Los parques infantiles del centro de Tarragona, superpoblados

Las áreas de juego escasean en el núcleo urbano y en las que existen apenas hay sombra. El ayuntamiento anuncia que ya tiene el presupuesto para un área nueva en el Banco de España

14 junio 2018 10:20 | Actualizado a 19 junio 2018 18:14
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Cinco y media de la tarde en el Parc del Patufet de la Plaza Verdaguer. Un niño de unos dos años se  cansa de esperar su turno y tira con todas sus fuerzas de la pierna a una niña de edad similar que está en uno de los dos codiciados columpios de ‘cesta’.

La madre, avergonzada, se lo lleva berreando. Una abuela que está al lado explica que en este parque la cola de los columpios es continua fuente de conflictos. Y asegura que, en el momento de nuestra visita, todo está inusualmente tranquilo porque como en muchas escuelas hacen jornada intensiva ya no vienen todos los niños a la misma hora. Con todo, en esta tarde ‘floja’ contamos 23 niños. 

El mismo parque lo habíamos visitado a mediodía y, a pesar de que el sol caía a plomo, también estaba concurrido, incluidos unos cuantos turistas extranjeros. Alex Daniel, padre de dos niños pequeños, se quejaba de que en el centro de la ciudad apenas hay sitio «para que los niños corran y jueguen». 

La suya será la queja más repetida: en esta zona apenas hay áreas infantiles y las que hay se quedan pequeñas. Es lo que dice un grupo de madres de la escuela de las Teresianes en la Rambla Nova: «Ese (el de Verdaguer) es el parque que tenemos más cerca y ya no subimos porque siempre hay overbooking. Al final nos quedamos aquí (en el centro de la Rambla), que además hay sombra». Efectivamente, un buen número de niños ‘toma’ esta parte de la Rambla como improvisada zona de juegos cada tarde.

Y es que, tal como dicen las madres, después de la falta de parques, la otra gran queja es la falta de árboles que den sombra, lo que prácticamente les inutiliza en verano, «justo cuando tienen vacaciones y más tiempo para jugar». Tampoco hay una fuente.

Reivindicación e inversiones

Precisamente la falta de zonas de juego ha sido una de las principales reivindicaciones de la Associació de Veïns Tarragona Centre, tal como recuerda su presidenta, Núria Sabat. «Siempre tenemos quejas por este tema...Están echando a las familias con niños del centro», opina.

Recuerda que a los vecinos todavía les duele que no se construyera el prometido parque que primero iría en la Plaça Corsini y después en la Calle Ixart, «donde sí que hay sombra». Este último se descartó por un informe de seguridad desfavorable; una respuesta que no les satisface. 

Saben que la solución no es fácil porque en el centro no hay terrenos libres. En este sentido, algunos vecinos proponen que se llegue a un acuerdo con los dueños de solares que llevan años vacíos, como el que da a las calles Unión y Corsini, para colocar temporalmente un parque mientras no se edifique.

Lo ven viable porque ya hay antecedentes de soluciones similares, como cuando la URV empleó unos terrenos de la Avenida Catalunya para un huerto urbano que luego se quitó cuando se comenzó a construir.  Y piden, sobre todo, que se escuche a los niños y que puedan ser partícipes de las decisiones. 

Cuando consultamos al Ayuntamiento de Tarragona si está previsto crear nuevas zonas infantiles en el centro, desde la concejalía de Espais Públics (José Luis Martín) apuntan que sí. «Con la aprobación reciente del préstamo conseguimos 125.000 euros que destinaremos a ampliar la zona infantil de Plaça Verdaguer, a hacer un parque en el Banco de España y a realizar una reforma integral de la Plaça Catalunya de Sant Pere i Sant Pau. Ésta incluye el parque infantil, uno de los más usados en este barrio». 

Apuntan, además, que «estos tres parques se añaden a los 15 que hemos remodelado o hecho nuevos en los últimos dos años, la mayor inversión que se ha hecho nunca desde el ayuntamiento en parques infantiles».

Saavedra, por redescubrir

Además del Patufet, nos proponemos recorrer otros cuatro parques de la zona. En el límite con la Part Alta está el Saavedra. Aunque los padres consultados lo relacionan con cierto descuido y el consumo de drogas, lo cierto es que el parque ha dado un cambio importante en los últimos meses. Ahora se cierra por las noches y se ha instalado una zona de juego para niños pequeños que está muy nueva.

No obstante, aquí también hay problemas con la sombra. En el momento de la visita, a mediodía, los cuatro niños que hay están en la parte del parque pensada para las personas mayores, donde sí que hay sombra. Igual que en la Plaça Verdaguer, los juegos infantiles están enteramente al sol y los elementos de metal se calientan tanto que queman.

También incluimos en el recorrido el parque de Cronista Sessé. Aquí Irene Freix, madre de dos niñas, también se lamenta de que a pesar de que se ha añadido una nueva zona de juegos, todavía es insuficiente y apenas hay juegos para los más pequeños. Aquí también hay un solo columpio de ‘cesta’ y, cómo no, está de lo más competido. 

Otra madre, Marga Castillo, apunta que aquí, además, el problema no es sólo la competencia entre los niños pequeños, sino que deben convivir en el mismo espacio con los que juegan al fútbol, «y es un peligro». Además, la parte del pavimento de caucho más antigua está levantada en algunas zonas y los niños tropiezan y se caen.

Toboganes que arden

El siguiente parque de la lista es el de la Plaça Imperial Tàrraco. Aquí se hace evidente, una vez más, la importancia de la sombra. La zona que da a la antigua facultad de Lletres está desierta, mientras que la que da a la Estación de Autobuses, con más sombra, sí tiene niños.

Una turista británica dice que la zona le gusta y que los parques infantiles es una de las cosas que valoran cuando van de viaje. Eso sí, la mujer, que es madre de dos gemelas, reconoce que hay que estar ojo avizor porque en un descuido los niños se van a la carretera. Además nos hace tocar el tobogán: está ardiendo.

Sobre la falta de sombra, desde el Ayuntamiento señalan que «justo ahora acabamos de adjudicar el nuevo contrato de mantenimiento que incluye como mejora la reposición de 350 árboles cada año». 

Mantenimiento correcto

Finalmente acudimos al Parc de la Ciutat, actualmente en obras. Una de las primeras cosas que se hacen evidentes es que está mejorando la accesibilidad gracias a una rampa. No obstante, una vez más, hay sombra, pero no en la parte de los juegos que están todos al sol.

Aquí también hay un columpio de ‘cesta’. Al final contamos sólo seis en los cinco parques. Durante la visita una niña dice que tiene ganas de ir al baño. La madre echa a correr, porque aquí no hay baño público... Ni en ninguno de los parques anteriores. 

Eso sí, lo que queda claro por los testimonios de los usuarios consultados es que el mantenimiento de los juegos es correcto, igual que la limpieza. «Vemos que siempre está la brigada pendiente», comenta una madre.

Desde el ayuntamiento apuntan que mantener los parques infantiles cuesta 105.000 euros al año. Apuntan, además, que «hay personal de la brigada municipal que a diario revisa los parques infantiles, por si hay que reponer algún elemento o por si alguno presenta algún problema de seguridad fruto del vandalismo». 

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