Los paradistas del Mercat Central, en pie de guerra

Algunos se muestran indignados por la decisión de Espimsa de hacer efectivas las sanciones por incumplimiento del horario

01 febrero 2018 18:47 | Actualizado a 02 febrero 2018 14:03
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El ambiente de ayer en el Mercat Central era diferente al del resto de días. Se notaba tensión y crispación entre los paradistas. El motivo era la decisión que tomó el consejo de administración de Espimsa el pasado martes. Acordó, por unanimidad, trasladar al Ayuntamiento las actas de inspección de las paradas del mercado que han incumplido el reglamento, lo que significará que se tramitarán y se harán efectivas las sanciones, que oscilan entre 751 y 1.500 euros. La noticia ha causado indignación entre algunos vendedores, sobretodo entre las pescaderías, que fueron las primeras en cerrar los lunes por la mañana y los sábados por la tarde, incumpliendo así el reglamento. 

Carme Budesca, propietaria de la pescadería Carmeta, quiso dejar claro ayer que «somos pequeños comercios familiares. Queremos vivir tranquilos y también queremos conciliar nuestras vidas familiares». Carmeta, tal como es conocida, no escondía su indignación por la reciente noticia. «Hay muchas personas que estamos pagando el nuevo mercado con nuestra salud, y no hay derecho», continuaba Carmeta, quien no desaprovechó la ocasión para enviar un mensaje a la concejal de Comerç de Tarragona y presidenta de Espimsa, Elvira Ferrando. «Que nos deje en paz y que se preocupe por dar vida a la ciudad. No tienen derecho a sancionarnos», sentenció Carmeta. 

Por otro lado, a escasos metros se encontraba Núria Caparrós, quien también vende pescado. Caparrós reconocía que es complicado trabajar y convivir con paradistas que les culpan de no vender durante los sábados por la tarde. Caparrós se refería a que algunos vendedores creen que no es positivo que cierren tantas paradas los sábados por la tarde ya que, según dicen, no hay una oferta completa de productos y los clientes no entran al mercado. La joven aseguraba ayer que «ya hemos sufrido muchos cambios desde que hemos entrado en el nuevo mercado, ya no podemos cambiar más», y añadía que «estamos al frente de negocios pequeños y no podemos contratar a tantos trabajadores. Además, el pescado debe ser fresco, y el sábado por la tarde ya no lo está». Caparrós finalmente pidió a Espimsa y a los paradistas que exigen cumplir el reglamento que «no sean tan estrictos». La mayoría de pescaderías aseguran que continuarán cerrando los sábados por la tarde. 

Por su parte, la presidenta de la Associació de Venedors del Mercat, Maria Virgili, explicabaque «hace mucho tiempo que todos sabemos cuales son las reglas del juego. Desde Espimsa han dejado un período de diez meses para que los paradistas se adapten. Hay gente que ha hecho el esfuerzo de adaptarse y otra no». La polémica está servida en el Mercat Central y las próximas semanas serán cruciales para el futuro de este equipamiento.

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