Los hospitales de Tarragona acusan ya la quinta ola de Covid

Los pacientes suben un 74%, de 23 a 40, en cinco días. Con Urgencias y la Primaria tensadas, los hospitales notan un leve repunte de casos. La Rt es de récord: cada positivo contagia a tres

08 julio 2021 11:40 | Actualizado a 09 julio 2021 06:09
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La quinta ola tiene al borde de la saturación a la atención primaria en Tarragona, con la peor evolución de la pandemia en algunos CAP, pero empieza a impactar también en hospitales. La situación no es grave, pero la dinámica durante la última semana es de un inquietante incremento de hospitalizaciones que no se sabe dónde tendrá su final. «Estamos en una cierta estabilidad tensionada, vemos fluctuaciones de ingresos pero no sabemos cómo se comportará la pandemia, que está impactando mucho en Primaria y Urgencias», explica Òscar Ros, vocal de relaciones institucionales del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT).

«En la última semana se ha dado un incremento», cuenta Joan Inglés, de la Unitat de Salut Laboral en el Hospital Sant Joan de Reus. En ese centro del Baix Camp: hay un dato ilustrador: en el mes de junio ha habido más casos positivos entre trabajadores que sumando los tres meses previos. La vacunación ha evitado que esa situación se traduzca en casos graves, pero sí ilustra la elevada transmisión del SARS-CoV-2 en estos momentos. «En Urgencias hemos pasado de 4-5 PCR positivas a 7-8 de promedio, con un aumento importante de visitas por sintomatología sospechosa. La hospitalización diaria de Covid ha pasado de 0-1 casos por día a 3-4», explica Inglés, que añade: «Hay más presión en Urgencias y un discreto aumento de ingresos en planta, aunque en proporción a los positivos son menos hospitalizaciones que en olas anteriores». «Empezamos a ver un cierto incremento», anuncia Tani Francesch, médico especialista en curas paliativas y geriatría del Joan XXIII.

Ayer, 564 contagios

La explosión de contagios que vive estos días la provincia (ayer se notificó la alarmante cifra de 564 en Tarragona) es tan grande que buena parte de los sanitarios se preparan para asumir el golpe: «Hay gente contagiada con la pauta completa que se infecta y que le afecta. Ninguna vacuna tiene el 100% de eficacia, por mucho que proteja de cuadros graves, pero, evidentemente, cuando la cantidad de positivos es tan alta, a alguien le acabará afectando el virus, aunque esté vacunado», dice Francesch.

El rejuvenecimiento sigue marcando las nuevas hospitalizaciones, bien sea de personas que no se han vacunado aún, las que declinaron hacerlo o perfiles sí inoculados pero a los que la Covid-19 les perjudica especialmente. «Por un lado, tenemos a las nuevas variantes que añaden incertidumbre a la eficacia de la vacuna y, por el otro, hay un porcentaje de personas vacunadas que no responde. Las dosis protegen al 100% de la enfermedad grave, pero no en general. Sí que evitan situaciones críticas pero puede haber gente hospitalizada», explica Òscar Ros.

Xavier Oliach, director del Hospital de Santa Tecla, tilda de «muy leve repunte» el incremento de hospitalizaciones, si bien el aumento se vuelve «significativo» cuando se habla de Urgencias: «En la última semana hemos notado un incremento de la demanda de aspectos vinculados con la Covid-19, ya sea por contagios o por demanda de información».

Los ingresos crecen de forma ligera pero la situación mantiene en vilo a los sanitarios: «Es verdad que la mayor parte de contagios es de población joven, con menos factores de riesgo y menos vulnerables, pero también es cierto que, aunque sea solo por un tema estadístico, un volumen tan alto de positivos puede tener afectación», añade Oliach desde Santa Tecla.

La coyuntura, pues, vuelve a golpear a unos sanitarios exhaustos mental, emocional y físicamente, a los 15 meses de pandemia. «A todo esto hay que añadir que algunos de nuestros trabajadores se están manifestando como contactos estrechos de positivos, todo constituye una cadena de incidencias que complica las cosas», aporta Oliach.

Los datos de Salut muestran un incremento leve en la última semana. El viernes pasado, 2 de julio, había 23 personas ingresadas por Covid-19 en la provincia. Ayer, Salut notificó 40 ingresados, un incremento del 74%, si bien hay que tener en cuenta que se trata de cifras, en realidad, bajas. La dinámica es de subida en el Camp de Tarragona, que ha pasado de 21 hospitalizados a 33 en cinco días, y en las Terres de l’Ebre, que oscila de dos a siete. Esa deriva, más o menos acentuada según el hospital, es compartida también por el global de Catalunya: de los 474 ingresados comunicados el día 2 a los 575 registrados ayer, 101 más. Es una subida del 21%, no demasiado pronunciada pero sí representativa. Donde no se nota la huella de esta oleada es en la UCI, cuya estadística refleja bien la paradoja del momento: incidencia desbocada en la franja de 15 a 29, aún por vacunar, y mucho más leve en el resto.

Tarragona sigue en un desalojo costoso y lento de las unidades de críticos, un baremo ajeno a esta quinta ola por dos razones: la llegada a intensivos es de los últimos indicadores que suben cuando hay un boom de casos (hay un proceso de contagio y agravamiento) y la protección indudable que ofrecen las vacunas, ya de sobras contrastada, y que están evitando el ingreso de personas en estado grave. El Camp de Tarragona sumó un nuevo paciente a la UCI, con 12 en total, y el Ebre se mantiene en dos. La mejora es claramente perceptible: hace justo un mes había 27, prácticamente el doble, y hace dos, a principios de mayo, la cifra se elevaba a 54. Sin embargo, las UCI están mucho peor que hace un año. A principios de julio de 2020, después de toda la desescalada tras el Gran Confinamiento, no había ni un solo paciente en Tarragona en intensivos. Por entonces, había más restricciones que ahora –la mascarilla era obligatoria– pero no se contaba con la baza de la vacuna.

La incidencia de casos se ha desbocado por completo en las franjas de 20 a 29 años y de 10 a 19 pero empieza a crecer la de 30 a 39 y la de 40 a 49, segmentos que gozan de algo más de cobertura vacunal. Es a partir de los 50 años cuando, por fortuna, la incidencia se mantiene en niveles bajos, completamente alejada de lo que sucede entre los adolescentes; otra prueba, la enésima tras seis meses de campaña, de que la vacuna funciona.

El Camp de Tarragona alcanzó ayer una Rt de 3, la más alta de la pandemia, lo que quiere decir que cada contagiado infecta a tres. Es una cifra más alta que la de marzo de 2020, en el estallido de la emergencia. En el Ebre es de 2 puntos. Debería ser inferior a 1 para que los casos empezaran a bajar.

Boom de jóvenes: el 4,2% de los de 16 a 19 tienen ya una dosis

El Palau d’Esports de Tarragona vacuna ya a la franja más joven de la población diana que deberá recibir las dosis. Ayer se administraron más de 4.000 vacunas. Una buena parte de los convocados fueron jóvenes, prácticamente adolescentes, que han conseguido las primeras citas. Salut se ha dado prisa para proteger cuanto antes a estos segmentos de población, cuya movilidad y socialización está contribuyendo a aumentar los contagios. La respuesta ha sido masiva y numerosos jóvenes apelaron a su responsabilidad para vacunarse a las primeras de cambio y contribuir al final de la pandemia. De hecho, está resultando difícil estos días conseguir una cita y hay algunos chicos y chicas que se están desplazando a otros puntos de Catalunya para inocularse, si encuentran disponibilidad. 

En Tarragona, hay un 4,2% de personas de 16 a 19 años que ya ha recibido una dosis. En el caso de los de 20 a 29, esa proporción se eleva al 5,6%. Los de 30 a 34 años han alcanzado una cobertura bastante mayor, del 24,5%. 

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