Los cinco partidos que se encuentran en la oposición en el Ayuntamiento de Tarragona se muestran críticos con el acto celebrado ayer. Todas las formaciones consideran que el acuerdo «llega tarde» y que el convenio está a expensas de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
«Este acto debería haberse realizado hace mucho tiempo. Ahora me suena a precampaña electoral», asegura el portavoz del Ciutadans, Rubén Viñuales, quien resalta que el convenio «puede ejecutarse por la responsabilidad de Ciudadanos, que ha hecho posible que haya gobierno».
‘Como el Mercat Central’
Por su parte, Pau Ricomà (ERC) remarca que el convenio «no garantiza la viabilidad económica» del evento, ya que «está a expensas de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado». El edil soberanista considera que «es preocupante que no sepamos si esta cantidad será suficiente para cubrir el sobrecoste por el aplazamiento» y tampoco ve con buenos ojos que la aportación «se realice en dos años y no en un solo ejercicio».
Albert Abelló (PDECAT) afirma que su partido será «escéptico hasta que no llegue el dinero». El portavoz del partido nacionalista recuerda que en el caso de las obras del Mercat Central «también vinieron ministros que prometieron inversiones, pero estas no han venido nunca». El político tarraconsense critica que «si el gobierno municipal hubiera gestionado de una forma más eficaz, ahora los deberes de los Juegos ya estarían hechos y acabados».
La portavoz de la CUP, Laia Estrada, critica que el alcaldeJosep Fèlix Ballesteros «sigue con el lirio en la mano», a la vez que critica la actitud «servil» del equipo de gobierno municipal con el ejecutivo estatal. Asimismo, los cupaires reiteran su oposición al evento y reivindican una apuesta por «las escuelas públicas y unas instalaciones municipales dignas».
Finalmente, Arga Sentís (ICV) considera que «tiene mucho morbo ver al alcalde Ballesteros haciendo propaganda con el Partido Popular», a la vez que califica como de «surrealista» que «ahora el alcalde quiera que se aprueben unas cuentas que su partido votará en contra».