Los casos judiciales que optan por la mediación se multiplican por 18

El ámbito familiar es el que más usa esta alternativa, aunque poco a poco se va implantando en otras áreas

19 mayo 2017 16:40 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:40
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Una chica de quince años llevó a su madre a los Serveis Territorials de Justícia. Su objetivo era claro: intentar que su progenitora aceptara la mediación como método para solucionar la ruptura con su padre. Tras las medidas cautelares, se había aplicado la custodia compartida. Algo que para la adolescente y su hermana, de seis años, era inconcebible a corto plazo. Tenían que empezar a vivir en dos casas, con los desplazamientos que esto conlleva. Un shock demasiado grande para ambas.

Tras pasar por el proceso de mediación, al que llegaron ambas partes tras convencer al padre, los progenitores se sentaron en la mesa, se escucharon y charlaron. Y el resultado fue el mejor para las hijas: la custodia compartida se mantuvo, pero ambas partes acordaron que se realizaría de forma progresiva. De este modo el padre seguiría viendo a sus hijas, pero ellas no tendrían que cambiar de vida tan rápido.

Esta historia forma parte de uno de los muchos casos que llegan a diario a los Serveis Territorials de Justícia. Según la Técnico de Mediación y responsable de este ámbito en los Serveis Territorials de Justícia, Pepa Aguilà, «cuando se llega a un acuerdo es porque termina reinando el sentido común». Además, añadía: «En este caso en particular las más beneficiadas fueron las hijas, uno de los motivos por los cuales nació la mediación».

Tal y como relataba la directora de los Serveis Territorials de Justícia, Fina Palomar, «la mediación surge principalmente para ofrecer soluciones en el ámbito familiar».

Hoy se cumplen 19 años del día en el que el Comité de Ministros del Consejo de Europa aprobó el primer texto legislativo sobre mediación familiar en Europa a través de la Recomendación número 98. Por este motivo, se celebra el Día Internacional de la Mediación.


603 expedientes tramitados
En los últimos cuatro años, los expedientes de mediación derivados del juzgado se han multiplicado por 18. En el año 2012 fueron 19, y en el año 2016, 342. Estos, sumados a los 261 que han llegado por vías no judiciales, suman un total de 603 expedientes tramitados. Una cifra que ha experimentado un gran aumento desde 2012, cuando sólo se alcanzaban los 170 expedientes tramitados en un año.

Según indicaba Palomar, el aumento de los expedientes derivados del juzgado se debe a que «hay un año concreto, el 2014, en el que se hicieron muchos esfuerzos para dar a conocer la mediación».

La clave se encuentra en que «cada vez los propios jueces han ido haciendo más suya la mediación. Han visto que puede ser una buena forma extrajudicial para encontrar una solución al conflicto». Además, aseguraba que «hay todo un trabajo del Departamento de Justicia de ir informando y divulgando las posibilidades de la mediación. Los destinatarios de esta divulgación son tanto los ciudadanos de a pie como los profesionales del sector, sean jueces, agentes o letrados».

Por otro lado, los expedientes derivados de vías no judiciales se han reducido en un centenar desde el año 2014. Sin embargo, Palomar no achaca a ningún factor este descenso, puesto que «aumenta o disminuye según el año, no existen factores externos que afecten».


¿Se consigue un acuerdo?
Cuando se inicia un proceso de mediación, al que se ha llegado por la aceptación de ambas partes, el objetivo es conseguir un acuerdo que beneficie a todos. De los 603 expedientes tramitados en 2016, llegaron al final del proceso 202. De todos ellos, 113 se saldaron con un acuerdo. Es decir, un 55,9%. Más de la mitad de los expedientes que finalizan el proceso de mediación consiguen una solución «a medida», según indicaba Palomar.

Cabe destacar, sin embargo, que el porcentaje de acuerdo es mayor en aquellos casos en los que se llega a la mediación por vía no judicial. La cifra de acuerdos llega al 60%, mientras que los expedientes judiciales tan sólo alcanzan el 44,2%.

Según argumentaba Palomar, esto se debe a que en la vertiente judicial «llegan con un conflicto más largo y con una relación entre las partes más deteriorada». Esto complica el proceso de mediación. Y además, añade, «no hay que olvidar que no ha sido iniciativa suya ir a informarse, sino que ha sido el juez el que lo ha propuesto».

Por tanto, vienen recomendados por una tercera persona a la que «han recurrido para solucionar una problemática que no podían hacer frente por sí solos». Y llegados a este punto, explica Aguilà, «cuesta que vuelvan a coger la capacidad de decidir por sí mismos. A veces dicen: ya lo hemos hablado mil veces y no nos ponemos de acuerdo».

La apuesta por la mediación es, según Palomar, una muestra de que «la sociedad está dando pasos hacia un cambio cultural». Para la directora de Serveis Territorials de Justícia, es importante que «aprendamos a solucionar los problemas nosotros mismos».

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