Los robos en el interior de los coches invaden Tarragona

En los dos últimos años ha habido un incremento sostenido de este tipo de hechos delictivos. El 2017 se cerró con 1.400 denuncias y una cincuentena de detenidos

17 febrero 2018 14:29 | Actualizado a 19 febrero 2018 11:22
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Los robos en el interior de vehículo siguen siendo uno de los delitos que más se están dando en la ciudad de Tarragona. Desde hace más de dos años no para de subir el número de casos, según se constató en la última Junta Local de Seguretat y también en base a los datos que manejan los Mossos. El 2017 se cerró con unas 1.400 denuncias y 50 detenciones por este tipo de hecho delictivo, una cifra muy superior a años anteriores. La mayoría de hechos se concentran en el extrarradio de la ciudad y en los barrios. En las últimas semanas también se han incrementado las detenciones.

La situación, puesta de manifiesto en la última Junta Local de Seguretat –celebrada el pasado día 6– no es nueva, sino que se viene arrastrando desde hace años. Así, entre agosto de 2015 y julio de 2016 el incremento fue de un 17 por ciento respecto al mismo periodo anterior –858 casos en total–, y una subida del 28,2 por ciento de agosto de 2016 y julio de 2017 –1.100 denuncias en total–. En todo el 2017 fueron 1.400 denuncias. «Notamos un incremento en junio, se mantuvo en julio y agosto, y a partir de octubre-noviembre volvió a subir», afirma el subinspector de Seguretat Ciutadana del Àrea Bàsica Policial (ABP) del Tarragonès, Francesc Bernal.

Bernal recalca que a partir de este mes de enero comienza a detectarse un descenso de casos, posiblemente tras los últimos arrestos. La mayoría de estos robos se suelen cometer con el sistema de la rotura del cristal. En menor medida está el blincamiento –forzar el vehículo a través de la parte más frágil de la puerta–. Y en tercer puesto se sitúa forzar la cerradura.
Localización

Esta tipología delictiva se da tanto en la ciudad como en los barrios, «más en la primera», recalca el subinspector de los Mossos –quien recalca que trabajan conjuntamente con la Guàrdia Urbana–. A pesar de que se dan casos en todo el núcleo urbano, la mayoría de robos se dan en el extrarradio, como por ejemplo en los alrededores del cementerio o en la zona del Hospital Joan XXIII. Se trata de zonas donde no suele haber viviendas cercanas, sin mucho tráfico de personas y con poca iluminación. Son las claves principales que se fijan los ladrones a la hora de actuar. 

Lo principal es no dejar ningún objeto a la vista que pueda ser detectado desde el exterior. No hace falta que sean piezas de valor

A la hora de encontrar un perfil no es fácil definir el prototipo de delincuente que se dedica a este tipo de hechos delictivos, «es muy variado», recalca el subinspector. La edad es muy amplia, va desde los menores de edad hasta incluso mayores de treinta años. Suelen actuar durante la tarde y noche, aprovechando la oscuridad. Y la mayoría se cometen a partir del jueves por la noche y durante el fin de semana. Los autores no suelen mostrarse violentos, a no ser que el dueño del vehículo les haga frente.

De los delincuentes, hay algunos que actúan solos y otros, en grupos de dos a tres miembros, según se ha constatado en los últimos arrestos. 

La prevención es posible
En este tipo de robos, la prevención es posible y básica para evitar que los ladrones se fijen en el coche de uno. Uno de los principales consejos es no dejarse el coche abierto. Muchos ladrones van probando uno tras otro para comprobar si alguno no está cerrado. «A veces también lo hacen nuestros agentes para evitar precisamente el robo», comenta Bernal. Entre los objetivos de los delincuentes están también las furgonetas de reparto. Los conductores bajan un momento a realizar la entrega y se dejan la puerta abierta. Es poco tiempo, pero el suficiente para que el delincuente se lleve algún paquete. Por ello, los Mossos se reúnen con las empresas del sector para darles consejos para evitar estos robos.

Pero lo principal es no dejar ningún objeto a la vista que pueda ser detectado desde el exterior. No hace falta que sean piezas de valor. A veces sólo se necesita que sea un envoltorio de algo –la caja del navegador, la funda de las gafas, una bolsa, etc– para captar la atención del ladrón.

Los delincuentes actuales roban todo lo que encuentran en el interior, desde un gato hidráulico a unas cadenas del coche. 
 

Un delito fácil
Una de las claves que podría determinar el aumento de esta tipología delictiva sería que se trata de un delito fácil y hay muchos ‘objetivos’ al alcance. Muchos delincuentes empiezan sustrayendo efectos de los vehículos. En la mayoría de los casos, el botín se vende rápidamente o se cambia por droga. Y es que la drogadicción y el alcoholismo están detrás de buena parte de estos hechos delictivos. Sólo una mínima parte de los objetos se los queda el propio ladrón.

La detención de estos delincuentes no es fácil. En la mayoría de casos el arresto es porque los agentes han cogido al ladrón in fraganti, en algunas ocasiones tras recibirse la llamada de algún testigo. A veces, muy pocas, se cuenta con la grabación de alguna cámara de seguridad. Para estos robos, buscar huellas dactilares es un trabajo inútil. En el exterior del vehículo, porque lo toca mucha gente, y en el interior, porque las superficies son muy rugosas. Y en algunas ocasiones también porque los delincuentes usan guantes o incluso calcetines. 

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