Los okupas no dan tregua ni en tiempos de cuarentena

A pesar de que la restricción de movilidad ya lleva muchas semanas vigente, los casos de ocupación se siguen dando en la provincia. La actuación rápida de los Mossos, clave para evitarlos

13 mayo 2020 07:12 | Actualizado a 13 mayo 2020 07:18
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Antonio –nombre ficticio– hace un mes que espera para poder entrar a vivir en su nuevo piso alquilado situado en la zona de Barris de Ponent de Tarragona. Ya tiene las llaves y ahora se encuentra en pleno proceso de mudanza. Ha pintado el piso y espera a que le lleguen los muebles para comenzar a hacer vida en su nuevo hogar junto a su mujer. Hasta aquí todo normal. El problema llega cuando la espera se convierte en una pesadilla ante la amenaza de los okupas. Primero le intentaron forzar la puerta, pero en vista del poco éxito se marcharon. «Llegué una mañana para traer unas cosas al piso y me encontré la puerta totalmente forzada. El marco derecho tenía una abolladura fuerte», explica el vecino. 

El intento de los okupas no quedó ahí. Al día siguiente sí que consiguieron abrir el piso con la intención de ocuparlo. A partir de ahí, el modus operandi se ha repetido hasta en tres ocasiones en los últimos días. Los vecinos llaman al 112 y los Mossos d’Esquadra llegan a los pocos minutos y los desalojan. La ansiedad crece y comenzar a habitar en su nuevo piso, aunque no esté del todo preparado, ya es una alternativa más que real para evitar problemas. «No tengo ni muebles ni camas, pero es que antes de que me vuelvan a entrar y pasar un mal rato, prefiero quedarme aquí. Yo vivo en Tarragona capital con mi mujer y estos días tengo que venir en taxi, ya que no tengo otro medio de transporte», relata Antonio.

La rápida actuación de los Mossos resulta clave para evitar la ocupación completa

El piso no pertenece a ningún propietario privado, sino que está en manos de la Agència de l’Habitatge de Catalunya, que le ha concedido el alquiler de una vivienda social a Antonio en vista del contexto en el que vive con su mujer: «Mi mujer tiene problemas de asma y corazón. En el piso donde vivíamos no tenemos ascensor y tenemos que subir 106 escalones para llegar a casa. Aquí tendremos ascensor y la verdad es que nos hace mucha falta poder comenzar a vivir en nuestro nuevo hogar», contextualiza el hombre.

Los vecinos de la escalera andan preocupados. Ya son varios días en los que sienten fuertes ruidos y rápidamente los relacionan con los okupas. Prefieren no dar su nombre por miedo. Así lo hacen también cuando llaman al 112, piden que la llamada sea en anónimo, como explica uno de los vecinos. «La primera vez llamé a los Mossos, pero me dijeron que tenía que llamar al 112. Lo hice en anónimo y a los 10 minutos ya había una pareja de Mossos desalojando el piso», asegura el vecino.

Este caso de okupas no está siendo un caso aislado. En otra escalera de Ponent también han intentando entrar varias veces estos días. Al igual que en el caso de Antonio, el aviso de los vecinos y la rápida actuación de los Mossos d’Esquadra lo ha evitado. 

«Pues este vecino ha tenido mucha suerte de que los Mossos hayan actuado rápidamente. Lo mejor es eso, cortar de raíz el problema. Si se meten dentro, luego ya no se puede reaccionar con tanta rapidez. Hay que sacarlos en caliente y para ello hay que llamar de inmediato», explica Manel Sosa, abogado y experto inmobiliario. 

Confinados en el Bloque 47 que 'liberó' la PAH

El Bloque 47 de El Vendrell es un símbolo de la lucha contra los desahucios que impulsó la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en El Vendrell. En 2014 varias familias accedieron al edificio en el que muchos de sus pisos estaban destrozados. La PAH llevaba meses controlando el bloque hasta entraron.

Para Sosa este caso es solo un ejemplo más del peligro que puede causar una ocupación ilegal. Hay una familia que sale beneficiada, es cierto, pero hay otra que paga las consecuencias de manera inmediata y sin merecerlo. «Estos casos causan un daño social enorme. Cuesta mucho asignar una vivienda social y de no ser por la actuación de los Mossos esta familia estaría en la calle y la Generalitat tendría un gran problema». 

Menos ocupación

En tiempos de cuarentena, la ocupación ha sido un delito que ha bajado de manera evidente, al igual que el resto. No es algo que sorprenda, ya que en cierta manera responde a la lógica: «Al haber restricciones de movilidad, el campo de actuación de los ocupas es mucho menor», explica Sosa. 

Si el asunto de okupas pasa a vía judicial, el proceso resolutivo es mucho más dilatado

Según el departamento de Dades Obertes de los Mossos d’Esquadra, en el mes de marzo se han producido 90 casos de ocupación de inmuebles en toda la provincia de Tarragona, de los cuales se han resuelto 64 casos. 

El abogado hace especial hincapié en la importancia que tiene llamar con celeridad. Si los Mossos no pueden actuar en caliente, el protocolo de actuación se complica y desalojar a los ocupas se convierte en una ardua y desesperante tarea.

El abogado Manel Sosa suena firme cuando revela las consecuencias de que los ocupas se instalen en una vivienda que no es de su propiedad: «Te puedes meter en un laberinto que se acaba convirtiendo en un calvario para sacarlos de allí». 

Fuentes de Mossos d’Esquadra reconocen que actuar con el incidente en caliente es clave. Por eso piden a los vecinos que llamen con celeridad. En caso de tardar, la cosa se puede complicar y el protocolo de actuación varía. Si ellos no pueden actuar, el asunto pasa a vía judicial y entonces el proceso es mucho más dilatado. 

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