Los marcianos no son amigos

‘La guerra de los mundos’. La miniserie estrenada por Movistar+ es una adaptación por parte de la BBC del libro homónimo de H.G. Wells

18 octubre 2019 20:22 | Actualizado a 18 octubre 2019 20:38
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«En los últimos años del siglo XIX nadie habría creído que los asuntos humanos eran observados aguda y atentamente por inteligencias más desarrolladas que la del hombre». Así comienza el gran clásico de la literatura de 1897 La guerra de los mundos de H.G. Wells, un libro ampliamente versionado tanto en cine como en televisión.

En esta ocasión, la responsable de la última adaptación televisiva ha sido la BBC inglesa con un formato de miniserie de tres capítulos de poco menos de una hora de duración cada uno.

Inglaterra, enero de 1906. Cuando George (Rafe Spall) y Amy (Eleanor Tomlinson) están a punto de comenzar una nueva vida juntos y parece que todo va a ser perfecto un suceso extraño tuerce sus planes y de paso los de toda la humanidad.

El impacto de un gran meteorito desencadena una serie de acontecimientos catastróficos que finalizan en algo totalmente inesperado e impensable para nadie de la época. Una invasión del planeta Tierra por una raza alienígena de origen desconocido. A partir de aquí la lucha por la supervivencia es lo único que importa y junto al resto de la humanidad tienen que combatir a un enemigo despiadado que está dispuesto a destruirlo todo, incluida la raza humana.

En su huida hacia Londres, tras ser atacado por los extraterrestres el pueblo en el que viven, ven cómo la destrucción de los lugares por donde pasan es total. Los marcianos no dejan piedra sobre piedra y aniquilan a todo ser vivo que encuentran en su camino.

Adaptación casi exacta 
La serie es un fiel reflejo del tono y del espíritu del libro. Es la primera vez que una versión de La guerra de los mundos se desarrolla en la Inglaterra eduardiana, periodo en el que la obra fue escrita. La única licencia que se permiten introducir en la adaptación es que vemos a Amy unos años más tarde y, mediante continuos flashbacks, nos va narrando en primera persona cómo ha llegado hasta la situación en la que se encuentran ella y todo el resto de la humanidad. Vemos que la Tierra se ha convertido en una réplica del planeta rojo. Es un erial donde ya no brilla el sol y que no produce ningún tipo de alimento, con lo que la población vive totalmente en la miseria y en una continua hambruna.

Atemporal
La guerra de los mundos nos muestra una serie de situaciones que, aun habiendo sido escritas hace algo más de un siglo, continúan siendo de actualidad. Es clara la similitud que quiso mostrar Wells y, por tanto, vemos en la serie la invasión y aniquilación por parte de los extraterrestres de la raza humana con el imperio colonialista inglés y sus conquistas de otros territorios o los discursos políticos totalmente vacuos que se suceden, que no ayudaban en nada a mejorar la situación que estaba viviendo la población.

Adaptación radiofónica. 
La versión de radio de Orson Welles emitida en Halloween en 1938, logró sacar la histeria a la calle con solo ondas de audio


Otro de los puntos fuertes del libro y en la serie es la confrontación entre fe y ciencia. Algo que lleva ocurriendo desde los inicios de la Historia. En este aspecto es fundamental el papel del profesor Ogilvy (Robert Carlyle). 

H.G. Wells plantea un rechazo explícito al pensamiento de la fe, ponerse en las manos de Dios es sinónimo de ignorar lo que la ciencia puede hacer por nosotros. Y aquí es donde cobra especial relevancia el personaje del profesor. En el último capítulo vemos cómo, ayudado por Amy, uno de sus experimentos fructifica y así siembra un halo de esperanza para la humanidad.

La guerra de los mundos tiene una maravillosa factura técnica, con unos muy buenos efectos especiales, una fotografía muy cuidada y unas interpretaciones más que aceptables.

Tal vez va un poco de más a menos. Excepcional la escena de la playa con un ritmo trepidante y un movimiento de cámara propio del cine.

Es esta una serie que, aunque no lo parezca en un principio, nos va a hacer reflexionar sobre muchas de las cosas que ahora nos rodean a poco que le prestemos un poco de atención.

Y además tiene el indudable sello de calidad de una producción de la BBC, ¡qué más queremos!

 

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