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Los cambios en el servicio ferroviario de Regionales que supuso la entrada en funcionamiento de la variante del Corredor del Mediterrani han supuesto un descenso global de usuarios de casi el 4%, según datos del operador Renfe. La caída prácticamente se ha registrado en todos los municipios que resultaron afectados, a excepción de Vila-seca, y constatan que Salou quedó gravemente perjudicada por la nueva configuración ferroviaria.
Si nos fijamos en el caso concreto de la capital de la Costa Daurada, vemos que el descenso supera el 63% y que ha pasado de 35.938 viajeros a 13.066. En ambos casos, los datos tan solo incluyen los meses de enero y febrero, ya que en marzo ya se decretó la pandemia con el estado de alarma que supuso restricciones en la movilidad para el conjunto de la ciudadanía, más allá de los servicios esenciales. Asimismo, hay que tener en cuenta que la cifra correspondiente a 2020 incluye aún los usuarios (5.931) que entre el 1 y el 9 de enero aún cogieron el tren en la vieja estación de Salou, que quedaba fuera de servicio con la entrada en funcionamiento de la nueva vía, a la espera del desmantelamiento.
La terminal de PortAventura y el déficit de conexiones directas con Barcelona ha tenido un impacto muy negativo para este municipio. El trasvase de una estación a la otra ha sido residual y el incremento de pasajeros tan solo ha sido de 644 en este periodo. El resto se ha pasado a la carretera o acude a la estación de Vila-seca. Y es que, en este mismo periodo vemos como la estación de este municipio ha superado la cifra de 42.000 usuarios, lo que supone un incremento de más del 42%.
Cambrils y Tarragona también han registrado un descenso, aunque proporcionalmente ha sido muy inferior. Asimismo, Renfe atribuye la caída en la cifra de viajeros al impacto de la explosión de Iqoxe del día 14, que supuso afectaciones sobre la vía tanto en este día como en el posterior, además del temporal Gloria, que se registró entre los días 21 y 24 de enero.
La PTP y la Pdf.Camp emitían ayer un comunicado conjunto en el que aseguraban que el panorama es «desolador» y afirmaban que «como ya se podía prever, la estación de PortAventura ha sido incapaz de retener los usuarios». Además, se afirma que la futura terminal es un «capricho inútil por su escasa demanda y la situación en cul de sac».
Las entidades a favor del transporte público alertan de que «la bajada de pasajeros de la R16 compromete el mantenimiento de las frecuencias en esta línea, e imposibilita su incremento». Asimismo, se apunta no se ha avanzado «ni un milímetro» en la integración urbana de la antigua vía y que el proyecto del Tramcamp «avanza muy lentamente».
