Los pactos CiU-ERC han hecho aguas en 27 municipios

El acuerdo en clave soberanista impulsado por las altas esferas no ha prosperado pese a que daba alcaldías

19 mayo 2017 22:33 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:00
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El pacto entre CiUy ERC, auspiciado por las altas esferas, se ha quedado muy lejos de arraigar en los ayuntamientos, pese a que el 24-M ha arrojado resultados abiertos y composiciones predispuestas al diálogo. El acuerdo de lectura soberanista no ha fraguado en 27 municipios de la provincia en los que un entendimiento podía haber dado el poder a esas dos formaciones o bien podría haber fortalecido un gobierno que tendrá que mandar en minoría durante los próximos cuatro años.

En ocasiones, el pacto con otras formaciones ha hecho que ERC y CiU se quiten alcaldías entre sí. Es el caso, por ejemplo, de La Selva del Camp, donde CiU ha perdido el poder por un pacto de ERC. En otras ocasiones, han preferido acordar con otros. Así lo hizo CiU, que llegó a un acuerdo con el PSC en Camarles o L’Albiol, donde ERC había sido la lista más votada. Por su parte, ERC pactó con los socialistas en Móra La Nova y Sant Jaume d’Enveja, en detrimento de CiU.

 

Mejor con otros

En la Bisbal del Penedès, los convergentes llegaron a un acuerdo con Socialistes del Penedès, dejando a los republicanos en la oposición. Hasta los independientes o las formaciones municipalistas han sido a veces mejores opciones de pacto. Es lo que pasó en Ascó. ERC y CiU no cerraron su acuerdo y permitirán gobernar a los Independents d’Ascó, en unión con los republicanos. Otro escenario se reprodujo en L’Ametlla de Mar. ERCy Compromís per la Cala llegaron a un entente y CiU se ha quedado fuera del gobierno.

La misma jugada han protagonizado los republicanos en Santa Coloma de Queralt, donde han pactado con Compromís, un grupo de independientes, desdeñando la propuesta convergente. En Rasquera tampoco ha habido consenso entre ambos, y CiU gobernará en solitario gracias al apoyo en la investidura de un concejal de Solidaritat –pese a que había ganado ERC–.

En Vilallonga del Camp, ERC integró gobierno juntándose con Vilallonga Pot Més –órbita del PSC– y no con CiU, que había ganado en votos. Por tanto, fue otro municipio en el que ERC, lejos de la consigna emitida a nivel general para fomentar estos entendimientos, le ha quitado la alcaldía a los convergentes.

En Sant Carles de la Ràpita, ERC pactó incluso con varios (PSC, Solidaritat e ICV) pero no incluyó en esa coalición a los convergentes, relegados a la oposición. En Torredembarra, a pesar de que ERC ultimó un acuerdo a tres –con PSC y Alternativa Baix Gaià–, tampoco hubo trato con CiU. En Santa Oliva, CiUy ERC están en la oposición pese a que, uniéndose, habrían desbancado a un PSC que no ha pactado y que gobernará en minoría.

En L’Espluga de Francolí las negociaciones se extendieron hasta el último minuto. Después de días de incertidumbre, CiU prefirió formar gobierno con Espluga Viva, una fuerza vinculada a la marca blanca del PSC, en lugar de con Som Espluga, una lista que incluía integrantes de ERC. En Vilalba dels Arcs, Compromís per Vilalba, fuerza en la senda de ERC, pactó con Units per Vilalba, y no con CiU.

La ausencia de pacto hará que CiU tenga que gobernar en minoría en lugares clave como Deltebre, Tortosa, Valls, Reus o Salou. En otras ocasiones, no haber pactado les ha llevado a ambos partidos a la oposición, como ha pasado en Calafell, Pinell de Brai, El Catllar, Mont-roig del Camp, El Vendrell o Constantí.

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