Los médicos de familia reclaman menos burocracia y más recursos

«Hay pacientes que se quejan de que el médico habla más con el ordenador que tiene delante que con ellos», reconoce el presidente del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona, Fernando Vizcarro, para ejemplificar la creciente carga de tareas burocráticas que deben asumir los médicos de Atención Primaria.

Es apenas uno de los muchos aspectos que quieren denunciar estos especialistas y que, en una iniciativa sin precedentes, ha contado con el acuerdo a nivel nacional y autonómico de colegios de médicos, sociedades científicas, sindicatos de médicos y estudiantes. Entre todas estas entidades han decidido hacer un frente común , y uno de los primeros pasos ha sido la redacción de un decálogo que entregarán el lunes a la Conselleria de Salut de la Generalitat y al Ministerio de Sanidad, coincidiendo con la celebración del Día de la Atención Primaria.

Además, el mismo lunes han convocado una concentración simultánea de diez minutos frente a todos los CAP a la que invitan a sumarse a profesionales y pacientes.

Contratos basura

Vizcarro, que comparecía acompañado de representantes de diferentes entidades, aseguraba que la Atención Primaria ha llegado a una «situación crítica» en lo que se refiere a presupuesto. Francesc Duch, secretario general del sindicato Metges de Catalunya, recordaba que actualmente a la Atención Primaria sólo se le destina alrededor del 16% del presupuesto total del Departament de Salut, una cifra que podría ser incluso menor, ya que en ella no se incluye toda la factura de la farmacia.

A la par, los propios profesionales han ido sufriendo una creciente precarización. De hecho, calculan que desde el año 2010 los médicos de familia han perdido unos 11.000 euros anuales de remuneración.

Además, apunta Vizcarro, los contratos temporales ya representan la mitad, muchas veces en condiciones que rayan en el ‘contrato basura’. Hay casos en que se contrata a los médicos sólo por unas horas. «Tenemos médicos a los que se contrata de un lunes a las diez a un viernes a las tres de la tarde...», relata al hablar de la inestabilidad a la que se ven sometidos.

La situación afecta, además, a los pacientes, que ante un cambio continuo de médico se pueden sentir desconcertados y no conseguir el nivel de confianza que se espera, justamente, de los profesionales más próximos.

Otro efecto de los recortes es que se han ido perdiendo puestos de trabajo. Según explica Duch, en los últimos cinco años se han perdido unos mil puestos de médicos en Catalunya y más de 900 han sido en primaria. Además, muchas plazas de profesionales que se jubilan se «amortizan», es decir, sus compañeros de centro terminan asumiendo sus pacientes. No es un detalle menor teniendo en cuenta que, de media, suelen atender unas 40 consultas al día.

El resultado se encuentra en médicos cada vez más sobrecargados, al punto de que han vuelto a una reivindicación que ya parecía superada, poder contar con al menos 10 minutos para atender a cada paciente.

Además, se han ido atribuyendo cada vez más responsabilidades, como la atención a los pacientes crónicos a domicilio, sin contar con más personal.

También son especialistas

Otra de las dificultades con las que tienen que lidiar es el hecho de que, a pesar de que estudian una especialidad después de terminar la carrera, como no trabajan en un hospital, socialmente no se les percibe como especialistas. Una de las consecuencias es que en las facultades es muy escasa la proporción de estudiantes que elige Atención Primaria como especialidad, aunque, a la larga, es la que terminan estudiando más personas.