.

Son de titularidad municipal y actúan como agenda de las actividades que se hacen desde la administración local. Sabat asegura que «no nos gusta que esté lleno de carteles por todas partes, pero al final lo acabas entendiendo porque no hay sitios». Es una reivindicación que esta entidad ha plantado al Ayuntamiento en reiteradas ocasiones, pero que, por el momento, no ha llegado a buen puerto. 

Pintar las persianas

También desde el Barri del Port se están buscando soluciones. Mari Carmen Puig explica que ya han hablado con algunos de los propietarios para poder pintar las persianas y cambiar así la imagen. Lo están impulsando conjuntamente con la concejal de Comerç, Elvira Ferrando, y quieren que sea una oportunidad en la que se impliquen los jóvenes.

Ya han hablado con los dueños de dos establecimientos próximos a la Chartreuse y esperan poder empezar muy pronto. Aunque no siempre será tan sencillo, ya que una parte considerable de estos locales, que ahora están vacíos, habían sido antiguas sucursales bancarias y, mayoritariamente, las entidades siguen siendo las titulares de los inmuebles. 

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