Los deberes del conseller de Salut, Antoni Comín, en el Camp deTarragona

19 mayo 2017 17:49 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:27
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Finalmente hoy tendríamos que saber cómo queda dibujado el futuro mapa sanitario del Camp de Tarragona. El conseller de Salut, Antoni Comín, tiene previsto presentar el Pla Estratègic Sanitari del Camp de Tarragona. Desde hace años, la demarcación tiene un importante déficit en materia sanitaria y hospitalaria. Los ciudadanos han salido a la calle para denunciar esta falta de inversión en la sanidad pública en Tarragona, en detrimento de Barcelona. Mientras, las listas de espera quirúrgicas en bastantes patologías se incrementan y si disminuyen es porque los pacientes se derivan a centros privados para ser intervenidos.

Uno de los principales pronunciamientos que se espera del conseller es la tan reivindicada y anunciada UCI pediátrica, que tendría que abrir dentro de dos meses en el Hospital Joan XXIII. El área comportará cuidados intensivos de neonatos y pediatría en el espacio que ocupan actualmente despachos y biblioteca en la cuarta planta. Se calcula que dará servicio a unos 400 pacientes potenciales. Sería un paso más después de que hace unos meses se lograra que dicho hospital tuviera abierto las 24 horas todos los días del año la Unitat de Hemodinàmica.

Una de las inversiones esperadas –y que inicialmente parecían inminentes– es la compra de un aparato de litotricia para tratar los cálculos en el riñón a través de ondas de choque. Actualmente, unas 400 personas del Camp de Tarragona reciben este tratamiento en Barcelona cada año, donde deben acudir, de media, a dos sesiones. Es una de las promesas incumplidas por el Departament, según ha denunciado el alcalde de Tarragona en varias ocasiones.

Josep Fèlix Ballesteros no quiere ser menos que su homónimo de Reus y sigue reivindicando la construcción de un nuevo Hospital Joan XXIII –compatible con reformar el actual–. El edificio principal, que es el centro hospitalario de máximo nivel de 800.000 personas de la demarcación de Tarragona, cumplirá el próximo año medio siglo de vida. Pero la petición del edil recibió un jarro de agua fría a mediados de año por parte del director del Servei Català de Salut, quien descartó la construcción de un nuevo edificio –que según Ballesteros costaría unos 50 millones de euros–. Veremos qué dirá hoy Comín.

Y por pedir que no quede. El alcalde tampoco renuncia a un hospital maternoinfantil y a un centro de docencia, porque los alumnos están en barracones desde 2008.

Durante este verano se ha comprobado una falta de médicos en el SEM. Muchos días, los VIR –vehículo de intervención rápida – y las ambulancias medicalizadas se han tenido que quedar en sus bases porque estaba el técnico sanitario –que hace de conductor– pero no el médico. Incluso se dio el caso de que en una mañana no había médico del SEM en las bases del 112, Reus y Alcover. Bien por indisposición, por baja o por horas sindicales, los facultativos estaban fuera de servicio. Y no sólo pasó un día, sino que el episodio, en mayor e menor gravedad, se ha ido repitiendo a lo largo del verano. ¿Se contratarán más médicos para que estas situaciones no se repitan?

Otra de las preocupaciones ciudadanas son las Urgencias. Acudir a este servicio es invertir horas de espera ante la sobreocupación. Reconozco que hay un informe que el 72 por ciento de las urgencias que llegan al hospital podrían verse en el CAP y que los ciudadanos del Camp de Tarragona son los que más acuden a este servicio. Pero la Administración tiene que poner los medios para que esto no ocurra, mejorando los servicios de Urgencias de los CAPs. Porque muchas veces, las personas que no quieren esperar días a que le den cita para su médico de cabecera acuden a Urgencias del Centre d’Atenció Primària y las colapsan.

Es importante tener buenos equipamientos, pero lo es más tener buenos profesionales y los suficientes. El Col·legi de Metges criticó hace unas semanas que los CAPs y Urgencias están desbordados por la falta de personal y que las condiciones de trabajo son durísimas.

También será la ocasión para que el conseller se manifieste públicamente por primera vez sobre la difícil situación económica del Hospital Sant Joan de Reus.

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