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La tragedia de la Love Parade, ocurrida en julio de 2010 en la localidad alemana de Duisburgo, finalmente llegará a juicio. La Audiencia Territorial de Düsseldorf anunció ayer que revocaba la decisión inicial del Tribunal de Duisburgo, que acordó que el caso no se juzgaría al considerar que el material inculpatorio era inconsistente, en particular el informe elaborado por el experto británico Keit Still en el que la Fiscalía basaba su acusación.
Las diez personas imputadas –seis empleados de la Administración de Duisburgo y cuatro empleados de la empresa organizadora del multitudinario festival tecno– serán juzgadas por 21 delitos de homicidio por imprudencia y por lesiones por imprudencia –en la justicia alemana no se indica el número–. Francisco Zapater, el padre de Clara –una de las dos tarraconenses que fallecieron, junto con Marta Acosta–, se mostraba ayer satisfecho de que haya juicio.
«Esta mañana –ayer para el lector– nuestro abogado en Alemania nos ha notificado por WhatsApp la decisión del tribunal», explicaba al Diari Francisco Zapater. Son 231 páginas en las que los jueces señalan que sí hay indicios razonables de delito y que el caso se tiene que juzgar: «Ha salido el sol en el proceso de la Love Parade después de siete años de noches», señalaba este abogado tarraconense: «Estamos satisfechos y pensamos que la lucha que hemos llevado no ha sido en balde». Se refería a las 367.071 firmas recogidas después de saberse la decisión inicial de la Audiencia de Duisburgo de dar carpetazo al asunto en abril del año pasado. Dichas firmas fueron entregadas el 21 de julio de 2016 personalmente al juez portavoz de la Audiencia Territorial de Düsseldorf, el tribunal que ahora ha tomado la decisión.
Satisfacción
Francisco Zapater reconocía que se sentía satisfecho por la nueva decisión:«El archivo del caso, sin que se celebrara el juicio, fue una bofetada. Pero tenía confianza en que la justicia alemana no lo permitiría».
La Fiscalía solicitó, tras la decisión de la Audiencia de Duisburgo, un nuevo informe sobre la tragedia. Con esta medida, la Fiscalía en Duisburgo (oeste) quería garantizar la obtención lo antes posible de la necesaria claridad jurídica para un eventual proceso.
