Los orígenes y la evolución de la tecnología

Eudald Carbonell ha participado en el ciclo #UnaVentanaALaCiencia en un encuentro a través de las redes sociales

20 abril 2020 10:02 | Actualizado a 20 abril 2020 10:19
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

De la virología a la arqueología. Del presente al pasado. El arqueólogo Eudald Carbonell fue el protagonista de la segunda sesión del ciclo #UnaVentanaALaCiencia, una iniciativa de CosmoCaixa con la colaboración de la Asociació Catalana de Comunicació Científica. En el encuentro virtual a través de Instagram Live, que tuvo lugar la semana pasada y fue conducido por el también arqueólogo Jordi Serrallonga, el investigador del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), codirector del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) y catedrático de Prehistoria de la URV resolvió las dudas sobre los orígenes y la evolución de la tecnología: del chimpancé a los primeros homínidos.

La primera cuestión que planteó Jordi Serrallonga al invitado fue si, en los manuales actuales de Prehistoria y Evolución Humana, todavía existe la definición de que la separación entre el ser humano y el animal radica en la utilización de herramientas. «No somos los humanos los únicos capaces de tener una inteligencia operativa, pero también es verdad que todas las especies de nuestro género han utilizado la tecnología para adaptarse, es decir, han fabricado herramientas con distintos materiales», aclaró Eudald Carbonell, para zanjar que «esta definición no sería correcta y deberíamos matizarla».  
Después Serrallonga sacó a colación el libro de Charles Darwin El origen del hombre, escrito en 1871. «Aunque pasó desapercibido, Darwin habla de que los chimpancés son capaces de utilizar herramientas en África», recordó el arqueólogo para dar un salto en el tiempo hasta el primatólogo Jordi Sabaté Pi quien «en la década de los 60 observa que los chimpancés son capaces de utilizar herramientas y también las fabrican».

«Los humanos hemos socializado y universalizado la inteligencia operativa, lo que no ha sucedido en los primates»

En relación con esta cuestión, el conductor de la charla preguntó a Carbonell si cuando vemos a un chimpancé fabricar una herramienta, con hojas o con un palo, podríamos considerarla como un complejo tecnológico. El investigador del IPHES argumentó que «la diferencia es que los humanos hemos socializado la inteligencia operativa y la hemos universalizado, lo que no ha sucedido con los primates». 

Otra de las cuestiones que se planteó es si la aparición de las primeras herramientas de piedra se debe a la aparición de individuos con cerebros más grandes o podría ser un cambio en la estrategia ecológica. La opinión del codirector del Equipo de Investigación de Atapuerca fue que «la percusión, que es un gran movimiento ortogonal que permite fracturar, probablemente empieza con yunques y en la medida que el objeto a percutir se va rompiendo, se producen la astillas y los diedros. Entonces, solo hay que cogerlos y se entiende que la causa-efecto se acumula en su cerebro, secuenciando y produciéndolas de forma consciente». 

En este punto, una de las seguidoras preguntó: ¿Es cierto que el paso de la alimentación herbívora a la alimentación con proteínas animales produjo importantes cambios cerebrales en los humanos? El catedrático de Prehistoria de la URV afirmó que «los cambios ecológicos son cambios adaptativos que se producen probablemente en secuencias cíclicas y repetitivas, el gran salto se produce cuando realmente la carne, como nutriente, pasa a formar parte de nuestra estrategia adaptativa. Es aquí cuando la relación cerebro, carne y herramientas cobra un nivel muy significativo». Asimismo, Carbonell recalcó que «los humanos lo hacemos todo con herramientas, es decir, el uso de herramientas, el uso de materiales transformados asociado a nuestras adaptaciones han favorecido también la lógica neuromecánica, el lenguaje y el aumento exponencial de complejidad, lo que ha permitido el incremento de sociabilidad». 

Entre otros temas relacionados con los orígenes y la evolución de la tecnología, el debate se zanjó entorno al fetichismo por los hallazgos de cráneos o mandíbulas, algo que no sucede con las herramientas. «A partir de dos millones de años, y en el caso de artefactos y acumulaciones de registros de tipo litotécnico de factor humano, no hace falta encontrar el cráneo o las falanges de quien lo ha hecho para documentar que hay una antropogénesis», afirmó Eudald Carbonell, cuyo último mensaje fue que «en el ser humano existe una antropogénesis hedonista de anteposición de nuestro grupo zoológico por encima de los demás y que debemos evitar. Esta pandemia es un gran aviso de que debemos hacer las cosas mejor y que la empatía la debemos tener, no solo entre nosotros, también con nuestro entorno».

Comentarios
Multimedia Diari