«Los padres deben asumir que sus hijas necesitan salir»

La psicóloga Enriqueta López Jurado considera que el temor de los progenitores no debe causar que las chicas dejen de hacer cosas

05 febrero 2019 16:35 | Actualizado a 05 febrero 2019 16:38
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«El temor de los padres y el instinto de sobreprotección hacen que mandemos a nuestras hijas mensajes para que tengan cuidado, para que vayan siempre juntas, que no beban, que no se fíen, que llamen para ir a buscarlas en coche, que cuidado con esa ropa... Y con estos consejos, aunque estén cargados de buenas intenciones, lo que hacemos es contribuir a fomentar su miedo, con el riesgo de que dejen de hacer cosas para evitar el peligro». Quien así habla es Enriqueta López Jurado, psicóloga con amplia experiencia en tratar con jóvenes y adolescentes.

Dice Enriqueta que el miedo forma parte del desarrollo humano. «Solemos creer que las personas valientes son aquellas que no tienen miedo, pero no es así. Valiente es el individuo que, aun sintiendo miedo, no se paraliza y consigue desarrollar su vida con normalidad».

«El miedo es la única emoción que te puede hacer convertir en valiente. Tenemos que ir afrontando el miedo. Ser conscientes de que nos puede pasar algo, pero no tenemos que estar pensando en que va a ocurrir, porque no viviríamos. Tenemos que ir poco a poco asumiendo riesgos diarios»

Por eso, Enriqueta es partidaria de dar a las jóvenes herramientas para vivir con ese miedo, sabiendo que, efectivamente, pueden suceder cosas desagradables. «Hay que educarlas para que no salgan solas, para que no frecuenten zonas solitarias, que no se fíen del chico al que acaban de conocer ni se vayan con él y sus amigos en un coche, que mantengan siempre a la vista el vaso en el que están bebiendo... Ellas deben aceptar que existe una realidad y que hay que tener cuidado, pero eso no debe evitar que salgan. Son jóvenes, tienen que salir, tienen que vivir». Y habla de una paciente suya de 22 años que dejó de salir porque su madre la esperaba siempre despierta en el sofá y ella se sentía culpable. «Eso no puede ser». 

Enriqueta se dirige a los padres para que aprendan a vivir con ese miedo y acepten que sus hijas tienen que salir a divertirse, y considera una buena medida que vayan a buscarlas para que no vuelvan solas a casa de noche.

Asimismo, Enriqueta se muestra muy crítica con la forma en que los medios exponen los casos de agresiones sexuales, sobre todo «por la profusión de detalles que sólo contribuyen a aumentar la angustia». Y lamenta algunas decisiones judiciales que «quitan las ganas de denunciar y crean en las chicas más sensación de vulnerabilidad e indefensión».   

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