Los turistas nacionales se quejan por no poder acceder a sus medicinas en la Costa Daurada

En plena temporada alta, las farmacias de la costa sufren la falta de integración con las otras comunidades autónomas. Aragoneses, vascos o navarros se quedan sin fármacos recetados

24 junio 2017 17:36 | Actualizado a 09 noviembre 2017 09:59
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Una señora mayor de La Rioja se enfada en una farmacia de La Pineda. Acude con receta electrónica y no la pueden atender. Apenas tiene paciencia para que le expliquen lo que sucede y se marcha disgustada, airada. La situación es más o menos común estos días, a veces casi diaria, fundamentalmente en aquellas farmacias de esa costa que empieza a llenarse de turista nacional. «Esto da una mala imagen de Catalunya», asume la farmacéutica. 

Aragoneses, vascos, navarros, madrileños o andaluces empiezan a llenar ya los enclaves turísticos por excelencia de la Costa Daurada, y con ello aflora, un año más, el problema de las fronteras sanitarias. «Nos supone muchas dificultades en el día a día. Si vienen con la receta electrónica se quedan sin medicación. Tienen que ser previsores, porque el sistema no está integrado todavía», cuentan desde la farmacia en pleno Passeig Jaume I de Salou, un auténtico epicentro del turismo en todo el litoral. 

Recetas incompatibles

La prescripción y posterior dispensación de medicamentos entre diferentes comunidades autónomas se complica porque los 17 sistemas informáticos no están integrados. Actualmente las recetas electrónicas dispensadas en los centros médicos catalanes (representan el 95% del total de prescripciones) son técnicamente incompatibles en otra comunidad autónoma, ya que cada una cuenta con su propio sistema informática. 

Pero si eso genera un inconveniente al tarraconense cuando viaja fuera durante esta época, también sucede a la inversa. Las farmacias de lugares como Cambrils, Salou, Vila-seca, La Pineda, Roda de Berà, Torredembarra o Altafulla sufren la afluencia de veraneantes que necesitan medicación y no la pueden recibir

Ante eso, sólo cabe ser previsores. El Departament de Salut recomienda a los pacientes adquirir con tiempo los fármacos que necesite durante el periodo en que vaya a estar fuera. También existe otra alternativa, asimismo engorrosa: pedir al ambulatorio la receta en papel, que sí tiene validez en toda España. 

Algunas voces son críticas y denuncian que precisamente la receta electrónica –la llamada también ‘e-receta’– ha añadido barreras, justo en plena era de los avances tecnológicos. 

‘La situación genera malestar y algunas situaciones tensas en el día a día de las farmacias’, Joaquim Nolla, Presidente Col·legi Farmacèutics

Desde el Col·legi de Farmacèutics de Tarragona también se advierte del problema y de sus incidencias habituales. «En el día a día las farmacias tienen que explicar a las personas que vienen confiadas a recibir sus medicamentos que no se los podrán dispensar. Eso normalmente genera malestar y algunas situaciones tensas», admite Joaquim Nolla, el presidente del colegio. 

«Hay falta de información en el lugar de origen. No les acaban de explicar bien que no podrán usar sus recetas electrónicas y que tendrán que ir al CAP para que se las hagan en papel», cuenta una farmacéutica de la costa. «Con un poco de información previa antes del viaje se solucionarían estos problemas», aporta Joaquim Nolla desde el Col·legi de Farmacèutics. 

Este debe ser el último verano en el que se den estos problemas, sobre todo en aquellas farmacias costeras. «La interoperabilidad total está en vías de desarrolla. Desde 2014 se han incorporado siete comunidades pero aún queda camino por recorrer y dificultades por superar», explica Joaquim Nolla. 

Conectar las 17 comunidades

La previsión de la Generalitat es que el sistema esté implementando completamente en el primer trimestre de 2018. El cambio de sistema permitirá el despliegue de la interoperabilidad, que posibilitará conectar los 17 sistemas de prescripción diferentes. Las comunidades que ya lo han hecho son  Canarias, Extremadura, Comunitat Valenciana, Galicia, Navarra, La Rioja y Aragón. 

De hecho, una botica tarraconense tendrá mucho que ver en la prueba piloto que se realizará antes de que el sistema se implante definitivamente. La farmacia Masot Roigé, en La Pineda, acogerá en septiembre una prueba piloto. Se trata de uno de los negocios más afectados por la falta de integración. «Es un problema bastante común en verano. Menos del 10% de clientes vienen con la receta en papel, por lo que al resto no les podemos atender», cuenta Francisca Masot, la farmacéutica. La situación afecta sobre todo a las personas con una enfermedad crónica.  

Asociaciones de usuarios de aquellas comunidades afectadas consideran que, una vez más, son los ciudadanos los principales damnificados. Así, denuncian, que en algunos casos «se produce acaparamiento de fármacos que no se conservan en las condiciones óptimas». En otras ocasiones, la gente tiene que ir al médico para que le haga la receta, coger los fármacos en su comunidad de origen y volverse a ir. Un método que tachan de «poco racional y arcaico en un mundo cada vez más informatizado».

El problema, arraigado desde hace años en la Costa Daurada, también afecta al tarraconense convertido en turista cuando visita otra comunidad autónoma. 

La prueba piloto será en una farmacia de La Pineda

Es la única farmacia de La Pineda. El establecimiento Masot Roigé, en el número 85 del Passeig Pau Casals, es un ejemplo de disfunción cuando llegan los turistas y el verano debido a la falta de integración con los sistemas informáticos de dispensación de fármacos del resto de España. Por eso es la farmacia que ha seleccionado el Departament de Salut para participar en septiembre en una prueba piloto. «No sé en qué consistirá. Me preguntaron si quería hacerla en verano y dije que era una época con demasiado trabajo y que si había algún problema podría afectar a mi negocio. Por eso decidimos aplazarla hasta septiembre u octubre», cuenta Francisca Masot, la farmacéutica y propietaria. 

El experimento servirá para que este sea el último año con problemas para los turistas

El negocio sufre en su día a día la falta de integración. «A muchos no se les informa en su comunidad de origen. Hay gente que lo entiende mejor y gente que no. Damos la opción de que lo compren, pagando, y luego si vuelven con la receta les devolvemos el dinero. Ahora estamos devolviendo el dinero de Semana Santa en recetas que habían comprado gente que viene a veranear por la zona», indica Masot. «Es un problema bastante común en verano que genera algunas quejas», confiesa. 

Vascos, riojanos o andaluces que acuden a la Costa Daurada a trabajar en hoteles son clientes de esta farmacia en un centro neurálgico del turismo. «A veces hablan entre ellos y se informan, otras veces no. En el caso de los aragoneses, como tienen una conexión tan diaria y están más cerca, vuelven a casa por algo, cogen la receta y al regresar les dispensamos», cuenta la responsable de una farmacia que se someterá a un cambio de sistema informático como piedra de toque para que, a partir de 2018, toda Catalunya esté integrada.  

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