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Vieron la farola de la calle Espinach y se les ocurrió la idea. EL balcón estaba cerca, sólo un esfuerzo y se plantaban dentro del piso. No importaba el sol del mediodía, era cuestión de entrar y salir mientras los propietarios estaban fuera.
Los hombres, de 18 y 31 años subieron por la farola, rompieron el cristal de la puerta del balcón y entraron en el piso. Todo iba a pedir de boca. Removieron sin perder un segundo las habitaciones y se marcharon de la vivienda.
Pero no se esperaban que en este robo con fuerza en EL Serrallo una patrulla de la Guàrdia Urbana pasara en aquel instante por la calle Espinach. Su golpe no fue sigiloso y los vecinos alertaron del robo que se estaba cometiendo. Por eso la patrulla estaba allí cuando salían del piso en cuestión.
Uno de los ladrones ya estaba en la calle, pero vieron que tenía calcetines en los bolsillos. Las sospechas de que habían sido utilizados para limpiar las huellas o usarlos como guantes. Mientras pedían la identificación, salía del portal un segundo sospechoso, que también fue interceptado e identificado.
Cuando se vio que había un cristal del balcón roto y las habitaciones registradas, según explico el propietario ante los agentes, se procedió a la detención de los dos sujetos.
Los agentes concluyeron que los jóvenes habrían accedido al interior del inmueble, situado en un segundo piso, rompiendo el cristal de uno de los balcones después de escalar a través de una farola de alumbrado público.
