Los tarraconenses han perdido poder adquisitivo en los últimos 8 años

En los últimos ocho años el repunte ha sido de apenas 855 euros, un 4,7%, muy por debajo del aumento de los precios, del 13,6%, lo que significa una gran pérdida de poder adquisitivo

05 febrero 2019 07:22 | Actualizado a 11 febrero 2019 19:24
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Maria llena el carro en un supermercado de Tarragona y, antes de introducir cualquier artículo, mira el precio y lo compara con otros similares, para acabar decidiéndose indefectiblemente por el de marca blanca. Se queja de que «el dinero cada vez da para menos». Y añade que «dicen que hemos salido de la crisis, pero a nosotros –tiene marido y dos hijos adolescentes– cada día nos cuesta más llegar a fin de mes y hemos notado que ahorramos menos. Bueno, de hecho, prácticamente no ahorramos; nos contentamos con no aumentar las deudas». 

Los datos le dan la razón. La renta media de los tarraconenses apenas ha crecido en 855 euros en los últimos ocho años, según revela el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), que acaba de hacer públicos los datos de las rentas declaradas por los catalanes según el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) del año 2016. Así, si en 2008 la renta media de los habitantes de la demarcación era de 17.528 euros, ocho años más tarde la misma asciende a los 18.383 euros, apenas un 4,7% de crecimiento. Un aumento muy pobre que supone una importante pérdida del poder adquisitivo, pues hay que tener en cuenta que los precios  –el IPC– subieron en este mismo periodo un 13,6%, según refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Claro que, como sucede cuando hablamos de medias, la suerte ha sido muy desigual y ha variados mucho según las diferentes comarcas de la provincia. De hecho, si las rentas medias han subido en este periodo un 5,3% en el Camp de Tarragona, pasando de 20.354 euros a 21.482, el incremento experimentado en la zona de las Terres de l’Ebre ha sido mucho menor, de apenas un imperceptible 1,3%, al pasar de 16.440 euros en 2008 a 16.441 en 2016. 

El Tarragonès, la más rica
En el análisis por comarcas, en efecto, se detectan notables diferencias entre las zonas más urbanas y las eminentemente agrícolas. En este sentido, la renta media más elevada se halla en el Tarragonès, con 22.528 euros, aún por debajo pero muy cerca de la media de Catalunya, tasada en 23.074 euros. Le sigue el Baix Camp, con 21.134 euros, y completa el podio la Ribera d’Ebre, con 20.649. 

En el polo opuesto destaca la Terra Alta, que con sus 13.245 euros de media de renta no es sólo la que sale peor parada de la provincia, sino que incluso ostenta el más que dudoso honor de ser la comarca más pobre de toda Catalunya, toda vez que la siguiente, Garrigues, presenta una cifra de 15.071, siendo la tercera por la cola otro territorio de las Terres de l’Ebre, el Montsià, con 15.480 euros. 

En el análisis por capitales de provincia tampoco Tarragona sale muy bien parada; con sus 20.153€ sólo supera a Lleida, que tiene 18.700. Girona muestra una renta media de 20.272€ y Barcelona se dispara hasta los 24.139.

Pérdida de poder adquisitivo
En los últimos diez años y al amparo de la crisis y de algunas de las medidas que se tomaron para hacerle frente, los salarios no sólo no han crecido en el porcentaje que lo ha hecho el IPC, sino que incluso han disminuido. 

Los últimos datos que ofrece la Enquesta Trimestral de Cost Laboral sitúa el aumento de los sueldos en el 2,3% en 2018 en Catalunya, comparándolo con el 2017. Pero si a eso le restamos el incremento del coste de la vida por el efecto de la inflación, que fue del 1,4%, tenemos que el aumento salarial real fue de apenas un 1%. Y si aplicamos el mismo cálculo al periodo 2009-2018, obtenemos que en términos reales los salarios de los catalanes han perdido un 10,7%. 

Así lo asegura el sindicato UGT, que añade que, por el contrario, mientras esto sucedía, los beneficios empresariales han recuperado los niveles de 2007, es decir, de antes del estallido de la crisis. Así lo demuestra, asegura el sindicato, la composición del PIB: «En 2011 el peso de los salarios representaba un 48,9% del PIB, mientras que en 2017 sólo representaban un 45,9%. En cambio, los beneficios han ganado peso: si en 2011 suponían un 43,3% del PIB, seis años más tarde eran un 44,5%». 

También el informe ‘Evolución salarial 2007-2018’ de la consultora ICSA Grupo y EADA Business School y que recoge datos de más de 80.000 empleados por cuenta ajena, refleja que mientras los empleados han perdido poder adquisitivo, tanto en el año 2018 como durante todo el periodo analizado, no ha sido así para los directivos y mandos intermedios, que sí han aumentado su remuneración por encima de la inflación. 

Y es que al bolsillo de los trabajadores aún no ha llegado la recuperación, pese a que España va ya por el quinto año de crecimiento económico ininterrumpido después de la dura crisis que azotó el país. Así, pese a que el PIB ha registrado incrementos por encima del 3% en los últimos tres años, los salarios no han avanzado a este ritmo. Ni mucho menos. 
Estos datos dan la razón a Maria: cada vez cuesta más llenar el carro de la compra. 

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