«Los niños queremos que nos tomen en serio»

Cuenta Pablo Lázaro que durante el confinamiento ya se entrenaron, a la fuerza, en esto de las videoconferencias, así que cuando las sesiones del Consell Municipal d’Infants pasaron a ser virtuales ya sabían cómo iban. «Cada uno da su opinión, nos respetamos mucho», explica. Aunque Maria Bono reconoce que «en persona era más divertido».

Los dos niños lo cuentan nada más terminar la reunión que les ha tenido casi tres horas conectados, trabajando. Cuando nos unimos todavía están repasando los acuerdos a los que han llegado y sí, lo del respeto queda más que demostrado. Al final no sería la única lección que nos dejaría el encuentro.

En sus estatutos se recoge que el Consell Municipal d’Infants, CIMT, es el «órgano representativo de la población infantil donde se pueden debatir las ideas de los niños respecto a la gestión de la ciudad». Está formado por alumnos de quinto y sexto de primaria de once escuelas de la ciudad junto a estudiantes de ESO que han participado en años anteriores y que siguen vinculados. En total, unos cuarenta niños y adolescentes.

La sesión a la que asistimos, organizada por el IMET, es para preparar el manifiesto que entregarán a los representantes de los diferentes partidos políticos a propósito del Día Mundial de la Infancia, que se celebra hoy.

La educación, en el centro

El número de propuestas que han querido incluir es amplísimo, pero si les preguntan cuál es la preocupación que ha surgido en primer lugar, esa es la educación. Como explica Jordi Alfaro, «nos preocupa el contenido de las clases y la calidad. Es el momento de analizar el sistema educativo». Entre los acuerdos figura que hace falta que todos los niños y adolescentes tengan acceso a los recursos que necesitan para tener «una educación justa y sin discriminación».

Sin salir de la escuela, se fijan también en el funcionamiento de los comedores escolares. Quieren que los menús sean equilibrados, que se atienda a las personas con problemas alimentarios, que la comida no se use como castigo... Y que también se tenga en cuenta que hay quien no tiene los recursos para acceder a una buena alimentación.

Atención a la salud mental

Reconocen que la falta de socialización les está pasando factura. «Estar separados de nuestros familiares, de nuestros amigos, nos ha hecho valorar nuestras relaciones», cuenta Pablo.

Y otro mensaje para tomar nota: «Se debe tener muy en cuenta la salud emocional y mental de los niños y adolescentes. Cuando decimos que estamos enfermos, la familia y la escuela se lo deben tomar en serio».

Eraide Muñiz apunta que los niños también tienen derecho a estar informados de lo que pasa, de lo bueno y de lo malo, y de que sus padres se lo expliquen. Dice que en los noticiarios se usan palabras que no conocen, o dan por sentado que todo el mundo sabe de lo que están hablando. Justo por eso estuvieron haciendo pruebas para un noticiario el curso pasado, pero el confinamiento de marzo les impidió seguir.

A lo largo de la conversación se nota que están muy concienciados con los temas mediomabientales y llaman a «no lanzar sin control los guantes ni las mascarillas», a la par que creen que los padres deberían hacer más para educar en el reciclaje.

Y les preocupa la pobreza: «Hay que buscar fórmulas para acabarla definitivamente», y añaden: «Es esencial que los niños y niñas tengan un techo para vivir y una familia que los apoye».

El lema que usarán seguramente será «unirnos para cambiar las cosas». Pep Sabater resume: «Lo que queremos es que, a la hora de decidir, se nos tenga en cuenta, que se vea nuestro enfoque».

Visto lo visto, el sentido común del que hacen gala no nos vendría mal.