4 de abril 20.10 horas
Ocurrió en unas oficinas de la calle Cristòfor Colom. Entró el sospechoso, preguntó al empleado y éste le contestó que se había equivocado. Diez minutos después volvió el individuo con un punzón en la mano. Exigió al empleado la cartera y el móvil. Tiró a la víctima al suelo y ésta le cogió el punzón. El ladrón se apoderó de dinero y el móvil.
10 de abril 11.15 horas
El robo fue cometido en un hotel de la avenida Estanislau Figueras. Entró un individuo –en esta ocasión también con la cabeza tapada con la capucha de la chaqueta– después de golpear varias veces la puerta. Se dirigió al mostrador llevando un objeto punzante. Exigió el dinero a la víctima. Ésta, al ver que el hombre quería acceder al mostrador, se resistió. El individuo se abalanzó sobre la mujer, la comenzó a golpear y a tirarle del pelo. Se llevó unos 400 euros.
15 de abril 13.15 horas
La víctima se encontraba de espaldas a la puerta de su establecimiento de la calle Sant Francesc cuando entró un hombre, la empujó y le comenzó a propinar puntapiés por todo el cuerpo. Como la víctima chillaba, el agresor aumentaba los golpes. La empujó contra una mesa, cayendo de nuevo al suelo. Posteriormente la golpeó en la cabeza con un objeto y quedó inconsciente. Se llevó un bolso con tarjetas, llaves y un móvil, además de unos 500 euros en efectivo.
23 de abril 9.30 horas
La víctima se encontraba en su frutería ubicada en la calle Mossèn Salvador Ritort i Faus –en la misma calle donde ocurrió el crimen el jueves de la semana pasada–. Entró un hombre preguntando si tenía papel de fumar y seguidamente sacó una pistola para pedir el dinero. La mujer no le entendía y el asaltante sacó un cuchillo, empujó a la víctima contra el mostrador y le presionó el cuchillo contra el estómago para que abriera la caja. El ladrón abrió la caja registradora y se llevó 85 euros y un móvil. Éste estaba bloqueado y su dueña se negó a darle el número secreto. El asaltante se marchó, siendo seguido por la mujer.
24 de abril 15.30 horas
Un matrimonio estaba a punto de abandonar su bar situado en la calle Castellers. Entró un individuo y cogió a la mujer por el cuello a la vez que la ahogaba, pidiéndole a la vez que le entregara el dinero. Los dos cayeron al suelo –la víctima, aturdida–. Entonces la amenazó con un destornillador. Cogió unos 200 euros. Cuando salió el marido –que estaba en el lavabo–, fue hacia el agresor, quien le clavó el destornillador en dos ocasiones.