Los gegants petits se mudan al hospital Santa Tecla de Tarragona

El objetivo es que estos elementos del Seguici de la ciudad conviertan la sala de urgencias pediátricas del centro en un entorno agradable para los niños

03 enero 2020 20:40 | Actualizado a 06 enero 2020 00:22
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A medida que el sol se iba poniendo en el Cós del Bou y que se acercaban las 18 de la tarde de este viernes 3 de enero, eran más las personas que se iban acumulando. Las grallas empezaban a tocar practicando algunas de las canciones que les esperaba durante una tarde de mucho frío pero que el ambiente de fiesta mayor que generaban calentaba las ganas de ver en enero y por primera vez en el 2020, a los Gegants Vells Petits de Tarragona.

En esta ocasión, la cercavila tenía un motivo y un destino diferente y es que estos tradicionales elementos del seguici que identifican a la Part Alta y al barrio del Cós del Bou, se trasladaron al que será su nuevo hogar: el Hospital Santa Tecla. «Hemos intentado que este acto coincidiera con las fiestas de Navidad y convertirlo en un auténtico regalo de reyes para la ciudad», expresaba Joan Adserà, encargado de las relaciones institucionales de la Xarxa Sanitaria de Santa Tecla.

Dos paradas, un objetivo

Aunque los gegants se instalarán de forma permanente en la sala d’espera d’Urgències Pediàtriques del Hospital Santa Tecla, durante los primeros 15 días, estarán acompañando a los niños y niñas que visiten el Centre de Desenvolupament Infantil i Atenció Precoç (CDIAP). «Es una forma de ayudar a los padres a romper estigmas y hacer del entorno hospitalario un sitio festivo y alegre», explicaba Joan Maria Adserà, padre de Joan y director general de la Xarxa Sanitaria de Santa Tecla, quien añadía: «También es una forma de consolidar el tejido cultural y vecinal de la ciudad y especialmente de la Part Alta».

A las 18h, muy puntuales,, las grallas dejaron los ensayos para empezar a tocar la primera melodía que suponía el inicio y el arranque de los Gegants Vells Petits de Tarragona hacía la Rambla Vella. A su paso, decenas de personas se unieron a esta pequeña fiesta improvisada y muchos curiosos sacaban sus móviles para grabar este trocito de Santa Tecla adelantada en pleno invierno. Las pequeñas portantes superaron el frío entre risas y con las ganas de vivir este momento como algo inolvidable.

«Nos parece una idea estupenda. Los gegants están para hacer sonreír a los niños», comentaban Abril y Noelia, dos de las niñas encargadas de hacer bailar a los gegants y alumnas de l’Escola El Miracle, otra de la entidades que supone un pilar fundamental para este proyecto. «Se trata de un maridaje. Unir los tres ejes que identifican al barrio y a la Part Alta para colaborar juntos en esto», expresaba Joan Maria Adserà.

Los pequeños, fieles seguidores

Los gegants hicieron un recorrido atípico iluminados con luces de Navidad pero con la misma energía y con el mismo poder de atracción, ya que en los tramos finales de la cercavila, las personas que los seguían se multiplicaron. «Cuando lo ha visto se ha querido unir y creo que de aquí no nos vamos hasta que acabe», comentaba Eduard que llevaba a hombros a su hija Sara embobada con el baile de los gegants. Como también se quedaron fascinados un grupo de turistas que, sin entender el significado de lo que estaban viendo, no podían apartar los ojos de los gegants a través de las pantallas donde grababan el momento para guardarlo como un recuerdo diferente de la ciudad. Y es que es algo extraordinario oír las grallas entre las luces de Navidad y ver a los gegants bailando con frío.

Tras los pasos de l’Aligueta

Esta búsqueda de un hogar diferente para los elementos del seguici no es algo nuevo, ya que la Àliga petita de Tarragona descansa en el Cap Llevant de Santa Tecla. «Hemos querido seguir su iniciativa. L’Aligueta es todo un reclamo y ya es una más en el barrio de Llevant», comentaba Joan Adserà. Y es los elementos más pequeños del seguici de la ciudad no tienen espacio en la Casa de la Festa y también necesitan un sitio para poder conservar la magia que después deben contagiar en cada fiesta. Así pues, con iniciativas como esta, se puede conseguir un sitio donde guardar estos elementos y que a la vez puedan cumplir una función, que aunque parezca innecesaria, es una de las más importantes que podría haber: cambiar el miedo por una sonrisa cuando un niño está en el hospital.

El Amparito de la Navidad

La llegada a la entrada del Hospital Santa Tecla fue un momento inédito que resumió esta experiencia, y es que los gegants llegaron a ritmo de un villancico y entre aplausos. Aunque la cercavila no había terminado, la puerta del hospital solo fue una parada para conocer su nueva casa, ya que su destino era el CDIAP, en la Plaça Verdaguer, donde finalmente se quedaron. «Esperamos que los gegants puedan dar vida a un entorno que necesita más sonrisas y menos preocupación», concluía Joan Maria Adserà.

Hasta el 17 de enero, los Gegants Vells Petits de Tarragona estarán en el CDIAP de la ciudad. Después, se trasladarán de forma permanente al Hospital Santa Tecla, su nuevo hogar.

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