Los últimos resistentes a la pandemia de Covid-19

Algunos pueblos pequeños de la provincia, como Capafonts, Pradell de la Teixeta o Mont-ral, siguen sin registrar ningún positivo de coronavirus desde que empezó la pandemia en marzo

03 octubre 2020 19:30 | Actualizado a 04 octubre 2020 10:27
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Con un alto riesgo de rebrote de la Covid-19 en la provincia de Tarragona, especialmente en las Terres de l’Ebre, parece que pocos municipios pueden escaparse de la propagación de un virus que hasta el día de hoy ha dejado en nuestra demarcación más de 8.000 contagios y casi 500 muertos. La llegada del verano, con las consecuentes escapadas de muchos ciudadanos de grandes urbes a sus segundas residencias, se esperaba con cierto recelo y preocupación en muchos pequeños pueblos que hasta la fecha habían quedado al margen de la pandemia. Las vacaciones han pasado y algunas de estas localidades siguen esquivando este temido coronavirus, manteniendo su contador de casos positivos a cero.

Capafonts (Baix Camp), con 40 vecinos y un centenar de empadronados, es uno de estos ejemplos. Acostumbrado a recibir cada verano a muchos vecinos del Camp de Tarragona y de Barcelona con casa en el pueblo, la alcaldesa de este municipio, Judit Giró, reconoce que «nos preocupaba que estas vacaciones viniese mucha gente y no supiésemos gestionarlo, porque tenemos gente mayor que es vulnerable».

Por suerte, el verano ya ha pasado y Capafonts sigue sin haber registrado ningún caso positivo de SARS-CoV-2. Su alcaldesa explica que «hemos tenido mucha gente de fuera, y algunos se han ido más tarde que otros años. Pero han sido muy prudentes, respetando siempre las medidas de seguridad». Todo ello ha ayudado a que «no hayamos vivido el verano con histeria, porque estamos en medio de la naturaleza y al aire libre. Eso sí, no tenemos que bajar la guardia y seguir siendo prudentes».

En Capafonts están tranquilos, aunque también admiten que les preocupa la gente de paso. Por ejemplo, este verano han tenido una afluencia muy grande de visitantes al río. En este sentido, Olga Puebla, una joven de Barcelona que desde hace años reside en este pueblo del Baix Camp, admite que «este verano me ha preocupado más la masificación de visitantes al río, por eso no he ido. La preocupación de que el virus pueda llegar al pueblo siempre está, sobre todo porque tenemos vecinos mayores que son de alto riesgo. Pero también he entendido siempre que la gente, cuando acabase el confinamiento, tendría la necesidad de salir. El miedo es que la gente que nos visitase no lo hiciese con respeto, pero, en general, todo el mundo ha respetado la normativa».

Capafonts ha intentado que este verano haya sido lo más normal posible, por ejemplo, celebrando su Festa Major «siempre cumpliendo la normativa de seguridad», recuerda Olga, quien forma parte de la comisión de fiestas.

Medidas de seguridad

Pradell de la Teixeta (Priorat), con algo más de un centenar de residentes, es otro caso de pueblo limpio de la Covid-19. El verano ha pasado y no se ha producido ningún caso en un municipio donde cada año reciben a ciudadanos con segundas residencias y donde las medidas de seguridad han sido excepcionales.

Su alcaldesa, Lourdes Aluja, pone el ejemplo de la piscina: «La hemos abierto, pero con muchas medidas, como aforo reducido, hidrogeles, registro de cada usuario, cierre de los vestuarios, señalización de distancias en el césped, etc. Nos ha ido muy bien y estamos muy contentos». Aluja recuerda que muchas de estas medidas de seguridad ya las pusieron desde el inicio de la pandemia, igual que se ayudó a las personas mayores que viven solas a que no les falte de nada. En Pradell tenemos mucha gente mayor que es la más vulnerable».

La alcaldesa de Pradell de la Teixeta admite que «había preocupación por lo que pudiese pasar este verano, un miedo que teníamos desde la Semana Santa. Pero hay que tener en cuenta que este virus ha venido para quedarse y nos tenemos que acostumbrar a vivir con él. Un día u otro nos llegará, aunque cuanto más tarde sea, mejor».

Mont-ral (Alt Camp), con 179 empadronados, tampoco ha tenido ningún caso de Covid-19. Su alcalde, Francesc Xavier Pagès, comenta que «este verano hemos notado un incremento de personas del Camp de Tarragona y Barcelona que tienen segunda residencia en nuestro pueblo. También de excursionistas más de paso, que han venido a bañarse al río con una masificación del entorno natural».

Pagès admite que «preocupado de que se pueda dar un positivo siempre se está, pero tampoco queríamos limitar que la gente pudiese venir de vacaciones. Además, el comportamiento de los visitantes ha sido muy bueno, con el uso de la mascarilla y evitando concentraciones».

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